Tras la muerte de Mariano Caprarola: "No conocemos los riesgos de los procedimientos estéticos"
Angie Monasterio, activista contra el Síndrome de ASIA, habla de intervenciones como las de Mariano Caprarola, Silvina Luna y de su propia experiencia.
18 de agosto de 2023 • 13:53
Silvina Luna formaba parte de una larga lista de pacientes que denunciaron al cirujano plástico que no tenía matrícula para ejercer - Créditos: Archivo LN
No somos una moda y no estamos locas. Esta la frase que me repito una y otra vez cuando hablo sobre los riesgos de los implantes mamarios y los procedimientos estéticos experimentales a los que nos sometemos las mujeres de todo el mundo sin saber que, en muchos casos, estamos haciendo de cobayas humanas.
Los implantes mamarios pueden afectar de forma directa el sistema nervioso, ya lo dijo el Dr. Yehuda Shonfeld en el último Congreso Internacional de Reumatología (CORA CONGRESS). La ansiedad, la depresión, los ataques de pánico, las palpitaciones, el insomnio son todos síntomas reales que pueden estar vinculados a nuestros implantes mamarios. No estás loca, estás intoxicada.
Amanecí con la noticia sobre la muerte de Mariano Caprarola y, una vez más, se me estruja el pecho y se me hunde la garganta. Me pesan la falta de información, la desinformación, el negocio por encima de todo y el slogan del cirujano que lo envenenó: "De tu inversión, hacemos tu mejor versión". Sí, invertimos en enfermedad sin saberlo porque no fuimos correctamente informados sobre los verdaderos riesgos de estos procedimientos. No somos una moda: el Síndrome de ASIA no es una tendencia de redes sociales.
El año pasado la FDA exigió el "Black Boxing" a los fabricantes de prótesis mamarias. Al igual que los cigarrillos, las cajas de implantes llevan una etiqueta negra en la que lee: "Estos dispositivos pueden causar cáncer, están vinculados a síntomas sistémicos y cuanto más tiempo ud. los lleve en su cuerpo más aumentan sus chances de sufrir complicaciones". ¿Cómo puede ser que esto no se sepa? Las mujeres que se implantan, convenientemente, jamás ven estas cajas.
Hoy Silvina Luna batalla por su vida en una cama de hospital y para nosotras, las que "zafamos", es inminente hablar y visibilizar. ¿Cuántas más habrá en esa misma situación, que no son famosas, que no salen en los medios, que no tienen los recursos, ni la prensa? Tristemente Silvina no es un caso aislado. Somos muchas, cientos de miles alrededor del mundo. Muchas no diagnosticadas o mal diagnosticadas debido a la falta de información que hay sobre el síndrome.
El año pasado me abracé junto a algunas en el Primer Encuentro Internacional sobre ASIA en Cartagena, Colombia. Mañana me toca abrir el Primer Encuentro de Argentina. Mientras preparo mis palabras repito una vez más: "No somos una moda y no estamos locas".
Me preparo para dar este gran paso junto a mis compañeras, sobrevivientes de una enfermedad huérfana y me imagino de acá a diez años un mundo donde todos sepan que los implantes mamarios al igual que el cigarrillo fueron una moda que enferma, causa cáncer y, en algunos casos, también mata.
No somos una moda, no estamos locas, la mejor inversión que podemos hacer es informarnos: nuestra mejor versión es un cuerpo sano y nuestro mejor cuerpo es el que nos permite vivir.
Nota gentileza para OHLALA!
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