Sofi Martínez, la periodista que conmovió a Messi en Qatar 2022: "Fue un momento mágico e irrepetible"
Fue la periodista revelación de Qatar 2022 que, con empatía y profesionalismo, logró conmovernos a todos (¡incluso al mismísimo Messi!). Charlamos con ella de lo que significó vivir ese gran sueño y de cómo proyecta su futuro.
Fotos de : Anahí Bangueses Tomsig
Producción de: María Salinas
1 de febrero de 2023
sofi-martinez_1.jpg - Créditos: Anahi Bangueses Tomsig
Fue la periodista revelación de Qatar 2022 y nos juntamos con ella solo unos días después de su vuelta al país para hablar de sus emociones cuando todavía las tenía a flor de piel. Ella fue cronista de la Selección Argentina en la zona mixta –el recorrido que hacen los jugadores desde el vestuario hasta el micro de salida– y sus preguntas, que apuntaban más al corazón que al juego, hicieron emocionar a los jugadores y a todos los argentinos.
Sofi Martínez ejerce el periodismo deportivo desde hace solo cuatro años y ya cumplió sus dos grandes sueños: cubrir Juegos Olímpicos y Mundial. Intenciona fuerte, labura a conciencia y cumple sus objetivos. ¿Qué se viene ahora? Seguir soñando grande y, mientras tanto, disfrutar del hoy y del torbellino que significó la Copa del Mundo para ella y para todos. “Siendo muy sincera, yo de chica me vestía con bermudas, zapatillas y camiseta de fútbol o de hockey, jamás pensé estar en la tapa de OHLALÁ! En este caso, la intención no iba por ahí, pero me gusta que así sea. Es una alegría compartirlo con ustedes, estoy viviendo un sueño”.
Te fuiste a jugar tu propio Mundial. ¿Tenías un plan? ¿Fue estratégico esto de preguntar más por las emociones que por las jugadas?
Sí, me fui con un plan, pero el plan no pasaba por dónde encarar las notas sino por buscar focalizar toda mi energía en donde yo creía que tenía que estar, en entender la importancia de la oportunidad. Cuando vos vas a un Mundial, hay muchas distracciones, tenés marcas que te dicen: “¿Podemos hacer esto, podemos hacer lo otro?”, hay boliches todas las noches, mucho estímulo. Mi estrategia fue focalizarme en lo que tenía que hacer. Lo más importante eran esos ratitos que tenía en la TV Pública para poder hablar con el equipo. Puse mi atención en eso desde el principio, te diría que desde principio de año. Esa fue la estrategia que me salió bien. Después, la forma de entender o de encarar las notas para mí tiene que ver más con mi forma de ver el deporte. Lo táctico lo entiendo y me resulta interesante, pero no me resulta igual de atrapante que la emoción de un deportista cuando sale de la cancha o lo que se juega en la previa. Para mí lo fuerte, lo potente, siempre va más por el corazón que por cómo se para un equipo dentro de una cancha.
Y recibiste respuestas que se hicieron virales por la emoción que generaste en los jugadores. ¿Ya pudiste capitalizar todo esto que viviste?
Creo que no. Todavía estamos todos en un cumple, viviendo una felicidad inmensa por una Argentina campeona que realmente creo que nos marcó a todos los argentinos. En lo personal, siento que se generó un montón de cosas que no imaginaba. Tenía el Mundial como un desafío enorme, me fui con mis miedos también. Fue mi primer Mundial y no sabía si lo iba a hacer bien o mal, teniendo un rol al que no estaba acostumbrada.
En un posteo dijiste: “Fui insegura y volví plena”.
