Lali Espósito habló sobre su salud mental: "Tuve que aprender a decir que no puedo"

Lali Espósito es, por lejos, una de las artistas más influyentes de los últimos años, no solo en la Argentina sino en otros países de habla hispana. Conocedora del alcance que tiene, nunca duda en usar su voz para referirse a diversas temáticas y problemáticas sociales relevantes en la actualidad, como son la lucha por los derechos de la comunidad LGBTIQ+, el feminismo y, en este caso, la salud mental. 

En un contexto social en el que la prevención de las afecciones psicológicas se considera igual de importante que el de las físicas –algo que, aunque llame la atención de las lectoras más jóvenes, no siempre fue así-, la intérprete de “Soy” no dudó en compartir públicamente su propia experiencia y contar el cambio de mentalidad que tuvo que realizar para poder cuidarse. 

Después de admitir que nunca había hablado ante las cámaras de la crisis de salud mental que tuvo meses atrás, comenzó: “Lamentablemente vengo de pasar un momento de mucha ansiedad nivel dramático. Yo soy una persona que trabajo, trabajo, trabajo y siempre parece que estoy bien. No es real que uno siempre está bien. Aparte en la vida privada pasan mil cosas que después uno va sorteando y tu trabajo te distrae y esto está bueno. Pero lo cierto es que tuve un momento en el que le tuve que decir a mi equipo: ‘chicos, se me va a paralizar la cara’”. 

Sobre cómo logró superarlo, explicó que no fue una tarea fácil: “Tuve que aprender algo muy difícil para mí, recién a los 30 años, a decir no puedo. Yo no sabía decir que no, por empezar, que es un gran problema. Y, segundo, no sabía decir que no puedo. Porque significa: ‘¿cómo que no puedo? Si yo puedo con todo’. Me malacostumbré a poder muchas cosas locas a la vez. Entonces estoy ahora pasando el momento por primera vez en mi vida, del año pasado a este, de reacomodar un poco mi manera de ver mi trabajo”. 

Y continuó: “Porque pasa esto, de que te come. La música está buena, la serie está buena, sos feliz, que bueno que lo podés hacer. Pero cuando te empieza a dar una taquicardia y el brazo te tiembla decís: ‘che, esto es malo, debería ver a un profesional’. Y me di cuenta hoy lo importante que era preservar mi psiquis de un montón de cosas, cuidar mi emoción”. 

Para terminar, compartió la reflexión que la llevó a poner de cabeza la manera en la que encaraba su vida. “Veía este panorama, veía el bosque en vez del árbol, y decía yo tengo que cuidarme, que mimarme, que agradecerme todo lo que mis pies y mi voz bancan. Lo tengo que agradecer, lo tengo que hacer yo misma. Y aprender a decirle a quienes tengas al lado que necesitas ayuda. No soy una super heroína, no lo soy”, concluyó.