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Duelo: 4 claves para aprender a sobrellevarlo

¿Qué nos pasa cuando ellas dejan este plano? Consejos para poder transitar el duelo y el recuerdo vivo de nuestras lectoras hacia sus propias madres.


Claves para lidiar con la pérdida de un padre.

Claves para lidiar con la pérdida de un padre. - Créditos: Getty.



Cuando una mamá se muere, invade un dolor tan profundo que nos atraviesa en todos los aspectos de nuestra vida. ¿Y cómo no? Ella fue nuestro primer amor y nuestro primer vínculo; la que nos alimentó, nos cuidó y nos sostuvo desde muy chiquitas. Todas sabemos que la vida tiene un ciclo y un fin, e incluso habremos pensado algún día en cómo sería cuando mamá no estuviera más, pero ¿podemos estar preparadas para dejarla ir? Simplemente, hay cosas para las que nunca vamos a estar “listas” aunque leamos libros, hagamos terapia antes o charlemos del tema con mil personas. Entonces, cuando eso sucede, solo nos queda entregarnos a atravesar y sentir el proceso.

Y es que no todas las partidas son iguales o generan el mismo impacto. Por ejemplo, si tu mamá estaba enferma y ya hacía tiempo que la veías sufrir, puede ser que el final venga acompañado con una sensación de alivio porque sabés que ella ya no sentirá dolor. Pero al mismo tiempo, ese alivio se puede mezclar con un sentimiento de culpa por su pérdida ¡o incluso por sentir alivio! En cambio, si fue una muerte repentina, tal vez no entiendas qué sucedió y tu mente necesite tiempo para comprender o para hacerse a la idea de que ella ya no estará más. Incluso si su muerte se dio como parte del proceso natural de la vida, puede venir acompañada de desconcierto, de culpa o de tristeza.

Sea de la forma que sea, cuando mamá se va, llega un tiempo de desbalance emocional y una sensación de soledad. ¿Y sabés qué? Es normal que esto nos pase a todas, sin importar la edad que tengamos ni cómo haya sido nuestro vínculo con ella. Aunque sea súper difícil y al principio lo veas todo negro, acordate de que somos seres con capacidad de resiliencia y de adaptación.

Paso a paso

Se habla mucho sobre las etapas de un duelo, pero, según la licenciada Nicole Kogan, nuestra experta consultada, no tenemos que tomarlas de forma cronológica ni como lo que “sí o sí debe pasar”: pensá que pueden servirte para entender e identificar si estás transitando alguna de ellas.

  • La negación. Esta etapa es un mecanismo que nos defiende y nos protege de la angustia. No quiere decir que no sepas que mamá murió, pero, por ejemplo, la seguís llamando cuando te enfermás. 

  • La ira. Es probable que aparezca en distintos momentos del duelo. Te podés enojar con algún ser querido por la forma en que actuó, con algún médico por no haberla salvado, con Dios si sos creyente o incluso con tu mamá pensando que te abandonó... Lo mejor que podés hacer es compartir tu enojo, expresarlo, gritarle a la almohada y desahogarte.

  • La negociación. Es otra etapa que va pasando por distintos momentos. En un principio, puede ser negociar con la enfermedad, y al final, negociar con pensamientos como “cuando me muera, voy a ir al mismo lugar que ella”.

  • La depresión. Acá empezás a vivir el duelo de una forma más profunda y puede aparecer la sensación de túnel sin salida, pero lo más importante es que no te asustes, porque es normal que suceda.

  • La aceptación. ¿Quiere decir que ya no sentís dolor?  Claro que no. Quiere decir que aceptaste que tu mamá ya no está, con la angustia que eso conlleva, y empezás a rehacer tu vida con este recuerdo.  

Olvidate del calendario

Nos encantaría decirte que hay un tiempo estipulado que dura todo este proceso y que un día a tal hora vas a dejar de llorar o de extrañar a mamá. Es que para el duelo de una madre no hay agujas de reloj ni formas correctas o incorrectas. Es común que tendamos a retarnos a nosotras mismas y nos digamos cosas como “debería estar menos triste”, “ya va siendo momento de soltar”, “mi amiga lo superó más rápido que yo cuando falleció su mamá”. Lo más importante es respetarte tus propios tiempos y no comparar tu duelo con otros, porque cada vínculo con nuestras mamás es distinto al resto. Incluso si tenés hermanas o hermanos, es posible que cada uno lo atraviese a su manera. Y si el dolor es tan fuerte que te abruma, si sentís que te está costando atravesarlo por tu cuenta, que te faltan herramientas, que necesitás compresión o simplemente que te escuchen; no dudes en pedir ayuda profesional. A veces se hace necesario encontrar un espacio muy privado para expresar y rememorar el vínculo con nuestra mamá. 

¿Cómo seguir adelante?

La ausencia de mamá solo es física –y de a poco vamos aprendiendo a convivir con eso–, porque gran parte de lo que ella fue sigue viva en nosotras. Su pérdida trae una transformación tanto interna como externa, y muchas veces también a nivel familiar. Nos encontramos resignificando nuestra identidad y eso nos va a llevar un tiempito. Con trabajo, mucho esfuerzo personal y dejando que el proceso natural del duelo haga su camino, podemos volver a recuperar energía y deseo. Si bien es importante que no te sobreexijas, tampoco es bueno que te encierres por un tiempo prolongado. Poco a poco, podés ir intentando reconectarte con personas y actividades que te hacían bien. En la medida en que puedas, animate a recordar a tu mamá desde experiencias vividas o hablando con otras personas sobre ella. Permitite que eso te conmueva para ir procesando y sanando al mismo tiempo que continuás tu vida con ella siempre presente.

4 claves para sobrellevar el duelo

  1. 1

    Validá lo que te pasa. Permití que aparezcan emociones, sensaciones y recuerdos. Respetá tu proceso, que no se parece a ningún otro.

  2. 2

    Aprendé a pedir ayuda. A veces es lo que más cuesta. Aferrate a la gente que querés y transmití lo que necesitás: un abrazo, que te distraigan o te hagan reír, que te acompañen en silencio o lo que creas necesario.

  3. 3

    Armá rituales que te ayuden a elaborar tu pérdida. Escribile una  carta a tu mamá, armá una caja con sus recuerdos o hablá de ella con alguien con quien te sientas cómoda.

  4. 4

    Asistí a talleres o reuniones sobre el duelo. Esto es muy importante si tenés ganas de compartir con otras personas lo que estás viviendo.

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