Sí, fui insegura y me sentí plena allá. Es difícil de explicar, pero cuando hacés algo que sentís que está bien, que va con vos, que está alineado con lo que sentís, y lográs conectarte con el momento, con algo tan grande, te sentís plena. Y creo que el hecho de sentirse plena en un lugar así no era tan sencillo. Es un regalo que no me lo olvido más. Muchas veces te pasa que es algo tan grande que lo disfrutás en el después y en el mientras tanto lo sufrís un poco. A mí me pasó de ser consciente en el momento y de decir: “¡Wow! Lo que estoy viviendo”. Y, para mí, lo que le termino diciendo a Messi tiene que ver con estar conectada con lo que estaba pasando en Argentina también, mirar la foto completa. Eso me ayudó a sentirme plena allá, a ser más consciente. Es difícil no encandilarte en un primer Mundial, y para mí el poder conectarse y estar presente tiene que ver con ser feliz con lo que una está haciendo. No todo el mundo puede ser feliz con lo que hace. Probablemente, cualquier persona que hubiesen puesto en Qatar en un mundial como este iba a ser feliz, pero haberlo vivido de esa manera es como un doble premio.
FALDA y top ($16.899 y $20.000, LACOSTE), BOTINES ($75.000, Adidas). - Créditos: Anahi Bangueses Tomsig
“La Selección bajó un mensaje espectacular, que es el 'todos juntos'. Ese no termina siendo un mensaje solo para un equipo de fútbol, va más allá".
La Scaloneta, más allá de la copa, nos trajo muchas lecciones casi de vida, ¿qué te dejó a vos?
La buena energía, ese círculo virtuoso en el que estaba la Selección después de lo de la Copa América. Como si se hubiesen sacado esa mochila, hubiesen empezado a disfrutar y las cosas se daban y fluían como hacía tiempo que no pasaba. No solamente desde el buen juego dentro de la cancha, sino también con lo que pasaba afuera. Creo que ahora hay una sensación de disfrute que contagia. Incluso con lo del primer partido, yo creo que pocos, muy pocos se bajaron del barco. Cuando Messi dice: “Confíen que no los vamos a dejar tirados”, era imposible bajarse. Todo aquel que tiene un poco de amor por la celeste y blanca iba a apoyar, y eso pasó. La Selección bajó un mensaje espectacular, que es el “todos juntos”. Ese no termina siendo un mensaje solo para un equipo de fútbol, va más allá y ojalá que sigamos así, más “todos juntos”.
Fue un mundial de mujeres protagonistas en el periodismo. Con el relato de Ángela Lerena y Lola del Carril y periodistas como Naty Jota, Morena Beltrán, vos. ¿Hay realmente representación o están cumpliendo con el cupo?
Igualdad no hay. Lo veía en la zona mixta, ahí es donde están todos los periodistas. Una mira para el costado y las mujeres cubriendo el Mundial son contadas con los dedos de la mano, y me sobran dedos. Obviamente, es un proceso y eso sí se está dando, ese camino se está recorriendo. Y es irreversible. Vale la pena decir lo que hizo la TV Pública, por ejemplo, al poner a una relatora y a una comentarista en un partido de un mundial. Pusieron a una comentarista en un partido de Argentina –por Ángela Lerena–, me pusieron a mí como cronista de la Selección. Soy cero política, pero veo que acá hay una política de Estado que está bien. Que hayan puesto a mujeres en lugares relevantes, que lo hayan elegido y se la hayan jugado, sabiendo que eso también les podía sacar audiencia. Porque yo defiendo el lugar de las mujeres a muerte, pero no soy ciega y sé que a muchos hinchas no les gusta y entiendo que eso lleva tiempo. Pero bueno, a ese tiempo hay que empujarlo y para mí la TV Pública en este Mundial hizo eso, empujó. Creo que Lola del Carril en el relato lo hizo espectacular; Ángela estuvo en un lugar muy difícil, porque comentar en Argentina haciendo un segundo comentario (porque el primero lo tenía Matías) es dificilísimo; su comentario no podía ser igual que el de Matías, pero también tenía que ser bueno porque si no, la mataban, y eso en milésimas de segundos. E hizo un gran trabajo. Recién nombraste a More Beltrán, es amiga mía, es demasiado talentosa y cruzarla en el Mundial fue espectacular. A Luciana Rubinska también la admiro mucho. Y bueno, creo que, sin duda, falta, en algunos canales falta mucho, pero con el tiempo no lo van a poder evitar.
