Hablamos con la experta en fitomedicina y fitodermatología, María Florencia Fasanella (
Florecer.Farmacia Natural en Facebook), para conocer
cuáles son las hierbas medicinales que pueden ayudarnos a equilibrar y sanar distintos síntomas o patologías de manera sana y natural, ahorrándonos muchos de los efectos secundarios de los fármacos industriales. ¿Lo mejor? Las conseguís en cualquier casa naturista.
Es muy afín al sistema nervioso y
perfecta para esos momentos en los que necesitamos bajar un cambio y disminuir la ansiedad. Nos
ayuda a calmarnos, a tener un descanso profundo y a recuperar nuestro cuerpo de cualquier desequilibrio. Además es antiespasmódica y muy buena para aliviar flatulencias, fermentaciones, asma, mareos, jaquecas, estados de angustia, depresión e irritabilidad.
Contraindicaciones: no la deberían consumir personas con presión arterial baja.
Se prepara en infusiones.
Es una hierba que
nos da contención y “nos mima” cuando más lo necesitamos. Ayuda en caso de tristeza, depresión, desamor, melancolía o “extrañitis aguda”. También calma las palpitaciones y reanima a las personas que sufrieron un desmayo o que están pasando por emociones violentas. Gracias a sus propiedades antiespasmódicas alivia el dolor de panza, además de ser buena para el insomnio, el dolor de cabeza, la bronquitis, la hipertensión, los eructos recurrentes y los cólicos en general.
¡Ah! También ayuda a inducir las menstruaciones atrasadas.Contraindicaciones: no la tomes si tenés hipotiroidismo.
Se prepara en infusiones.
Es buenísima para tratar resfríos y catarros, gracias a su propiedad expectorante y desinflamatoria de las vías respiratorias. Además, como es antihistamínica, ayuda a mejorar las alergias. También elimina el ácido úrico de la sangre, disminuye el colesterol, combate úlceras estomacales, es diurética y mejora la prostatitis (inflamación de la próstata) y la cistitis.
Contraindicaciones: como es antihistamínica, no debería tomarse por largos períodos de tiempo, principalmente porque inhibe una parte del sistema inmune.
Se prepara en infusiones.
Estimula las defensas del organismo, por lo que es muy buena para combatir infecciones virales, bacterianas y hongos. Además, como tiene ácido hialurónico, actúa contra la artritis y los dolores articulares reumatoideos.
Contraindicaciones: no tienen que tomarla los que padezcan enfermedades autoinmunes, los que estén con un tratamiento con antidepresivos ni aquellos que tuvieron un trasplante. Tampoco hay que tomarla por más de dos meses seguidos.
Se prepara por decocción.
Es una de las planta muy afín a los riñones, porque los estimula y fortifica, para que puedan filtrar más. De ahí su efecto diurético. También ayuda en caso de inflamación de la vejiga, además de en casos de prostatitis, e hinchazón de pies, manos y rodillas. Como si eso fuera poco, disminuye el colesterol y la presión arterial, estimula la circulación y tiene un alto contenido de sílice, que beneficia a los huesos.
Contraindicaciones: no la tomes más de 3 meses seguidos porque puede bajar mucho la presión arterial. No consumir si se están tomando pastillas para la presión.
Se prepara por decocción.
Además de calmar los nervios,
es muy buena para el sistema digestivo, porque disminuye la acidez, los espasmos, la inflamación intestinal, las indigestiones, las úlceras, las fermentaciones y las flatulencias. También es antiinflamatoria y tiene propiedades antihistamínicas, capaces de minimizar reacciones alérgicas, y como tiene ácido salicílico -una aspirina natural- es analgésica y antipirética.
Contraindicaciones: no la consumas si estás tomando anticoagulantes o fármacos para disminuir el colesterol.
Infusión: se prepara colocando un puñado de la hierba en agua hirviendo, con la olla tapada, por 15 minutos. Colar y servir.
Decocción: se prepara colocando un puñado de la hierba en una olla con agua fría y llevándola al fuego. Ni bien rompe el hervor, apartar y tapar. Dejar pasar 15 minutos, colar y servir.