Generación invisible: cuál es el grupo generacional del que las marcas se olvidaron

Sin embargo, culturalmente somos la generación invisible, esa que se ubica entre los baby boomers y los millennials, ambas generaciones con un peso muy fuerte en la historia y de gran peso específico. Los boomers son, justamente, producto del “boom” de natalidad posterior a las dos guerras mundiales, y los millennials son hoy la mayor población del planeta. Los “invisibles”, en cambio, somos pocos en el mundo; algunos le llaman “la década fantasma”, la que quedó silenciada. Y si te fijás, algo de eso hay en los mensajes publicitarios y en los medios masivos, que les hablan a mujeres más jóvenes, o bien grandes. Por un lado, porque hay prejuicios y desconocimiento: las imágenes de lo que significa “envejecer” son de otro siglo y no se actualizaron.

Pero, a la vez, porque en algún punto muchas personas de esta generación preferimos vernos representadas por alguien de 35 años en lugar de alguien de 50. Y si bien hay quienes abrazamos las canas y el cuerpo maduro, todavía nos resistimos a ver esos mismos rasgos en la publicidad o la comunicación. Tampoco hay políticas públicas destinadas a nosotros, no encontramos un punto medio entre no ser jóvenes pero tampoco ser viejos. Lo que sucede es que estamos envejeciendo sin reglas ni modelos. Somos “unicornios generacionales”: nuestros padres veían en el reflejo de los suyos una forma de envejecer; en cambio, si nosotros pensamos en nuestros padres a nuestra edad actual, nos resultan completamente diferentes, ¿no? Nos toca, entonces, construirnos a nosotros mismos y, de este modo, poder ser posibles modelos para los más jóvenes.

¿Por qué, entre dos generaciones tan poderosas y revolucionarias, hay una que quedó “chiquita”? Más allá de la cuestión numérica (los baby boomers y los millennials fueron más), los de la generación X fuimos criados para invisibilizarnos. Nos educaron en el paradigma de la “falsa modestia”, en el que no nos gusta presumir de nuestros logros o conquistas.

Metete en el LinkedIn o Instagram de los más jóvenes y vas a verlo claramente: ellos no tienen ningún reparo en mostrar que son CEO de sus pequeños emprendimientos ni en contar lo geniales que son. A nosotros, en cambio, nos cuesta ser el centro de la atención, preferimos seguir trabajando y no destacar nuestras victorias. Esto se traduce en que, en distintos ámbitos, hoy el paso del mando de una generación a otra nos saltea.

Si bien se dice que la franja etaria de la generación invisible es entre 40 y 65 de hoy, una puede identificarse con los invisibles sin ser estrictamente parte de ella. La generación X creció entre libros de papel, cuadernos y blocs de notas, pero hoy vive rodeada de pantallas. En una época de su vida se comunicó por carta y teléfono de línea, luego por SMS, chat de Blackberry y mensaje de WhatsApp. Los de esta generación han revelado fotos, y les pareció un programón ir al videoclub a alquilar un VHS o un DVD.

La generación X es una que no creyó necesariamente en las relaciones para toda la vida –quizá porque muchos fuimos los primeros niños de padres separados–, pero es una generación que se esforzó mucho por vivir su pareja con autenticidad: cuando las cosas no cerraron, se animó a preguntarse cómo quería vivir. Con menos prejuicios, con menos mandatos, construyendo familias ensambladas, generando nuevos vínculos con los hijos de nuevas parejas.
También es una generación en la que las amigas, especialmente para las mujeres, son parte de la familia elegida y una especie de familia extendida que se mantiene a lo largo de la vida. Fueron un soporte muy importante en la juventud y también lo son hoy, en la adultez. Con amigas, compartimos y nos reímos un poco de los desafíos de ingresar en la madurez y en la menopausia, más adelante. Es una generación que valora mucho los vínculos elegidos.  

Te tiramos un dato para entender la magnitud de esta generación: ¿sabías que, si se juntaran todas las personas de más de 45 años del mundo, sus ingresos serían el tercer PBI del planeta? Tenemos un poder adquisitivo único, incluso en un contexto de crisis como el actual. Somos resilientes, sabemos adaptarnos, hemos demostrado que podemos entender y aceptar nuevos paradigmas sin perder lo aprendido en contextos analógicos.  

Somos el cruce generacional en donde podemos encontrar mejores soluciones a los problemas de hoy. Solo resta que abramos los ojos y veamos nuestras posibilidades para reinventarnos. 

Expertos consultados: Ximena Díaz Alarcón, Cofundadora y CEO de Youniversal, consultora de investigación de mercado y tendencias. @ximena_diaz_alarcon. 
Tomás Balmaceda, Filósofo y autor de La generación invisible, @capitanintriga.  
Miriam De Paoli, Periodista, creadora de @nopausaighttps y autora de La generación invisible.