JOGGER ($25.000, ADIDAS) Y TOP ($10.990, ADIDAS), ZAPATILLAS ($23.990, URBAN COW). - Créditos: Anahi Bangueses Tomsig
Qatar fue una sede polémica que se criticó mucho por ser antiderechos, ¿vos te sentiste cómoda allá?
Entiendo el Mundial como un paréntesis de Qatar. Sería incapaz de decirte “Qatar es así o es asá”. Porque Qatar en el medio del Mundial fue otra cosa. Yo viví en completa normalidad, de hecho, vi a mi novio un par de días allá y en la calle paseé de la mano cuando me habían dicho que no se podía. No lo hice adrede, si me hubiese acordado no le hubiese dado la mano porque también es importante respetar determinadas culturas cuando no son las propias, estés o no de acuerdo. No me acordé y tampoco me pasó nada. No me sentí observada ni me vinieron a decir nada.
¿Y con tus compañeros?
Ellos fueron increíbles. Muchas veces también se dice que es un ámbito machista, que son muchos hombres y pocas mujeres, y parece que el hombre es el enemigo en algún punto, pero nada que ver. Yo me apoyé mucho en mis compañeros. Ellos son los que me dijeron por dónde ir, me dieron una mano enorme. Creo que desde la experiencia y desde la buena onda también me ayudaron para aprender el oficio, para entenderlo, para saber qué hacer. Yo les estoy súper agradecida, y a las mujeres también, obviamente.
¿Eso fue así siempre? ¿Sentiste un desafío extra en algún momento de tu carrera por el simple hecho de ser mujer hablando de fútbol?
Alguna vez me he topado con el comentario: “Aprovechá ahora que les tienen que dar lugar a las mujeres” o “tenés este lugar porque tienen que poner a una mujer, aprovechalo”, por ahí desde la buena onda. Pero te hace ruido porque, ¿qué quieren decir con eso, que en realidad me estoy ganando este lugar solo porque soy mujer? No digo que no, quizá sea así. Porque también es una época en la que poner mujeres es importante. Que salgan en la foto es importante. Ocupar ese lugar es importante. Y quizás hoy parezca forzado en algunos casos, pero es importantísimo para el futuro. Pero obvio que no está bueno que den por hecho que estás ahí solo por ser mujer. No suma para la confianza.
Ese día que lo encaraste a Messi con esa empatía para leer la temperatura de los que estábamos de este lado, ¿lo habías practicado?
Jamás me hubiese imaginado toda la repercusión que tuvo esa entrevista. Cuando llegué a la zona mixta todavía teníamos que esperar porque los jugadores se estaban bañando. Estaban festejando, ya habían pasado por las entrevistas en el campo de juego, por la conferencia de prensa... Messi ya había dado cinco o seis notas. Argentina se había clasificado a la final y en el vestuario seguían los festejos, entonces tardaron en salir. Me acuerdo de haber visto en el monitor de prensa a Messi festejando con la hinchada, esos ojos plenos y felices festejando. También miré en el teléfono la locura que era Argentina. Internamente pensé: “Esto no se puede terminar. Pase lo que pase el domingo esto no puede depender de un resultado, porque esto es más profundo. Porque su cara, su felicidad, la felicidad de los argentinos, la conexión entre Messi y tanta gente es más profunda que el resultado de una final”. Ahí es donde a mí me surge la necesidad de decírselo previo a la final, antes de saber el resultado, porque después del resultado iba a ser o una arenga o un consuelo. Yo solamente se lo quería decir para que lo supiera, para que fuera consciente de lo que representa. Pero pasaba el tiempo, no venía, y en mi cabeza se cruzaban mil cosas, y entre esos pensamientos se me vino esto de que no hay chico argentino que no tenga su camiseta. No hay. Lo podés hacer más extenso y decir no hay niño en el mundo sin su camiseta, pero yo lo quería focalizar en lo que nos estaba pasando a los argentinos. Me maravillaba eso, que tantos millones de chicos tengan su camiseta y dentro de la cancha hay un solo Messi. Después, mirando el cubo de la TV Pública y yendo un poco más allá, la realidad es que no todos los argentinos tienen acceso a ir a una tienda a comprarse la camiseta. Entonces, si había un nene escuchando y no tenía la camiseta de Messi porque no se la podían comprar, lo estaba dejando afuera. Y ahí vino lo de la original, la trucha, la inventada o la imaginaria. La inventada la puede tener todo el mundo, la podés hacer con un poco de creatividad. Y la imaginaria es esa que sentís tener cuando agarrás una pelota hecha con papel, de trapo o lo que sea, y antes de patear decís: “Va a patear Messi”. Ahí estamos todos incluidos. Por eso esa frase es la única que había pensado un poco, después el resto salió ahí.
