Tefi Russo, la revelación de Olga: "La mujer tiene que hacer un laburo extra para que al público le cierre"

 

¿Cómo fue lo de los People Choice Awards? 

La cuestión fue así, en octubre del año pasado recibo un mensaje por Instagram de ahí del canal y después recibo un mail y después me daban como muchas vueltas porque querían como una reunión con bastante gente, gente de la NBC. Y yo pensaba, ¿sabes qué? O pensaba que querían que haga una alfombra roja cubriendo desde el sillón de casa, pero arrobando alguna marca o algún canal, pensé que me llamaban por eso. Y de repente, cuando me dan la noticia de que iba a estar nominada, dije, ¿qué les pasa? ¿Por qué? Es verdad que trabajo en las redes hace 12 años, pero bueno, no por comparar, pero hay cuentas enormes de muchísimos seguidores, mucho más de los que tengo, de 200 mil likes por posteo. Y ellos me dijeron que estaban buscando algo diferente este año, querían subir un poquito la edad. Me dijeron, vieja de mierda básicamente. Y estaban buscando darle otro enfoque, valorar un poquito más el contenido de calidad que el número o la métrica. Después llegó la instancia de la votación. Ahi mi hija me hizo toda una investigación y me dijo: "mamá, no ganás. No hay chance porque hay una mexicana que no sé qué cosa, después hay una chica que..., tengo todo estudiado, no ganás". Pero mi hija se olvidó de que soy argentina.  

La manija.  

La manija argentina. Así que el premio fue básicamente porque la gente en ese país está loca.  

Todo lo argentino nos convierte en fans.  

Súper agradecida, de todos los que votaron y se comprometieron a votar todos los días. Había un día turbo que valía más  votaban a full. Todos fueron muy amorosos con acompañarme en ese momento. Y después me tocó ir a la premiación. Llegó un momento que me dijeron, podés ir con un acompañante. Yo me quería ir con toda la familia. Y me tocó decidir entre mi hija y mi marido. Que dije... No puedo elegir. Mi hija tenía que venir sí o sí. Porque con ella hago Inutilísimas desde el 2012. Desde que era muy chiquita. Pero bueno, también entiendo que a un evento así es lógico ir con tu pareja. Así que la pasamos horrible. Llegó un momento que dije, no puedo elegir. Y bueno, pedimos y pedimos y  pudimos meter uno más. Pero fue una locura. Fue un muy lindo mimo. Algo impensado. Esto fue en febrero. No pensé empezar el año de esa manera. El lugar, el momento, la ceremonia. Ahí está categoría "mejor película", "mejor actor". Es una categoría más baja la nuestra. Pero bueno.  

¿Y qué sentís con el mote de Influencer? Porque sé que te cuesta un poco. Pero bueno, ahora sos la Influencer del año. No te podés hacer la boluda. 

Del año, claro. Me tengo que hacer cargo. No, no es que me cuesta. Es que sé que está bastardeado. Y sé que mucha gente no entiende de qué se trata lo que hacemos. Y está bien. No lo tienen por qué entender, pero lo cierto es que hay un trabajo detrás. Se subestima mucho el trabajo de las redes sociales. Hay mucha gente que tal vez no sabe que se puede trabajar de esto. Pero en esto también se puede trabajar con mucho esfuerzo, con mucha constancia, con mucho profesionalismo. Lo digo y por ahí a veces yo también prejuzgo a los creadores de contenido. Pero bueno, le tengo que estar completamente agradecida a las redes y a ese título porque hace 12 años que lo hago y puedo trabajar de lo que me apasiona. 

Otro gran hito de este año fue tu llegada a Olga. 

Yo ya me empiezo a tapar. (risas) 

Iba por ahí, sí. Es que llegaste a Olga y fuiste una revelación. Tuviste que cambiar un poco para adaptarte a Olga o siempre eras así de zarpada, pero en Instagram te recatabas... 

Ese es el punto. Yo ya me empiezo a tapar. Me pongo toda colorada. La verdad que lo tengo que decir. Yo soy tipo Jaimito desde muy chiquita. Muy guaranga. Mesa familiar, Navidad y la petiza levantaba el brazo y decía cualquier cosa. Cualquier cosa. Y vos en las redes mostrás lo que querés. Yo siempre en historias me di licencias y jodía mucho, pero a simple vista era la minita que cocinaba prolijo en una cocina blanca. Y sí, soy un poco guarra. Nunca me jodió hablar de sexo a lo guarango. Mi mamá a veces me reta. En el streaming es eso, después no hay mucha búsqueda. Sí, soy media guaranga para hablar. Es re básico. No es que haya tan talento increíble. 

