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Griselda Siciliani, del éxito de "Envidiosa" a su amor transformador con Luciano Castro: “Estoy atenta a respetar mi singularidad"

Viviendo a pleno el éxito de Envidiosa, charlamos con Griselda Siciliani, la actriz y bailarina que se propone seguir luchando contra los mandatos culturales, mientras defiende su singularidad como artista y disfruta de un amor transformador con Luciano Castro.


Estilismo de Romina Giangreco

Griselda Siciliani

Griselda Siciliani disfruta del éxito de "Envidiosa". (CAMISA CON RECORTES Y CUELLO DESMONTABLE (LUZ BALLESTERO, $136.500), PANTALÓN DE JEAN (LUZ BALLESTERO, $175.000), AROS (SENA ACCESORIOS, $40.000).  - Créditos: Gustavo Sancricca



Es probable que en las últimas semanas te estés cruzando con Griselda Siciliani en todos lados: hay gigantografías suyas en la calle, las redes se inundaron de reels y escenas suyas que nos hacen reír, sus actitudes son tema de conversación con tu grupo de amigas o hasta quizás te manden stickers o memes con su cara. La razón es simple: Vicky, su personaje de Envidiosa la sigue rompiendo en su segunda temporada –¡y con dos más ya confirmadas!- La serie argentina que ya trepó al top 10 global de Netflix le dio a Griselda la posibilidad no solo de seguir demostrando su increíble talento para la comedia, sino también la chance de seguir abriendo ciertas conversaciones necesarias entre nosotras: ¿por qué a veces las mujeres seguimos sosteniendo mandatos sobre el tener pareja, casarnos y formar una familia? ¿Qué costos seguimos pagando por pertenecer y agradar a los demás? ¿Con qué parámetros medimos la felicidad o el éxito? Vicky no es Griselda, ya lo sabemos. Pero a través de su mirada sobre el personaje que hoy vive a través de ella, se anima a explorar sus propias definiciones.

 

Vos ya conocés bien el éxito, lo viviste muchas veces. ¿Qué tiene de distinto el de Envidiosa? ¿Qué fibra personal te toca en este momento de tu vida?

Está buena la pregunta, porque primero que hay algo así como una cosa de repercusión popular enorme, que ya me había tocado varias veces, pero siempre son momentos diferentes de la vida de uno y momentos diferentes de la industria. Hay algo que pasa con Envidiosa que es que es un momento difícil de la industria de nuestro país, entonces creo que tiene esa pequeña cuota colectiva de que siento la alegría de todos mis colegas. Algo de "mirá, esto se hizo acá, está bueno, y funcionó”. Y la gente lo quiere ver, entonces quiere decir que hay muchas otras cosas que podemos hacer. Porque a veces hay falacias acerca de que el público que ve plataformas solo quiere ver cosas extranjeras. Y esto es como que viene a darle un poco una cachetada a esa aseveración falaz, porque no es así. La gente está chocha con ver a sus historias, su gente. Y después… el momento de la vida de uno, ¿no?

¿Cómo te resuena la palabra éxito hoy?

Viste que el éxito viste que es tan difícil… Yo digo que es algo popular y transversal lo que pasó con Envidiosa, ¿no? Que por ahí pasó con Educando a Nina, me pasó algunas veces. Después, el éxito es una percepción muy personal: tal vez cuando estaba filmando con Alejandro González Iñárritu tal vez acá no se enteró nadie, o nadie me paró en la calle para decirme algo. Pero para mí eso fue un pico enorme, en mi percepción personal; todo lo que viví esos años, desde el casting hasta hacer la película, hasta los festivales y las cosas, es un orgullo. O hacer mis obras de teatro con Carlitos Casella, con Ana Frenkel, esas cuestiones para mí son súper exitosas porque siento que son muy singulares, que me definen, que me identifican. Pero Envidiosa tiene que ver con lo popular...

Que también hay algo fuerte de tu ADN en lo popular…

Total, eso también me identifica y siento que no sabía que lo estaba extrañando, ¿entendés? No lo tenía en la cabeza. Y hay algo de decir "qué lindo que esto que hicimos lo ve tanta gente", porque la idea de nuestro trabajo es que un otro lo vea, tiene que haber un otro sí o sí. Si ese otro son 10, son 15 o son 20, modifica la experiencia. Y en este caso fue algo inesperado para todos.