Con la cara de él mientras te escuchaba, ¿qué te pasó?
La cara fue todo, fue el 98% de la nota. Fue la atención que me prestó y eso es lo que hace que el momento sea totalmente mágico e irrepetible. A veces pasa que disociás lo que estás haciendo de lo que se te pasa por la cabeza. Yo le estaba diciendo lo que le estaba diciendo y se me cruza el pensamiento de “no me está sacando la mirada de encima, me está prestando atención”. Generalmente, cuando a los futbolistas les hacés una pregunta o les decís algo, miran para un lado, miran para el otro, miran al piso y responden siempre lo mismo. Así es la dinámica, no es que esté ni bien ni mal. Y de repente él salió de esa dinámica común para quedarse mirándome. Yo le estaba diciendo algo profundo, tenía los ojos llenos de lágrimas y mi voz entrecortada, la respiración no era la de siempre, quizá lo conmovió un poco lo que le dije y otro poco mi estado.
Pero no te derretiste, otro con Messi mirándolo así no puede seguir.
Para mí que por todo lo que había pensado antes, tenía en claro lo que le quería decir y no podía cortar. Tampoco me quería extender mucho, entonces lo que me salió en ese momento se lo dije. Para mí fue increíble.
“Cuando hacés algo que sentís que está bien, que va con vos, que está alineado con lo que sentís, y lográs conectarte con el momento, con algo tan grande, te sentís plena”.
Sofi Martínez - Créditos: Anahi Bangueses Tomsig
¿El periodismo te encontró a vos?¿Antes estudiaste derecho?
Estudié abogacía, cualquiera. Hay una utopía relacionada con la justicia que me gustaba. Hice el CBC (Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires) y me fue muy bien. Después empecé la facultad y en civil metí un dos en el primer parcial y me bajoneé. Pero después empecé a entender que la abogacía tiene mucho de burocracia, de hacer el mismo proceso, presentar los recursos ante los distintos casos, pero más o menos lo mismo, y eso me empezó a aburrir, me di cuenta de que no era por ahí. Y un día, así como en crisis total con la carrera, llamo a mi mamá o a mi papá, no recuerdo a cuál de los dos, y le digo que voy a dejar y me largo a llorar. Para mí era muy difícil porque en mi familia son todos profesionales. La mayoría terminó la carrera que arrancó, gente prolija. Ahí mismo empecé a caminar desde la Facultad de Derecho y llegué a la TV Pública. Entré y le dije al de seguridad que quería hablar con el de Recursos Humanos. Debe haber dicho: “¿Qué le pasa a esta?”. Estaba en llanto. Y me dijo: “No te puedo dejar pasar”, me senté y me largué a llorar de nuevo porque estaba con otra crisis superior. Y de repente, pasó una mina de Recursos Humanos. Entonces, el de seguridad me dijo: “¡Ella es de Recursos Humanos!”. Le dije que me gustaría trabajar ahí, nada que ver, acababa de dejar una carrera. Y la chica me dijo que ellos publicaban las búsquedas laborales en una página web, lo hacían a través de concursos. Me dio la página y su mail. Mi viejo me pasó a buscar por ahí y yo volví en llanto. Y ahí decidí primero estudiar Ciencia Política, nada que ver también, seguía perdida. Dejé de nuevo. Finalmente, pensé en Periodismo, pero terminó siendo Periodismo Deportivo porque justo entré a trabajar en la producción de Guido Kaczka, que era a la