Mi talento oculto: putear y hablar de sexo. 

Básicamente. Pero igual, más allá de lo chato de eso, para mí hay algo en no ser frustrado, en hablar libremente. Creo que el humor es una parte muy importante de la vida, aunque para algunos parece re superficial.  

¿Y qué onda la reacción de la gente?  

Tenés de todo. En el stream tenés que pasar un filtro. Siento que las mujeres tenemos que pasar un doble filtro. Y eso es algo que voy descubriendo no solo conmigo. A veces, cuando viene alguna mujer a hablar de algún tema, a hacer una columna, hago el ejercicio de mirar el chat y es tremendo lo que pasa con nosotras. Eso no pasa cuando viene algún hombre a hablar de otro tema. Y ese ejercicio sí es algo que hago, que observo, que miro. Y digo: "loco, qué difícil es caer bien, que no te miren con desconfianza. ¿Y ella por qué es así? ¿Y por qué está acá?". Y siempre están esas preguntas muy incómodas que siento que todos tendemos a hacer. O tal vez los que nos dimos cuenta ya lo empezamos a soltar. Pero siento que la mujer tiene un filtro mucho más severo que el hombre. El hombre como que más o menos cae bien inmediatamente. La mujer tiene que hacer un laburo extra para que más o menos al público le cierre. Y eso me parece una cagada. Pero más allá de ese filtro, el stream es un nuevo mundo desafiante. Es trabajar y hablar con un chat que opina de absolutamente todo lo que decís. Y por supuesto, eso llevó su tiempo acomodarme y entenderlo.  

¿Es difícil hacerle el contrapunto a Migue? 

Bueno, ahora me entero que hay mucha gente que tiene miedo de sentarse en la mesa por Migue. Los chicos, tanto Migue como Luqui, fueron unos genios desde el principio. Tuve inseguridades propias, pero no porque ellos me hicieran sentir incómoda, sino porque estás en un mundo donde todos son actores, todos improvisan, todos hacen humor, cantan, tocan instrumentos. Y yo no soy de ese mundo. Pero, de repente, fui encontrando mi lugar. Y de repente entendí que mostrar algo distinto, o tal vez no tener todos esos talentos, tiene su sentido. Sirve para atraer a otro público. Tuve algunas incomodidades hasta que me acostumbre al chat, pero el equipo es increíble. 

¿Lo ves todo el tiempo al chat o tratás de no verlo? ¿Cómo lo manejás?  

No sé, o sí lo veo, pero ya no me afecta tanto. Hay días que no lo veo. Hay días que lo veo cuando viene otra persona, que quiero entender qué es lo que le pasa al público. 

Había algo de ese feedback permanente que ya tenías de las redes, ¿no?  

No, es otra cosa. Es otro público, gente que no te conoce, gente que al principio le vas a caer mal. Ya sea por ser mina, como te decía recién, o porque no te conocen, o porque simplemente no le caes. Y está bien. Es parte de las reglas del juego.  

¿Cómo decidiste meterte en Olga? 

Fue increíble porque yo fui a hacer una prueba un día. Después me dijeron: "vení otro día más". Después me dijeron: "vení un tercer día". Y después ya fui a las oficinas y me dijeron si estaba para hacer una prueba de un mes y como yo estaba con ganas de hacer algo distinto, agarre por un mes. Cuando pasó el mes, me ofrecieron quedar fija. Me encantaba, pero era un cambio enorme de vida. Muy, muy, muy grande. Pensá que yo antes hacía la tiendita Inutilísimas de lunes a viernes. Y ahora hago solo eso los viernes. De lunes a jueves estoy en Olga. Pero entre que tengo dos horas de ida, dos horas de vuelta en auto, más el tiempo de programa, se me va la semana. De lunes a jueves me dedico full a eso. Y todo lo que hacía en cinco días, lo apreté en un día.  

¿Qué te hizo decir que sí a este sacrificio?  

