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El emotivo momento en donde Jin de BTS se subió al escenario junto a Coldplay

Ayer, viernes 28, mientras el recital de Coldplay era transmitido en vivo a todo el mundo, Jin se subió al escenario para cantar The Astronaut.




Cuando Coldplay anunció que Jin de BTS iba a venir a Argentina a cantar su nueva canción, The Astronaut, hice todo lo posible por estar ese día en el Estadio de River Plate. Soy una persona hypera (¡sin lugar a dudas!) pero también de fanatismos controlados; así que no fue raro para mí verme en situaciones en donde decía a viva voz: "Tengo que estar ahí, como sea, yo no puedo perdérmelo".

Quizá eso suene flashero, pero es raro lo que pasa con el fenómeno BTS:  cuando estás afuera no entendés el hype y todo te suena exagerado. Solo siendo parte de este movimiento de amor es que realmente podés apropiar el significado de ser un ARMY, el sentirte cercano a estos siete talentosos artistas y entender que, durante lo que ya es una larga carrera, el éxito que están sembrando no es aleatorio. Trabajo duro, muchísimos sacrificios y su corazón, están cambiando a la industria de la música internacional.

"Me tiembla todo el cuerpo"

Hacía unos días había visto el el show del Coldplay y, gracias a eso, había calculado que si llegaba al estadio alrededor de las 17.00 h, no solo estaría súper bien, sino que hasta podría elegir dónde pararme frente al escenario. Pero como es costumbre, el destino me tenía su propia broma y me demostró que, en realidad, estaba llegando tarde. ¿Qué más podía hacer? Esperar, ir moviéndome e intentar lograr lo mejor de todo esto.

A las 19.00 h Zoe se apropió del escenario y así el line-up avanzó con una fluidez y energía que parecen irrepetible (y, sin embargo, es lo que ocurre en cada uno de los shows). Entre pogos, coreos, empujones, la idea fija de "No te podés desmayar" y el dolor de piernas, fuimos pasando cada uno de los actos y disfrutando de las sorpresas únicas (esta vez, Coldplay invitó a dos artistas israelíes para que cantaran una canción por la lucha en la libertad de derechos de las mujeres en Irán). Totalmente envuelta en esta fiesta, cuando el anuncio de Jin no llegaba, empecé a temblar: ¿me confundí de fecha?, ¿lo cancelaron y no me enteré?, ¿me desmayé y todo esto es un delirio?.

 

Fue entonces que Chris Martin empezó a hablar sobre esta banda que alguien le recomendó y cómo, en un primer momento, no quiso saber nada. Contó sobre el valor de conocer lo desconocido, de abrirse a nuevos mundos y a nuevas personas, de crear en conjunto y de potenciarse... para dar lugar a la anécdota ya conocida: Jin tiene que hacer el servicio militar obligatorio y quería hacer una canción de despedida a ARMY.

En algún punto me ví envuelta en una situación algo bizarra porque el público alrededor mío estaba en silencio pero con los celulares en la mano. Ya para este momento de la noche, no podía contar la cantidad de veces que escuché "¿Ahora viene le chino?", "¿Y quién es el chino que viene?", "¿Por qué están tan locos con el chino?" (y, cada vez que pude, intenté explicarlo y conversarlo), pero no dejó de hacerme reír la necesidad absoluta de filmar... lo que sea, pero filmar. Pensando en todo esto es que en ese silencio y mientras alguien me empuja, levanto la vista para ver que tengo a Jin enfrente mío. Sonriendo, con las luces del escenario creando un aura onírica y una energía con la que conectás y frente a la cual es humanamente imposible no gritar de la emoción. "Me tiembla el cuerpo", fue lo primero que pensé para darle dos segundos a intentar proyectar cómo le iba a explicar a mi marido cómo era estar ahí, en ese momento. Pero nada me avisó de lo que iba a pasar después porque ni siquiera alcancé a entenderlo que de al emoción empecé a llorar sin control.

The Astronaut es una canción hermosa que -más allá de su despedida- puede ser pensada para cualquier relación de amor, de compromiso y de agradecimiento: ¿acaso no siempre tenemos momentos en los que necesitamos dejar ir? Jin -como era de imaginar- se adueñó del escenario y terminó por conquistar tanto a los que somos sus fanáticos como a aquellos que insistían en decirle "el chino". Con una sonrisa de oreja a oreja, con lágrimas en los ojos, abrazando a Chris Martin, corriendo por los dos escenarios y haciendo gala de una voz realmente única, es imposible no sentirse agradecido cuando notás que un artista al que admirás está tan movilizado como vos.

No tomaba agua desde las 16.30, desde las 17.30 estaba parada y rodeada de gente que tenía por hobbie empujarte, pensé en esa amiga que me pidió que no me desmaye y pensé en lo mojada que estaba mi ropa de tanto transpirar. Con todo esto, y después de ver que Jin se escabullía por abajo del escenario, entendí que tenía que huir del estadio para intentar llegar a casa. Entonces, mientras caminaba -y empujaba a las personas para que me dejaran pasar- empecé a llorar a carcajadas... frenética, casi infantil y con un agotamiento que iba más allá de lo que podía manejar, hoy pienso que quizá todo esto es lo que realmente se siente vivir un momento histórico e irrepetible.

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