¿Y cuál sentís que es la fibra que tocó Envidiosa, sobre todo en las mujeres de cuarenti?

Yo no sé muy bien cuál es la clave, te juro, pienso que es una suma de cosas: del trabajo de mucha gente, del tema, de que es una comedia, de reírnos un poco de aquellas cosas universales que nos atormentan. Que no por ser universales y comunes a la mayoría de las mujeres dejan de atormentarnos. Entonces, colectivamente, al reírnos de eso, para mí hay algo que se ablanda ahí. No sé, por ejemplo, en una escena del casamiento agregué que estaba metiendo la panza hace un montón de tiempo... ahí yo puedo reírme de eso, pero es algo que, si me agarrás que tengo que ir a un casamiento y no me cierra el vestido de ninguna manera, es algo que te angustia en el momento, y todas sabemos que nos pasa a todas o a casi todas.

Sí, aunque luchemos contra eso también, ¿no? Porque también podríamos decir “me chupa un huevo tener panza”... Pero la serie aborda esa contradicción y propone ese diálogo interno.

Lo lindo de Vicky, es que es el personaje principal, con quien uno se identifica, pero no es la bajada de la serie. La voz de la serie es la voz de Carolina (la hermana de Vicky), o la voz de Fernanda (la psicóloga). Entonces, cuando yo estoy que no puedo respirar, siempre está Carolina, el personaje de Pilar Gamboa, para decir: "¿por qué te ponés esos elementos de tortura? ¿No te querés poner un corset también?" y ella le dice "Ya lo tengo puesto". "¿Por qué no te ponés algo que te quede cómodo para disfrutar la fiesta?". Entonces, ahí se genera esa conversación. Pienso en esos pequeños condimentos, es una serie que es liviana en un punto.

Griselda Siciliani

CAMISA CON CUELLO DE CUERO (JAZMÍN CHEBAR, $290.000), AROS DE ESPIRAL (SENA ACCESORIOS, $53.000). - Créditos: Gustavo Sancricca

“El trabajar y ser madre es otro mandato que tengo que trabajar día a día. Es complejo no desbordarse y no sentir culpa todo el tiempo”.

Griselda Siciliani

Es liviana, pero si uno empieza como a hilar fino detrás de un montón de escenas hay un montón de mandatos que, a través del humor, la serie te viene a mostrar en la cara…

Y ahí entendés por qué esta piba está tan angustiada, tan brotada. Porque cree que esos mandatos son sus deseos, entonces está segura de que tiene que ir tras eso, y lo defiende a muerte, y se pone muy heavy con las amigas, "¿Qué, yo no puedo tener eso?", y después empieza a ver en la terapia, de a poco, que eso que ella cree que son sus deseos son mandatos, y que ella no sabe bien qué es lo que desea, porque nunca se lo preguntó.

Hay algo lindo de Vicky en la segunda temporada, que siento que empieza a abrazar un poquito sus propias contradicciones.

Sí, esa sensación de querer ocupar un espacio y que después te das cuenta de que no es el espacio que te es propio.

¿Y Griselda, qué mirada tiene sobre Vicky?

Yo la amo. La amo porque está toda rota. Y también me da pena y me da bronca a veces, es muy forra a veces, es mala, de golpe es mala. Pero yo la amo porque interpretarla es un lujo, es un regalo para una actriz. Porque es un personaje que hace todo lo que está mal. No sé, la hermana la llama para contarle algo y a ella no le importa, está en la suya.

Yo creo que ahí es donde se produce ese equilibrio, entre amarla y odiarla…

Es que todas conocemos a alguien así. Alguna amiga que le decís a otra amiga "mirá, es impresentable, pero yo la amo, nos conocemos". El otro día, Marina Bellati, que hace el personaje de Debbie, decía algo muy genial sobre Vicky: que no hay que olvidarse que donde más la vemos desarrollarse es con sus amigas de la infancia, porque en el amor es un desastre, pobrecita...