No, sacrificio no. Es trabajo. Creo que en este momento de la vida, tengo que estar recontra agradecida de tener trabajo. Además, yo laburo muy sola en Inutilisima. Tenemos un equipo muy chiquito, ya le encontramos la vuelta pero laburo mucho con la computadora, sola en casa. Tenía ganas de tener compañeros de laburo, de irme, de salir de casa. El home office es hermoso por momentos, pero por momentos necesitas salir. Y justo yo estaba con esa inquietud a principio de año. Y cayó en el momento que tenía que caer y los guachos fueron de a poquito. Bueno, vení un día, vení a hacer la prueba y de repente, bueno, me cambió la vida para bien y con algunos esfuerzos para otras cosas. 

¿Sentís que podés ser más auténtica en Olga? 

No, yo siempre soy auténtica, pero lo que pasa en el stream es que no lo podés pilotear. En el stream mostrás lo que sos, mostrás lo que te da risa, mostrás lo que te interesa, tus metidas de patas, tus ignorancias, las cosas buenas, las cosas malas, las miserias. Nosotros no tenemos cortes ni para ir al baño, no hay música, es de corrido. Entonces, tarde o temprano, se ve todo. Así soy yo en la vida. Con mis amigas nos divierte hablar de guarangadas, reírnos de memes, es re básico. No hay mucha búsqueda, pero porque siento que esa simplicidad y ese humor, hace que me enrosque menos y que disfrute más. Pero no es que me levanté y dije: "quiero mostrar otra faceta". Para mí la Tefi de Olga no es una faceta, es lo que hay, es lo que soy. Y, de hecho, lo que me pasa ahora es que la quiero ocultar un poco. De repente digo, no puedo decir tantas guarangadas, no puedo no medirme con lo que digo.  

¿Regular un poco esa autenticidad? 

Es que en el stream, como en la vida, no pensás tanto lo que decís todo el tiempo. Hay veces que pones la cabeza en todo lo que estás haciendo y diciendo y otras veces que decís lo primero que se te cruza. Hay días que me levanto y digo: "hoy me voy a portar bien, no voy a decir nada" y de repente se me escapa y los chicos me miran. Y encima lo que me pasa mucho es que vos ahí en el stream, como que la gente más o menos entiende qué hace cada uno, qué le divierte cada uno, qué va a decir cada uno. Te conoces, entendés el contexto. Entendés que es todo desde el humor. Hacemos columnas de temas muy profundos, muy serios, pero fuera de eso, es todo con humor. Y de repente lo peor que te puede pasar es cuando esa boludez que dijiste o esa guarangada que dijiste o esa metida de pata que hiciste lo sacan de contexto y hacen una nota en los medios tradicionales. Ahí yo apago el teléfono y digo, son dos días, tres, va a pasar.  

¿Y con tu hija o los amigos de tu hija te da vergüenza? 

Se muere de la risa. Ya está. Nosotras manejamos la vida real con mucho humor. Es una parte muy importante de mi casa y de nuestra dinámica y de la confianza que tengo con mi hija. Y también hay que entender que a veces uno se hace más de lo que es. Haces una boludez o haces un chiste, a veces es real o a veces lo exagerás. No es mentir, pero es un poco lo que hacemos en la diaria cuando estamos sentados con amigos. Una vez me pasó de mostrarle algo porque dije, lo va a ver, y yo estaba al lado como esperando su reacción y se cagó de risa.  

Pasó la prueba.  

Con mi marido también me pasa a veces de querer chequear antes. Los chicos de las redes sociales en general suben sin avisarme los recortes, pero si hay algo medio border me preguntan. Entonces el otro día fui a mi marido y le dije. 

¿Ese recorte que se viralizó en el que contabas que el Pollo al principio no era bueno en la cama? 

¡Ese! Terminó siendo tendencia #laordeñadora. Yo, cuando vi que la ordeñadora era tendencia en Twitter, dije: “¿por qué hago esto?”. Yo se lo había mostrado al Pollo antes y se murió de risa, no sabíamos lo que iba a pasar después.  

¿Hay alguna persona en el mundo que te dé vergüenza?  

Mi mamá ya está curada del canto desde muy chica. Ella empieza a decir ¡Ay, Estefania, cállate!”, sufre. Con mi marido somos muy parecidos con esas cosas y con el humor. Creo que mi hija fue la prueba que hice, que dije, a ver esto. Lo que me pasa es que a veces uno no toma dimensión de a quién le llega. Vos en el stream te olvidás que hay de 60.000 o 100.000 personas del otro lado, depende del día. Te olvidás. Y después, de repente, cuando salís y te gritan: “¡Ordeñadora!”. Ordeñadora. Fuertísimo. Es muchísimo. No, no soy eso (risas). Es una anécdota, se fue de las manos, te juro. 

