¡Yo no quiero ser como ellas!
Desde Amy Winehouse hasta Raquel Mancini, una selección con las celebridades a las que la fama no les hizo nada bien; mirá la lista y opiná.
15 de julio de 2009 • 17:26
Sobrellevar la fama no es tarea sencilla. Tenerlo todo, poder acceder a lo que quieras, cuando quieras, a priori parece maravilloso pero no puede (¡no debe!) ser fácil. Y, si a esa incontrolable (y paradójica) posibilidad le sumamos un grado de exposición elevado, las cosas se ponen aún más complicadas. Porque, que el mundo entero te reconozca y hable de vos está bueno pero, ¿hasta qué punto es tolerable que todos estén atentos a lo que hacés y dejás de hacer? Muchas celebridades simplemente no pueden lidiar con eso; y derrapan, se pierden en el descontrol y las adicciones. Otras, que quizás no derrapan, abusan de sus recursos para abstraerse y terminan transformando su cuerpo hasta tornarse irreconocibles. Aquí, cinco casos de chicas (y señoras) famosas que, de una forma u otra, se convirtieron en algo que nadie desearía ser.
Amy Winehouse:
Dueña de una de las voces femeninas más destacadas de los últimos años, Amy grabó dos discos
(Back to Black ,
de 2006, fue el que la lanzó a la fama mundial con hits como "Rehab") y después… Después, todo lo que alguien puede hacer para destruirse a sí mismo: drogas, muchas drogas, rehabilitación, alcohol en cantidades industriales, rumores de bulimia y anorexia, más rehabilitación, escándalos públicos (con peleas sangrientas incluidas) con su esposo que, además de acompañarla en su derrape, es un convicto reincidente.
Raquel Mancini:
Un caso local, para no quedarnos atrás. Raquel comenzó su carrera siendo una hermosa modelo de ojos verdes en la década del noventa y, después de unos pocos pero exitosos años, desapareció de súbito. Obligada, claro, por su terrible compulsión hacia las cirugías plásticas (a pesar de su increíble figura) que la llevó a padecer varios casos de mala praxis y terminó por transformarla para siempre. Ninguna querría pasar por eso, jamás.
Cher y su hija:
Como Cher, la Cher de ahora (esa mezcla entre Nacha Guevara y Moria Casán), nadie quiere ser, está claro. Y se ve que la única hija que tuvo con Sony (de Sony & Cher, ¿se acuerdan?) tampoco. La pobre criatura (que ahora tiene 40) tuvo que tolerar toda la presión de la fama sobre sus hombros: su madre la obligaba a someterse a dietas y cirugías y, obvio, a aparecer en su programa. A los trece dio cuenta de su homosexualidad y acaba de anunciar que se cambiará el sexo. Y ya no habrá vuelta atrás.
Whitney Houston:
No es necesario hablar de sus épocas de gloria, todos la vieron en El Guardaespaldas y escucharon "I Will Always Love You" hasta el mismísimo hartazgo. Pero luego la cosa se complicó: además de los sucesivos problemas con su marido, el para nada inocente Bobby Brown, sufrió arrestos por posesión de droga (al parecer, no le hacía asco a nada: marihuana, cocaína, crack…) y hasta una demanda hecha por su propio padre. Ahora vuelve, después de seis años, con un disco nuevo, pero esta vieja Whitney ya no es lo que era…
Lindsay Lohan:
Y, como ejemplo de lo que NO hay que hacer si sos una (actriz de la factoría Disney, pseudos-cantante) adolescente inocentona y te llega toda la fama de repente, LiLo. Con 23 añitos, vivió las mil y una: (varios) arrestos por conducir ebria, adicción a ¿todo?, períodos de rehabilitación, escándalos y mucha controversia con su actual pareja, la DJ Samantha Ronson.
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