Es que la amistad es ese vínculo que te vieron en todas y a los que les perdonás todo…

Sí, hay un entendimiento del otro que va más allá de muchos juicios. Y a esos amigos le perdonás todo y decís “sí, somos de planetas diferentes, pero nos criamos en la misma plaza”. Hay algo de eso que hace entender mejor a esas amigas que todavía la soportan y que le confían, le ven algo, le ven una salida.

Y vos en tu propio grupo de amigas, ¿qué rol ocupás? Sos la contenedora, la que arma los planes...

Yo tengo varios grupos. Hay un grupo que somos todas mujeres, porque hay otros grupos de amigos también con varones. Mi grupo más cercano de amigas mujeres, que somos cuatro, nosotras decimos que somos muy heavies, muy crueles, ahí nos decimos cualquier cosa. Está autorizado en el grupo de Whatsapp decir cualquier cosa, decirle a la otra "estás diciendo pelotudeces, callate, no hagas más eso, tu novio es un pelotudo".

¿Sos de las que podría decirle "che, amiga, tu novio es un pelotudo"?

Yo soy menos brava, pero podría. Ahora estamos más tranquilas, un poco más grandes, nos hemos dicho cualquier cosa, hemos vivido juntas muchas cosas, muy alegres y muy duras de cada una, entonces tenemos ese espacio que nos parece bastante sagrado de poder cuidarnos y decirnos las cosas que ningún otro nos va a decir. Y después lo que yo tengo son mis hermanos, somos seis hermanos. Esa es como mi tribu más cercana, también somos un poco hermanos y un poco amigos, porque somos todos de edades seguidas. Yo soy la segunda. Leti, por ejemplo, que todos la conocerán porque también es actriz, es la sexta, la última. Ella es la chiquita, yo le llevo 14 años. Los seis nos cuidamos mucho, además somos cinco mujeres y un varón, entonces hay algo muy de lo femenino que entre nosotras está muy al día.

Griselda Siciliani

Griselda Siciliani disfruta del éxito de "Envidiosa".  - Créditos: Gustavo Sancricca

Hablamos sobre los mandatos sobre los que trabaja la serie, pero ¿cuáles fueron para vos los mandatos que en algún momento te pesaron en la vida y cómo te plantaste frente a eso?

Yo creo que con terapia me planté. O sea, no me planté, sino que hice y sigo haciendo terapia. Tiene mucho valor para mí el análisis. Y mandatos, muchos seguramente, miles.

El tener pareja, el tener hijos...

Hay uno que es como un poco de la perfección, como ese mandato de “ser la mejor alumna”. Yo entré a la Escuela Nacional de Danza muy chiquita. La danza es y ha sido siempre un espacio de mucho detalle, de que las cosas tienen que ser de una manera. Hay mucha ley. Entonces era, "disciplina, disciplina, disciplina y las cosas son así". Es una rama del arte de mucha exactitud, por lo menos era así cuando yo estudiaba, y me dediqué muchos años a bailar y me formé mucho en la danza, y mucho de lo que soy se lo debo a la danza. O sea, la danza es mi amor, pero, así como es mi amor, también me marcó y en un momento tuve que decir "Este mandato que me viene de acá, que me viene de mi formación, que es ser perfecta y hacer todo perfecto, bueno, ya está para mí".

¿Lo identificás a ese momento en el que mandaste a la mierda la perfección?

No la pude mandar a la mierda, porque no es tan fácil… así que empecé a tratarlo en terapia. Y empecé a darme cuenta de que podía ser todo más blandito, que podía ablandar un montón de cosas, y que había cosas que ya las tenía ganadas y que se las agradezco a mi formación. Miles, desde que no llego tarde a ningún lado, hasta otras cosas que me sirven para trabajar, para vivir, para enfocarme, tener la pasión por algo, todo eso se lo agradezco a mi formación, pero en un momento tuve que decir "tomo esas cosas que me diste y todas estas otras, por ejemplo, la rigidez no". Entendí que era un mandato cultural, y mucho más para las mujeres. Eso de ser geniales en todo.