¿Pensaste en cambiar tu contenido de redes para cocinar menos y hacer más humor? 

Lo que me pasa es que siento que a mí el eje me lo marca la gastronomía. Porque me pasa con otras cuentas que veo que empiezan a hacer otras cosas y pierden el eje de lo que se quiere comunicar y empieza a haber como un cambalache de información, de marcas, de cosas. En mi caso, que el disparador sea la gastronomía, me mantiene en una línea que quiero seguir. Sí, hoy tendría la oportunidad de darme licencias o salir un poco de la gastronomía, pero estoy re encaprichada con querer seguir con lo gastronómico porque es un lugar que me gusta. Siempre me ocupo y me encargo de aclarar que no soy cocinera profesional, por supuesto. Cocino desde muy chica, desde los 6 años o antes incluso. Pero para mí están los cocineros de verdad y los que salimos de las redes. Podemos saber mucho de cocina o no tanto, pero para mí somos los "nuevos cocineros" y los "de verdad". Pero sí creo que logramos algo en las redes sociales, que está buenísimo y es cercano para un montón de gente.  

¿Cuál es el objetivo de Inutilisimas? ¿Cuáles son los valores que te gusta comunicar? 

Creo que el objetivo principal es que la gente cocine más. En cuanto a valores, un poco lo que te decía antes: el humor, la autenticidad, la simplicidad. Con la simplicidad igual tengo una contradicción porque soy re hincha con lo que grabo, con la estética, con la decoración, con las recetas, con el emplatado, con la imagen, con la cámara, con las fotos. Entonces, ahí digo, bueno, no sé si hay tanta simplicidad. Pero lo hago no desde acartonarlo, sino desde que me gusta mucho producir hermoso y de calidad. 

Sí, porque hoy en día con TikTok se volvió todo más crudo, sin editar... 

Sí, lo hacés con el teléfono y listo. Pero a mí me gusta lo estético, me gusta la luz natural, me gusta que la comida salga hermosa, me gusta. Y te digo que soy malísima con las redes porque tendría que hacerle mucho más caso a las reglas, al algoritmo, a que el video no dure tanto, a hacer el video mucho más rápido en vez de hacerlo lento. Pero a mí me gusta esto. Es lo que quiero mostrar, es lo que me gusta y confío en que hay un público tal vez que valora eso que yo intento mostrar.  

Contame de tu relación con el Pollo, ¿cumpliste aniversario de casados hace poco, no?  

Cinco años de casados. Estamos hace siete, sí. 

¿Y qué mejoró y qué se potenció para mal en este tiempo?  

No creo que algo haya empeorado. Es que somos tan simples. De verdad que nos enroscamos muy poco, nos acompañamos mucho, simplificamos muchas cosas que tal vez para otras familias, otras parejas es un problema. No sé. Ejemplo, Navidad, Año Nuevo. Siempre los medios nos separan en Navidad. O sea, creo que es el problema que tienen todos en esta época. ¿Con quién pasamos Navidad? Entonces nosotros lo hacemos muy simple. Yo tengo a mi hermana y a mis sobrinos viviendo en San Sebastián y vienen para las fiestas. Con lo cual yo quiero estar con ellos en Navidad. Y Joaco tiene a sus sobrinas, a su familia y también. ¿Por qué él va a querer venir a pasarlo conmigo y por qué yo voy a dejar a mi hermana y a mis sobrinos y reunirnos a todos es un quilombo? Hacemos muy simple. En Navidad cada uno con su familia y Año Nuevo juntos. Para nosotros es simple. Fácil. Práctico. No es ni un problema. Y para la gente es un temón. No solo para las notas que nos hacen que nos separamos, porque nos ven que en Navidad estamos solos o separados cada uno en la casa de su familia o con sus respectivas familias. Si no que lo charlas en algunos lugares y hay gente que te lo entiende y hay gente que le parece un horror. Y no sé, para nosotros no es un problema. Entonces tal vez esa practicidad o simplicidad en un montón de cosas hace que hayan pasado los años y estemos tranquilos y sigamos siendo muy compañeros con mucha independencia e individualidad con nuestros trabajos.  