tarde, y no llegaba ni al turno noche ni al turno tarde de Periodismo, solamente me quedaba la mañana libre y a la mañana, increíblemente, solo daban Periodismo Deportivo. Cuando me enteré de eso, ¿viste cuando empezás a unir con flechas lo que es tu vida?, porque yo en mi vida me la pasaba de bermuda y camiseta. Vivía con la camiseta de las Leonas, con unas bermudas de hombre, en realidad, me gustaba mucho andar con la pelota para todos lados, jugar al hockey, pero mucho más al fútbol. Fanática del futbol. Y cuando me dijeron que solo había Periodismo Deportivo, dije: “Pero ¡claro! ¡Cómo no lo vi antes!”.
Increíble. Encima la escena en la puerta de la TV Pública, donde después terminás brillando en el Mundial. Eso es lo más impresionante. Para mí ahí hay algo mágico ahí. Con los años, termino haciendo aire por primera vez en la TV Pública.
¿En la profesión también conociste a Diego Leuco?
Sí, lo conocí cuando yo era productora de Guido Kaczka y trabajaba en Canal 13. Él hacía El diario de Mariana y nos cruzábamos en los pasillos. Buena onda, pero nada más. En los Juegos Olímpicos que fui a cubrir en 2021, me pasó algo muy loco con Luis Scola, un malentendido que se hizo viral. Por eso Diego me sacó en la radio para hablar del tema y después quedó el contacto. Cuando volví me dijo de salir y ahí empezamos.
Cuando fue el agradecimiento a Messi, Diego estaba totalmente admirado. En chiste, él decía que era indigno hablar tan bien de vos con todo el mundo. ¿Creés que la admiración es clave en la pareja?
Sí, cien por cien. En el vínculo de pareja la admiración para mí es fundamental y creo que eso re está en la nuestra, por lo menos de mi parte. Cuando terminé de hacer la nota con Messi, lo primero que hice fue mandarle un mensaje. En realidad, lo primero que recibí fue un mensaje de mi hermano que decía: “Me hiciste llorar”. Ahí me di cuenta de que lo que yo le quería decir se entendió. Si no, Ale te dice: “¿Qué le dijiste, tarada?”, y no pasó. Después me subí al auto y le mandé un mensaje a Diego y le dije que le había hecho una nota a Messi que me guardaba en lo más profundo del corazón sobre todo por su atención. Me fui de ahí sabiendo que esa nota iba a estar conmigo para siempre. Después explotó y terminó siendo lo que fue. Yo me di cuenta de que algo pasó y por eso le mandé el mensaje. Él estaba al aire, entonces no la pudo ver en el momento, pero lo sabía. Después me escribió y me dijo que la acababa de ver. Ya lo había compartido en redes sociales poniendo: “Le dijo lo que todos queríamos decir”. Es súper compañero. A veces, cuando uno de los dos está en un pico de crecimiento laboral y vive momentos extraordinarios, muchas veces es difícil el rol de la pareja. Hay veces que uno se acompaña re bien y otras que se queda a mitad de camino, que no lo entiende. A mí me pasó en este Mundial que, si bien la diferencia horaria era un montón, nosotros hablábamos casi todos los días por teléfono. Le contaba todo. Imagino que para él podía ser medio pesado, sin embargo, era el primero que quería hablar para que le contara cada detalle. Me hacía de asesor de prensa, compartía mis notas y elevaba mi trabajo. Así que en ese punto creo que la admiración es clave, el saber acompañarse en momentos así es importante.
