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Ana Wajszczuk fue la autora de maternidad más leída de 2023

Hablamos con Ana Wajszczuk, la autora de una de las novelas más exitosas de este año: Fantasticland. Conversamos con ella sobre su libro, la escritura, la maternidad y el deseo.


Ana Wajszczuk, autora de la exitosa novela "Fantasticland"

Ana Wajszczuk, autora de la exitosa novela "Fantasticland"



Aunque el apellido engañe, Ana Wajszczuk es bien argentina. Nació en Quilmes y trabaja como editora y periodista. Su novela Fantasticland fue una revelación y un éxito este año. Narrada en primera persona, cuenta la historia de Ana y la búsqueda de maternidad a través de diferentes tratamientos. ¿Hasta dónde somos capaces de llegar para tener un hijo? Conversamos con ella sobre su libro que va más allá de la experiencia de la maternidad y nos habla de la pregunta por el deseo y el amor. 

Empezaste escribiendo poesía, luego un libro de investigación periodística y ahora una ficción, ¿en qué género te sentís más cómoda? 

En un punto con Chicos de Varsovia me sentí más cómoda en general, porque vengo de la no ficción. Fantasticland, si bien es una ficción, está construida con materiales de la realidad. Yo vengo de ahí, del periodismo narrativo. Me gusta mucho la no ficción y es lo que usé para la novela, hasta que me di cuenta que podía liberarme de querer bajar línea para poder construir una obra de ficción con su complejidad, con una protagonista que tuviera sus claroscuros. Me dio bastante libertad eso. Me sentí bastante libre para poder contar esta historia cuando me di cuenta que la tenía que transformar en una ficción y no un ensayo o una investigación periodística que fue como más o menos empecé a escribirla.

¿Cuánto hay de autobiográfico en la novela?

Para mí, todo lo que toca el papel ya es una ficción. Por un lado, la memoria funciona como una ficción en todos. Cuando contamos algo ya el relato es una ficción. Lo de los tratamientos de fertilidad, yo pasé por eso. Así que fue de primera mano y me aseguré de poder chequear cosas. No me quería equivocar con cosas más técnicas o de procedimientos. Pero me interesaba, sobre todo, la novela como vehículo de conflicto y también de preguntas que, en general, la ciencia no te invita a hacerte. ¿Hasta dónde voy a ir? ¿Tengo que hacer todo lo que se hace solo porque está disponible? ¿Cuál es mi deseo?
La maternidad aparece en la literatura desde siempre, pero hay pocos libros que traten, desde la ficción, como tema central el proceso de quedar embarazada, tener un hijo, el puerperio. Como dice Jazmina Barrera: “Necesitamos más historias de maternidad, que se hable más de esto”. Porque es básico para la vida de todos. Más allá de si somos o no madres, todos somos hijos. La relación con nuestra madre, cómo llegamos a este mundo es muy fundante de la identidad del ser humano.

Fantasticland: mucho más que un libro sobre maternidad

Fantasticland, de Ana Wajszczuk

Fantasticland, de Ana Wajszczuk

Mostrás el “lado b”, una maternidad no edulcorada, ¿qué te llevó a escribir sobre esto?

No sé si hay un lado B, pienso que es un prisma con mil caras también. Y lo que me ayudó a escribir sobre eso es el grado de estupefacción que todavía tengo. ¿Quién es está persona que estoy criando? ¿Cómo llegó a mi vida? Nace de esa estupefacción y de que entre las experiencias humanas el quedar embarazada y dar a luz, es muy difícil de que te puedas hacer una idea y que después coincida con lo que te pasa. De hecho, el libro de poemas que estoy escribiendo ahora se llama Un sonido de bajo alcance, que es una frase de Rachel Cusk, que implica que igual no escuchás porque no está en tu registro en ese momento. Y después te lleva puesta la maternidad con sus cosas buenísimas y sus cosas malas como toda relación humana. También eso: si bien hemos deconstruido muchos discursos el tema de la incondicionalidad y la abnegación de una madre para su hijo todavía pesa mucho y quizás no nos animamos a ver que es una relación muy conflictiva, como cualquier otra relación que tenemos en nuestra vida, y por ahí nos angustiamos por eso. Porque creíamos que iba a ser un poco más edulcorado, más rosa y la verdad es que criar un pibe es heavy. Me parece que estaba bueno mostrar un poco eso, que hay conflicto, y que hay momentos que no están buenos, como en toda relación.

¿Dónde o qué es ese “Fantasticland”?

No me convencía ningún título para la novela. En un momento la protagonista está haciendo un berrinche y dice “Yo quiero seguir viviendo en Fantasticland”. Y eso se refiere, por un lado, a seguir en el pasado que una romantiza (aunque quizás no fue tan espectacular) y lo que aspira al futuro, que tampoco va a ser tan espectacular, porque la vida es lo que es. Es un poco esa utopía en la que uno se mueve, hacia el pasado y el futuro, y te olvidás dónde estás. Y, por otro lado, me resonaba un poco a parque de diversiones de terror. Hay muchas analogías: el tren fantasma que no sabés que te va a aparecer con un hijo, la vuelta al mundo del puerperio o la montaña rusa de un tratamiento de fertilidad. Tampoco quería bajar desde el título la “maternidad”, para que no fuera piantavotos para los lectores que no estaban interesados en el tema. Es una novela que si bien es una historia de una madre, es también una historia sobre el deseo y el amor, y hasta dónde uno está dispuesto a llegar por ese deseo. Deseos que nunca son puros, siempre están mezclados con un mandato, hay muchas cosas que están operando atrás que quizás una no se da cuenta.