Ustedes no se hacen problema, pero la gente los vuelve locos... 

Sí, increíblemente sí.  

¿Te acostumbraste a que estás ahí en el juicio del comentador?  

Me acostumbré a que la gente opina un montón y que todo lo que hagas va a estar mal para muchos. Mal para alguien. Y no pasa nada, real. Ni tenemos que salir a demostrar nada ni nos quita el sueño. A veces soy justiciera, a veces te da bronca algunas cosas que dicen o que asumen. 

¿Te enojaste? ¿Te pasó de agarrarte? De que te salga la tana. 

No, me controlo bastante. En las redes me controlo. Un poco. Es que no tiene mucho sentido. En cuanto a nosotros, creo que pasaron los años y seguimos siendo compañeros y nos seguimos divirtiendo y seguimos respetando mucho la individualidad de cada uno y la independencia de cada uno, los laburos de cada uno, que la logística sea fácil, acompañarnos. Obviamente, nos agarramos con la comida, por ejemplo. Yo a veces no quiero cocinar o porque estuve todo el día en la calle o porque estuve todo el día cocinando o todo el día pasando propuestas de recetas para una marca y a la noche llegó y le digo yo no me encargo y para él es delivery o milanesa. Esas son las únicas dos opciones. Y después de siete años que las únicas dos opciones para comer de su parte sea delivery o milanesa, con lo que amo la milanesa, pero, por favor, dale, te lo pido. Un arrocito, que se te caiga otra idea. Pero también me acostumbré a eso y él se acostumbró a que yo soy muy ordenada, como que nos fuimos complementando. Yo soy re hincha pelota con el orden. Me mata. Pero para mí el orden es practicidad. 

Se han metido mucho en tus decisiones de vida, decisiones grosas de pareja, que si no tienen más hijos o que si viven juntos o separados. ¿Cómo manejas los comentarios incómodos o desubicados que aún hoy le siguen haciendo, sobre todo, a las mujeres? 

La gente habla mucho sin saber cómo es nuestra dinámica en casa, como nos comunicamos, como nos acompañamos. La gente siempre va a opinar de todo, para bien o para mal. Pero en general siempre es mucho más inmediato pensar mal. Es más fácil hablar desde afuera, es más fácil juzgar. Pero es una tarea de todos tratar de estar tranquilos con lo que hacemos, seguros de quiénes somos y que no nos interfiera tanto la opinión del resto. No es fácil en absoluto, menos si te agarra con la guardia baja. Pero en cuanto a los que opinan mal de vos, o se meten, o hacen preguntas incómodas, totalmente fuera de contexto para los tiempos que vivimos, siempre hay que pensar de dónde vienen esas preguntas o comentarios. Si es de gente que piensa completamente distinto a uno, entonces es un buen síntoma. A mí me pasa, por ejemplo, Joaco tiene un grupo de señoras que me odian. Me odian las señoras. Porque tal vez no pudieron ser algo que les hubiese gustado de una manera más libre y menos machista. No lo sé. Entonces, cuando ese público me odia tanto y se enoja tanto y me critica tanto y me dice cosas horribles, digo, bueno, no está tan mal que me odie este público.  

¿Qué se viene en 2025? 

Justo me agarrás en un momento de tomar decisiones, así que no tengo ni idea de que se viene para 2025. Pero si parto de la base de que todo lo que me fue sucediendo en los últimos años no fue algo planificado, creo que voy a seguir así. Que me sorprendan las oportunidades que van apareciendo,  las cosas que suceden, que jamás me las imaginé, pero las agradezco, las aprovecho, las disfruto. Ya veremos que se viene. 

Nuestra nota de tapa nos propone intencionar y pedir deseos, power wish los llamamos. ¿Tenés algún deseo? 

No soy mucho de los balances ni de tomarse el fin de año como algo apocalíptico. Viste que en diciembre parece que todos nos tenemos que ver porque es como que se termina el mundo. Entiendo que hay mucha gente que le hace bien hacer balances o ponerse objetivos y metas para el próximo año. Tal vez lo mío sea por cábala, porque nunca lo hice. Tal vez sea porque trato de mantener el fin de año y el comienzo del año próximo con un equilibrio y sin tantas expectativas. Mi filosofía es que fluya de un año al otro y que la vida me sorprenda.