Atrapada entre Coldplay y Gran Hermano
¿Fuiste al recital de Coldplay? ¿Ves Gran Hermano? Si las dos respuestas son negativas, ¿podés charlar con otros o te quedaste sin tema de conversación?
8 de noviembre de 2022 • 09:13
Coldplay en Argentina. - Créditos: Getty.
El bitema
Cuando el estadio enterito se enciende primero del mismo color y luego va cambiando y las muñecas se mueven porque la gente baila, y la ola de luces pareciera tener vida propia, no podés no emocionarte.
Encima Coldplay agarra y toca De Música ligera, para mí que ellos son un poco los Soda Stereo de Inglaterra. Qué hermoso, qué alegría tenerlos en nuestro país en esa procesión devota que se da hasta el estadio en cada recital. Un ritual.
A mi Alfa me genera sensaciones encontradas. Hay días en los que lo detesto y días en los que me da algo parecido a la ternura. Por otro lado las chicas qué jugadoras eh, cómo vienen. No termino de entender si son malas personas o si están dispuestas a todo para ganar y lo bien que hacen.
Otro que me cayó simpático es el tiktoker que se metió en la casa de Gran Hermano, eso sí es aprovechar oportunidades.
Y también pienso que, si siguen perdiendo los desafíos semanales, van a tener que empezar a cenar el pasto del patio. Tendrían que organizarse mejor, mirá.
Pero no los critico mucho porque, más allá de que son elegidos por una producción que arma un programa de entretenimiento, un poco también son el reflejo de lo que somos como sociedad.
Esos son los dos temas de agenda de lo cotidiano. Los escuchamos en la puerta del colegio, en los chats, en la oficina, en las redes sociales y en las salas de espera.
La verdad verdadera
Lo cierto es que no fui a ver a Coldplay y nunca, pero nunca, vi ni una partecita de esta edición de Gran Hermano.
No saqué entradas, aunque ahora recontra iría a jugar con las pulseritas, porque la banda no me encanta, y no veo Gran Hermano porque me aburre. Cero snobismo eh, si me divirtiera lo vería sin problemas y sin ocultarlo, pero no.
Sin embargo, puedo escribir las líneas de los primeros párrafos de esta columna con algo parecido al conocimiento de causa.
En las redes sociales hay expertos: Twitter está lleno de granhermanólogos e Instagram y tiktok repiten trends del recital de Coldplay en loop, como si todos fueran de una sola persona. La misma experiencia mostrada millones de veces. ¿Todos sentimos lo mismo frente a algo que nos conmueve?
Los medios, los políticos y las conversaciones, además, los amplifican hasta el punto de que en cualquier momento empecemos a dudar… ¿De verdad no estuve en el recital? ¿De verdad…?
Combatiendo el fomo
Se puso de moda la palabra “fomo”, ¿La conocen? Es el acrónimo de “fear of missing out” y se refiere al miedo a perderse algo. El recital de Coldplay o el fenómeno Gran Hermano, por ejemplo.
Y eso nos pasa porque sentimos que nos quedamos afuera no solo de las conversaciones sino también de las emociones. No estuvimos ahí, no formamos parte.
Nos quedamos, también, sin tema de conversación aunque, claro, podríamos ser nosotros los que propongamos otro tópico en lugar de esperar, siempre, que sea el otro el que nos hable.
Es un buen momento, cuando sentimos algo de esto, para pensar por qué hacemos mucho de lo que hacemos y qué haríamos si no estuviéramos haciendo eso que estamos haciendo solo para formar parte. Lindo trabalenguas, pero los, me, invito a revisar cuál es el motivo detrás de cada uno nuestros consumos culturales.
No sé si hay algún móvil más válido que otro, pero hacerlos conscientes ya me parece una diferencia del tamaño del Cañón del Colorado.
Todo lo que nos reúne, sobre todo en un país que sabe de grietas, es atractivo, pero tranquilos que cuando estemos con los últimos habitantes de la Casa de Gran hermano y Coldplay, finalmente, se vaya, arranca el Mundial de Qatar.
¿Cómo era que se jugaba el fútbol….?
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