"A las mujeres se nos piden cosas imposibles"

Ana Wajszczuk

Ana Wajszczuk

¿Qué implica tocar un tema difícil como los tratamientos de fertilización?

Son preguntas interesantes. Ya no hay una sola manera de tener un hijo y eso te deja en una arena movediza de qué es tener un hijo. Muchas veces ante la obsesión de tener un hijo, perdemos de vista cómo eso va a afectar al futuro hijo o hija. Yo no me quise meter en la subrogación de vientres, pero es un tema que me pregunto, ¿quién está pensando en eso? O la ovodonación, ¿por qué tiene que ser anónima? Hay muchas cosas que se ponen en juego y que está bueno preguntarse. Esas cosas son fundantes, no solo de saber hasta dónde llegar o no, sino también para la crianza de esa persona. ¿De dónde partís? Si bien la ley te obliga a decirles, hay familias que aún creen que es mejor no decirles nada. En este país, con la historia que tenemos con la identidad, me parece que es un horror. Hay mucha confusión acerca de qué es un hijo y si no tenés que pasar por un tratemitneos de fertilidad ni te lo preguntás. La pregunta por el límite es indispensable, no solo en un tratamiento, sino de la vida en general. ¿Hasta dónde voy a llegar por perseguir esto o hacer lo otro? Es una pregunta que tenemos que hacer todo el tiempo y la hacemos menos de lo que deberíamos.

Y el tema de los mandatos se juega también, ¿no?

Los mandatos nunca desaparecen, cambian. Si bien hay avances, los viejos mandatos se han cambiado por otros. Incluso el mandato de ser fértiles hasta cualquier edad. A las mujeres se nos piden cosas imposibles, que no existen. Nunca vamos a poder ser como con los filtros de Instagram, ni vamos a poder tener hijos a cualquier edad de manera biológica y natural. Los mandatos que se nos siguen exigiendo a las mujeres siguen siendo imposibles, pero están más disfrazados. Entonces después tenemos que lidiar con la culpa de tener que dejar a tu hijo muchas horas en el colegio, o no poder acceder a ciertos tipos de educación o porque le pusiste más pantallas de lo que te gustaría. Obvio que hay cosas que son perjudiciales, pero también está esta culpa de no poder transgredir dos segundos lo que nos dicen los expertos en el bombardeo de las redes sociales sobre cómo tenemos que criar. Y así se pierde un poco la regla más básica que es conocer a la persona que estás criando y qué les viene mejor a esa personita, a vos y a la familia que la cría. Sigue estando el tema de cómo debe ser una madre, la “buena o mala” madre.

Vos tenés tu mirada de editora, además de ser autora, ¿cómo te influye a la hora de escribir?

Me genera algunas trabas, porque estoy de ese lado también. Por eso, le acepté a mi editora 99% de las sugerencias. Sé que cuando uno está tan metido en el libro, la mirada del editor es fundamental. Por un lado, para alentarte cuando no podés seguir, cuando creés que todo lo que escribís es una mierda y también para darte esa primera visión externa, porque una, al estar tan metida en la historia, hay cosas que no las ves. Si no te las señala un editor, es muy difícil. 

Tanto en Chicos de Varsovia como en Fantasticland está presente la familia, ¿qué de la propia historia se juega en vos en tus libros?

El tema de las familias siempre me interesó un montón. Una amiga me dijo: "escribiste sobre tus ancestros y ahora escribís de tu decendencia". Hay un hilo que une esos dos libros, de alguna manera. A mí me interesan mucho las sagas familiares porque creo que es un microcosmos donde se juegan en chiquito grandes temas universales. Soy muy fan de Franzen, Flaubert. Hay muchos que han tratado estos temas familiares. Es un tema que me interesa mucho y supongo que uso la mía como experimento porque es lo que conozco, lo que tengo más a mano. Me encantaría inventar más. Por eso estoy contenta con Fantasticland porque pude salir de la zona de confort de la escritura de no ficción. Las historias familiares me atraen, porque se juegan un montón de cosas y nos podemos sentir muy identificados. Y a través de la historia de otras familias podemos rever las propias y las ideas sobre todos los temas que atraviesan una familia: el temor, los celos, las rivalidades, el futuro. Nancy Houston dice “¿Existe otro tema que no sean las familias?” y me sentí muy identificada. Es el tema más fundamental del mundo. 

Mencionabas que ahora estás escribiendo un libro de poesía, ¿de qué se trata?

Son los mimos temas: la familia, el amor, la llegada de un hijo, pero desde la poesía, que te da otras libertades. Nació como obligado porque tenía que producir una obra para la Maestría de Escritura Creativa de la Untref, pero me di cuenta que todavía incluso después de esta novela tenía cosas para decir sobre esos temas. Ojalá lo pueda publicarlo en algún momento.

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