Después de un hito tan grande y que te pase tan joven, ¿qué objetivos te proponés? Tenés una intención fuerte. ¿Cuáles son tus intenciones para 2023?
Qué difícil, porque yo tenía muy claro que el Mundial era mi objetivo, y ahora que pasó, hay que resetear en cuanto a objetivos, volver a intencionar.
SUÉTER ($23.920, LAS PEPAS), JOGGER ($13.100, DIVINA BOLIVIA), ZAPATILLAS ($29.990, ADIDAS). - Créditos: Anahi Bangueses Tomsig
“Quiero estar conectada con lo que deseo. No deslumbrarme por alcanzar un lugar, sino por vivir más experiencias que tengo ganas de vivir.”.
En una nota de 2020 te preguntaron esto mismo y respondiste: “Me gustaría cubrir unos Juegos Olímpicos y un Mundial”. Pasaron las dos cosas...
Qué locura, ¿no? Estaba allá y pensaba eso. Hace no tanto que, en definitiva, me metí de lleno en el periodismo deportivo. Piensen que recién en 2019 empecé a hacer aire. Y ya haber vivido un Juego Olímpico y un Mundial, que son las cosas más importantes que te pueden pasar y con las que yo más soñaba, no lo puedo creer. También me pasa de decir “che, lo hiciste bien”. A veces una misma se castiga mucho, es muy autoexigente, y a veces está bueno ser consciente de que cumpliste, de que fuiste, aprovechaste la oportunidad y lo hiciste bien. Hay algo muy interno de decirte “¿viste que podías, al final? Tenés la capacidad para hacerlo y lo podés hacer”. Viste que a veces una piensa que le va a salir todo mal. Poder reconocerte a vos misma que hiciste algo y te salió bien es buenísimo. Estoy contenta con estas dos cosas que me pasaron, realmente. Para mí son importantes. Y después, pensando a futuro, no tengo en claro otro objetivo como el Mundial. Lo que sí intenciono es más momentos de felicidad...
¿Qué es lo que te da felicidad?
Pensando en imágenes concretas, no lo sé, pero lo que me deja tranquila y se parece más a la felicidad, para mí, es esa búsqueda constante de la plenitud, de esos momentos de plenitud, de esos trabajos que te acercan a eso, como me acercó al Mundial. Es un momento tan inolvidable por lo que yo sentí ahí, más allá de lo que pasó, y creo que buscar estar cerca de esos momentos y vivirlos, no conformarme ni atarme a otras cosas, es lo que quiero, y estar conectada con lo que deseo. No deslumbrarme por alcanzar un lugar, sino por vivir más experiencias que tengo ganas de vivir. Ahora en 2023 pienso qué quiero hacer, no dónde quiero estar. No sé si será la TV Pública, ESPN, Urbana Play o cualquier otro lado. ¿Qué tengo ganas de hacer?
O de sentir, ¿no?
Claro, o de experimentar también... ¿Son más eventos deportivos? ¿Es ir a conocer las historias que rodean un evento importante? ¿A un mundial de fútbol femenino como el que se viene ? ¿A un mundial de rugby como también se viene pronto? ¿A un evento de Fórmula 1? Estoy tirando cualquier otro deporte. Yo creo que va más por ahí que por decir “quiero conducir un programa”. No tengo tanto esa ambición, sino más bien la de sentirme viva desde el otro lado, viviendo esas experiencias que siento que a mí me movilizan. Quiero más de eso en este nuevo año.
Maquilló y peinó Jor Antico.
Agradecemos a Racing Club, Valentina Pérez Kenny y Magaly Ascencio su colaboración en esta nota.
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