Frente a la incertidumbre, estos son mis 4 principios claves para afrontarla
Sole Simond señala que, después del resultado electoral, la grieta parece profundizarse. Sin embargo, sostiene una esperanza: que las diferencias tan radicales que resurgieron sean el último coletazo para una mayor unidad.
27 de noviembre de 2023
Frente a la incertidumbre, ¿cómo podemos estar mejor? - Créditos: Getty
“El que se quemó con leche, ve una vaca y llora”, dice el saber popular, y convengamos que es un mecanismo prudente, para así evitar caer es viejos errores nuevamente. Sin embargo, ¿qué pasa cuando la herida nos inmoviliza?, ¿nos aleja de aquellos que queremos?, ¿nos vuelve desconfiadas?
En esta última semana, después del resultado electoral, la grieta parece profundizarse. Sin embargo, yo no pierdo las esperanzas, y creo que así como el momento más oscuro es justo antes del amanecer, este rebrote de las diferencias tan radicales puede ser el último coletazo para una mayor unidad. Quizás suene utópico, pero ya sabemos que la era que viene nos necesitará unidos, así como en la pandemia, que fue una antesala de la transformación colectiva: unidos en nuestras diferencias.
Y ESE es el desafío: porque todos amamos lo similar, aquello que nos hace sentir cómodos y no amenaza nuestro statu quo. Pero, ¿qué sentido tendría este mundo si estuviera poblado con un montón de personas que pensaran, actuaran, sintieran como nosotros? Una Argentina de clones nuestros. Imaginate.
Lo diferente viene a enseñarnos, a veces, a integrar algo que no vemos; otras, a confirmar aquello que pensamos; otras a invitarnos a ser más compasivos, o a ganar mayor paciencia; otras, a pararnos frente a lo que creemos correcto. Sin embargo, el diálogo nunca puede dejar de ser el camino. Porque es gracias a las conversaciones con quien no piensa igual que podemos ver nuestros puntos ciegos, ganar distancia, poner en jaque nuestra verdad. Porque al fin y al cabo, ¿qué es la verdad?
En mi camino espiritual entendí que es aquello que permanece inmutable, ¿pero qué es lo que no cambia cuando todo cambia? Es una pregunta para llevarnos, para masticar en silencio, porque en el último tiempo hubo demasiado ruido.
Me voy a dormir viendo la última entrevista a Milei, estoy atenta a cuánto vendo/compro dólares, en mi chat de amigos no hablan de otra cosa, escucho escenarios apocalípticos al lado de la máquina de café. Me animo a pensar, y me da alivio eso, que la verdad se construye entre todos, que ya no hay espacio para individualismos, que la conciencia colectiva, las certezas sociales son más fuertes que la voluntad personal. En eso confío.
Confío también en que todos los procesos de cambio que afrontamos nunca son cómodos, pero que a la larga encuentran un sentido. Claro, si lo buscamos, si elegimos las narrativas que puedan capitalizar la vida. En estos días de transición, en los que a veces nos gana la confusión y la incertidumbre, procuro trabajar con cuatro principios claves.
Soy una agente de paz: no disemino paranoia y miedo, porque las heridas a veces arman boards inspiracionales sin darnos cuenta de lo poderosa que es la profecía autocumplida. Por eso soy respetuosa y cauta con mis palabras. La paz empieza en casa siempre.
Me informo saludablemente: elijo a quienes escuchar, sé cuándo apagar YouTube, propongo otras conversaciones, y también comunico lo que a mí me hace bien.
Salgo de las bipolaridades: entiendo que así como en mí se integran luz y sombra, bueno y malo, generoso y mezquino, la vida está compuesta de opuestos. Nadie es un ángel o un demonio, sino que más bien funciona como el yin y el yang, somos un entramado de habilidades y debilidades, también producto de un contexto. Nada emerge de un repollo.
No me anticipo: entiendo que es lógico preocuparnos, pero no me puedo permitir esa fuga de energía hoy, en cambio, tomaré decisiones cuando haga falta. Pero, en el mientras tanto, dejaré que esta nueva realidad se devele, respetuosa de la voluntad popular.
Ojalá que esta etapa sea una invitación a mirarnos todos desde nuestras miserias y dolores (porque a todos nos duele), pero sobre todo desde nuestra esperanza de un país mejor, para darnos cuenta de que, en el fondo, es más lo que nos une que lo que nos divide.
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