5 muestras de arte en Buenos Aires que no deberías dejar de visitar

Esta puesta es un fuego. Eloísa Ballivian viene de desarrollar una muy interesante trayectoria en Los Ángeles y vuelve con esta exhibición a su Argentina natal. Son diez obras de formato grande llenas de color, de llamas, de niños, de ciervos, de pandemia, de ciudad y de árboles. Es una forma expresiva de realismo mágico, fantasía, alucinación o sueño.

“Pinta como una hechicera ermitaña en el bosque maníaco de la web”, dice Pola Oloixarac. Hay algo inquietante en las piezas de No me la container. Perturba desde escenas que vibran a alta intensidad con un lenguaje bien actual.

El espacio es otra parte de la salida: Uno+uno, en el corazón de Palermo Soho, es un estudio creativo multidisciplinario donde se alternan exposiciones, una radio que transmite en streaming y -al fondo- una escuela de joyería muy peculiar de impronta humanista natural a cargo de Manuel Nieto, fundador de la Academia de Creadores.

Son dibujos en carbonilla -aunque parecen fotografías- y esculturas que sorprenden. Pura potencia en piezas que evocan a cuerpos contorsionados, tensionados, desmembrados. Trazos finos. Piedras duras y arcillas se vuelven suaves en el pulido y las formas redondeadas aportan sutileza a la sensualidad de las obras. Superficies doradas que ostentan lujo e imponen distancia.

Elementos colgantes. Esculturas sustentadas en estructuras geométricas. Blancas, negras, grises y doradas. A gran escala, en carbonilla, un cuadro representa una lucha pero, vista desde atrás, aparenta -o revela- un abrazo: y es esa la perspectiva que elige el artista argentino Alexis Minkiewicz enSalto al potro .

Con bestial muestra, la emblemática galería Aldo de Sousa de los años 70 estrena nuevo espacio (dos plantas + una trastienda de lo más interesante), además de el clásico de la calle Arroyo, ahora también en Paraguay y Florida, muy cerca de donde inició su historia la galería que hoy dirige Pablo de Sousa, el hijo de los fundadores.

Si ya conocés la obra de Liliana Porter, sabés con qué te vas a encontrar. Y si nunca la viste, no pierdas la oportunidad. La artista argentina (que está radicada en Nueva York desde los años 70) trabaja con miniaturas.

Son pequeñas figuras corpóreas (muñequitos) que salen o entran en los cuadros, videos e instalaciones proponiendo escenas en las que se mezclan distintas técnicas artísticas para contar una historia.

Las desproporciones de escala, el desborde de los límites (los marcos, sin ir más lejos) y la propia naturaleza de los recursos que se usan proponen un diálogo lúdico con el espectador que apela muchas veces a un agudo sentido del humor.

En esta muestra se suma la generosidad del título que, al plantearnos Cuentos Inconclusos, nos invita a inventar finales o simplemente nos avisa que son argumentos que aún no cerraron: están siendo.

Es una linda visita para hacer con chicos.

Ya inauguró la primera exposición en Malba del año y lo hizo con todo. Se trata del trabajo de la artista brasileña Rosana Paulino quien, a través de muchísimas y muy versátiles obras, trata sobre la esclavitud, transmite emociones e historias -individuales, insertas en una trama colectiva-.

Durante tres décadas, ella investigó la temática: aprendió, conectó, reflexionó y se pronunció en distintos lenguajes. Abordó la identidad Amefricana a partir de una estructura compleja.

Paulino sutura, desprende hilos y cintas que algunas veces oprimen mientras que otras vierten fluidos -leche de nodrizas, sangre de víctimas, lágrimas-. Paulino produce escombros, arma fogatas, llena botellas, esculpe embriones, pone pelos bajo lupas, exhibe fotografías en las que el contraste del blanco y negro con el color grita, sublima telas y se muestra en un video: la pantalla la devuelve con su vaporosa melena afro en contraste con el atuendo blanco, enhebrando y bordando. Puntada a puntada. Así, su obra. 

El sábado a las 17 hay visita guiada (está incluida en el ticket de ingreso) y vale la pena porque es un arte que tiene algo para decir, cargado de simbolismos y de datos. Poder descifrarlos es clave para ver más, entender mejor y apreciar.

Lo suyo son las flores coloridas, las plantas salvajes. Pero no se queda ahí sino que, a través de las especies que recrea en sus pinceladas, la obra de Lucca te lleva a la selva y te envuelve con su espesura en un gesto de belleza apabullante que en esta serie de pinturas encuentra una expresión más airada que habitualmente, con espacios desnudos de color y trazo.

Laura Batkis, curadora de la exhibición, cuenta que el artista empieza sus cuadros con un ritual en el que la obra es territorio: “Coloca las telas en el suelo sobre latas de pintura de diferentes alturas y arma un terreno inventado con pozos, desniveles y otra serie de accidentes intencionalmente provocados. Entonces comienza el chorreado sobre la tela y el azar adquiere un ritmo propio. En ese momento el artista ya está inserto en una ceremonia privada donde la mancha va dirigiendo el derrotero y se produce la alquimia del encuentro" De Lucca completa: "Hay una máxima concentración en el momento de gestación, luego son muchos meses en lo que voy trabajando en diferentes obras". 

La galería es un departamento en planta baja de un típico edificio parisino de Recoleta. Un día de sol, la luz natural que entra por los ventanales y baña las pinturas arma una fiesta en el ambiente.

Misiones, su lugar de nacimiento, siempre aparece de algún modo en su pintura. Si vas a visitar Cartografías Emocionales te propongo que las recorras escuchando esta canción preciosa de Cecilia Pahl quien -¡pura casualidad o cero!- es la pareja del artista: Amanecer en Misiones.