La pelea entre Robbie Williams y Jimmy Page por una propiedad histórica: una guerra entre vecinos que lleva 10 años

Para 1972, Jimmy Page ya gozaba de la fama rockandrollera de Zeppelin y decidió invertir su dinero en una una lujosa propiedad: The Tower House, un castillo victoriano en Holland Park (Kensington y Chelsea, Londres) por el que pagó unas 350 mil libras, según dicen los que saben, superando la oferta de David Bowie. La casita, que supo pertenecer al actor Richard Harris, es obra del arquitecto William Burges, considerado uno de los edificios históricos más importantes del vecindario y construido entre 1875 y 1881.

Esta joyita de los bienes raíces es el orgullo de Page, fanático del trabajo de Burges. Durante cuatro décadas se comprometió a cuidar de su delicada infraestructura y sus interiores muy sensibles a las vibraciones. Tanto así, que el guitarrista no celebra fiestas dentro del lugar y solo toca instrumentos acústicos. Lamentablemente, tanta paz se vio alterada unos diez años atrás, cuando un nuevo vecino se instaló en la casa de al lado.

En 2013, Robbie se convirtió en el propietario de Woodland House, una mansión de estilo ‘reina Ana’ con 46 habitaciones. A diferencia de su vecino, Williams tenía otros planes para su nueva vivienda valorada en 17.5 millones de libras, incluyendo la construcción subterránea, por debajo del jardín trasero, de una man cave digna de un artista de su talla. En 2015, Williams solicitó los permisos para empezar a edificar una piscina, un estudio de grabación, un spa y un gimnasio comunicado con la casa a través de un túnel; nada fuera de lo común para las residencias de este barrio tan exclusivo, pero toda una declaración de guerra para el músico detrás de la medianera.

Ese mismo año, Page presentó una moción y logró impugnar la solicitud de planificación presentada por la estrella del pop, argumentando que las modificaciones, en particular las excavaciones subterráneas previstas, podrían amenazar la estructura de The Tower House, ubicada a solo 13 metros de distancia. Los continuos ‘desacuerdos’ entre los artistas se expandieron como el fuego en los titulares de la prensa británica más amarillista.  

Según Page, su problema con Williams nunca fue personal, pero jamás dudó en usar palabras fuertes para referirse a él en la prensa. “Idiota” y “de mal gusto” fueron algunas de las frases más repetidas, siempre en el contexto de la construcción y en defensa del valor patrimonial de ambas casas. Robbie no se quedó callado, y durante los años de disputa llegó a sumar algunas declaraciones polémicas de las que luego se arrepintió.  

A pesar de los continuos reclamos de Page, en 2019 Williams recibió la aprobación para llevar adelante la remodelación de su pequeño paraíso recreativo, aunque bajo estrictas reglas de construcción sobre los niveles de ruido y las herramientas utilizadas para evitar las temibles vibraciones. Los trabajos comenzaron en septiembre de 2022, pero volvieron a detenerse por problemas en los permisos, un traspié que parece haber desanimado a Robbie, ya que las últimas noticias aseguran que “tiró la toalla” y dio marcha atrás con sus planes iniciales. En la carta de los abogados del artista al ayuntamiento se destaca que “esto ha absorbido demasiada energía de Robbie y la vida es demasiado corta.”

Los cuatro episodios de Robbie Williams llegan al catálogo de Netflix el próximo 8 de noviembre, pero creemos que esta guerra de vecinos se merece su propia película.