Cuidado de la piel: ¿sabés cuál es tu biotipo cutáneo?
Hay 16 biotipos cutáneos. El biotipo está relacionado con las secreciones sudorales y sebáceas que lubrica, humectan y protegen la piel. Identificá cuál es el tuyo.
23 de septiembre de 2022
Conocé cuáles son las novedades se octubre para cuidarte la piel. - Créditos: Getty.
En mi experiencia podría decirte que hay tantas pieles como personas en el mundo y la base de esta afirmación la sustento por concebir a la piel, no solo como una estructura biológica, sino también como un órgano que refleja el equilibrio – desequilibrio de nuestros órganos depuradores, nuestras emociones, la gestión o no del estrés, la calidad de nuestra alimentación e hidratación, el descanso, las memorias que fuimos coleccionando desde el útero materno y así podemos seguir enumerando factores endógenos y exógenos que la hacen única y exclusiva de cada ser humano.
La clasificación nace de la necesidad de generar grupos más o menos homogéneos para, de esta manera, crear fórmulas cosméticas dirigidas a cada categoría. Para que vos puedas “leer las necesidades de tu piel" es fundamental que reconozcas tu biotipo cutáneo o como comúnmente lo denominamos “tipo de piel”.
El biotipo cutáneo está relacionado con las secreciones sudorales y sebáceas que forman parte del manto epicutáneo o manto protector natural, que ofrece a la superficie de la piel para su lubricación, humectación y protección.
Hoy te traigo una propuesta amplificada a la clasificación clásica de 4 tipos de piel a una de 16 biotipos cutáneos. Es una propuesta de dermatología cosmética creada por Leslie Baumann y sus colaboradores.
Esta clasificación está fundada en su experiencia clínica y analiza distintas variables que no son mutuamente excluyentes y los parámetros que se analizan son duales: sensibilidad – resistencia; seca – oleosa; pigmentada (presencia de manchas en la piel) o no pigmentada; arrugada – sin arrugas.
A estos parámetros podés analizarlos en la comodidad de tu casa y ante cualquier duda siempre es importante recurrir al asesoramiento de un profesional en dermato-cosmiatría y/o en dermatología.
A continuación, describo qué características tenés que observar para que puedas reconocer fácilmente tu biotipo cutáneo. El primer paso para este ejercicio es tener la piel limpia, un espejo y lo ideal una fuente de luz natural para observar cada detalle.
Sensibilidad de la piel: sensibilidad vs. resistencia: quienes tiene pieles sensibles (S) sin duda saben de esta fragilidad, ya que la viven a diario. Se manifiesta con rojeces de la piel al tacto, con cambios de temperatura y también cuando se utilizan cosméticos no adecuados. En cambio, una piel resistente (R) como lo indica la palabra es más tolerante y si bien muchas veces se asocian a pieles oleosas y gruesas esto no siempre es así.
Hidratación de la piel: seca vs. oleosa: la primera se caracteriza por una piel donde no se observan a simple vista los poros, es deficiente en la producción sebácea, por lo que puede sufrir pérdida de agua. La piel suele ser fina, tensa, estirada y reactiva. Si se equilibra con la ayuda de cosmética adecuada, disminuye eficientemente estos síntomas. En cambio, una piel oleosa es más untuosa ya que sus glándulas sebáceas son hipertróficas y esto hace que los poros se vean a simple vista. Puede ser levemente oleosa como ocurre en las pieles mixtas o en su extremo más oleoso, de textura engrosada y con tendencia a formar comedones (puntitos negros).
Pigmentación de la piel: pigmentada vs. no pigmentada: hay pieles que tienen predisposición a la pigmentación; existen distintos tipos de manchas que van desde pecas o efélides, melasma, lunares, queratosis seborreicas, entre otras. Si observás esta predisposición en tu piel, la sugerencia primordial es el empleo de FPS 30 y su reposición cuando estás expuesto a luz azul (pantallas de celulares y dispositivos) y a radiación solar.
Arrugada vs. estirada: este es uno de los parámetros en los cuales se puede hacer intervención activa. Si bien no podemos modificar la genética, con tus acciones de cuidado de la piel podés ralentizar la aparición de arrugas.
Las combinaciones de los parámetros mencionados dan como resultado unos 16 biotipos cutáneos. Te sintetizo algunas consideraciones especiales a tener en cuenta, como, por ejemplo: las pieles pigmentadas y arrugadas tienen trayectoria de exceso de exposición solar o lo que podés conocer como pieles foto envejecidas; las pieles secas y sensibles son más propensas a dermatitis, mientras que las pieles oleosas y sensibles tienen tendencia a desarrollar acné.
Si este tema te apasiona y querés profundizar aún más, te recomiendo el capítulo 3 del libro de Cosmetología de las Diosas, de mi autoría. Allí tenés más detalles para conocer tu piel a través de ejercicios fáciles y de esta manera poder cuidarla de modo sostenible y apropiada.
Ya tenés las herramientas para elegir lo que realmente necesita tu piel y llevarla al nivel de equilibrio que estabas buscando.
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