La planta estrella del verano: tiene colores deslumbrantes y es fácil de cuidar

Iluminación

De acuerdo con el reconocido blog VerdeCora, una buena iluminación es fundamental para las dalias. Si las cultivás en interiores, buscá un lugar donde reciban sol durante las horas centrales del día. En jardines exteriores, la ubicación ideal depende del clima: en regiones cálidas, prefieren semisombra, mientras que en climas templados toleran el sol directo.

Riego

El riego es uno de los cuidados más delicados. Se recomienda regar de manera moderada, evitando encharcamientos, ya que el exceso de agua perjudica a la planta. Durante los meses calurosos, aumenta la frecuencia del riego, asegurándote de aplicar el agua directamente a las raíces sin mojar el follaje ni las flores, para prevenir enfermedades.

Poda

La poda es clave para promover la floración. Aunque es una tarea sencilla, retirar las flores marchitas permite que la planta desarrolle nuevas flores. Este mantenimiento superficial asegura que las dalias sigan siendo el centro de atención en el jardín.

Las dalias son generosas tanto en crecimiento como en producción de flores, pero existen técnicas para aumentar su rendimiento.

• Pinzamiento: “El pinzamiento es muy eficaz si deseas más flores. Se debe realizar en las primeras etapas de crecimiento, cortando el tallo apical (el que crece más rápido que el resto)”, explican a Revista Jardín Ezequiel Gorosito y Andrés Cachero de Mis Herbáceas. Esto estimula el desarrollo de brotes axilares y nuevos tallos, que eventualmente producirán más flores.
   
• Despimpollado: las dalias tienden a florecer en tridente, dividiendo la energía del tallo entre tres futuras flores. Para obtener flores de mejor calidad, es recomendable retirar con cuidado dos de los tres pimpollos, permitiendo que la energía se concentre en una sola flor.
   
• Poda de verano: el calor extremo puede detener el crecimiento de las plantas, al igual que el frío en invierno. En enero, es aconsejable realizar una poda de verano o poda en verde, retirando entre el 25% y el 50% de la planta. Esto ayuda a que concentre su energía en el crecimiento y llegue más compacta y estructurada al otoño, su época de mayor esplendor.
   
• Cosecha de semillas: cuando las flores comienzan a marchitarse, podés retirar la flor y el tallo hasta el primer o segundo nudo. Si deseás guardar semillas, esperá a que la flor complete su proceso. La recolección de semillas se realiza en otoño, mientras que la siembra es ideal a finales del invierno.