Totalmente: ser buenas en todo, ser hiper productivas, o ser madres y que te vaya bien en el laburo, ese también es otro mandato con el que luchamos.

Ese es otro mandato que lo tengo que trabajar día a día: el trabajar y ser madre. Creo que es algo que todavía es complejo, que hay que laburarlo mucho, que hay mujeres a las que les sale más fácil relajar esa parte. Cómo no desbordarse y no sentir culpa todo el tiempo. Porque yo conscientemente e ideológicamente creo que es excelente dejar a los hijos e irse a trabajar, y es lo que hago. Ahora, no quiere decir que después estoy en el trabajo extrañando a mi hija, pensando o poniéndome un poco neurótica porque "¡no llego a buscarla a la escuela, entonces esta toma a qué hora la terminamos!", en vez de relajar y decir "pero la va a buscar otra persona a la escuela, no pasa nada". Hay algo, más allá de que uno tome decisiones y coincida con una manera, que está en los mandatos culturales y patriarcales. Está ahí porque sí y hay que trabajarlos, sino fluiría naturalmente. Por lo menos a mí me pasa. Y también, un poco le echo la culpa a los mandatos y un poco son mis pasiones. O sea, a mí me apasiona trabajar y me apasiona estar con mi hija. Me apasiona ser la mamá de esa piba y me apasiona laburar. Entonces, es como que te gustan dos chabones por igual, decís "¿qué hago? ¿estoy con los dos? Y bueno, sí, qué se yo, no sé…" (Risas)

La maternidad no fue para vos un mandato, siempre fue un deseo fuerte...

Un deseo, y así debería ser para todo el mundo. La maternidad será un deseo o no será nada. No puedo imaginarme lo que debe ser tener que ser madre sin desearlo. Una tortura china tiene que ser eso. En mi caso fue un deseo, y además me resultó, porque tampoco sabés cómo te va a pegar… por ahí tenés el deseo de ser madre y no sabés cómo te pega. Tuve la fortuna de que me pegó bien, quizás un poco pasada como soy yo, me enloquecí de amor por esa beba cuando nació, me volví loca, no me importaba nada más en la vida, hubo algo ahí que me despertó una fascinación ese vínculo.

Quizás te ayudó a ablandarte un poco también de esas rigideces que traías, ¿no?

Sí, porque ni siquiera me fascinó tanto el rol de ser mamá, o sea “ser una mamá”. No le encuentro tanta fascinación a tener el rol de mamá en la sociedad. Lo que me fascinó fue el vínculo con esa persona que es mi hija, eso me enloqueció, como "ay, qué divina que es esta piba, qué suerte que es mi hija".

¿Y qué te pasa con el mandato de ser jóvenes que a veces sostenemos las mujeres? Hay toda una movida de actrices que están plantándose contra el edadismo…

Mmmm, imaginate las actrices, que nos estamos viendo envejecer en cámara. Es un tema que hay que estar muy atenta. Pero hay una industria por encima de eso. Obvio que nosotras podemos aportar nuestro granito de arena. Ni hablar que yo soy una privilegiada total, soy la protagonista de una serie exitosísima que habla de la historia de una mujer de “cuarenti”, y decidieron que ese personaje sea el protagónico, no es que es la esposa del protagonista masculino al que le pasa todo esto. Es ella. Y hay algo de esa decisión que yo la agradezco mucho, porque no hay tanto de eso. El otro día escuchaba, creo que era Penélope Cruz, que le preguntaban "¿qué opinás de cómo evolucionó la industria con los personajes femeninos?", y ella dijo "no evolucionó nada". Se plantó en decir que no, porque cuando ves los porcentajes de las cosas que protagoniza un hombre y las que protagoniza una mujer, ya está, ahí tenés la muestra.

Griselda Siciliani

MINIFALDA (JAZMÍN CHEBAR), CHALECO (NERATTA, $195.000), SACO DE LANA FRÍA (AGOSHIDA, $450.000), COLLAR (LULÚ MARTINS, $25.000). - Créditos: Gustavo Sancricca

“Estoy atenta a respetar mi singularidad, aunque no guste, aunque caiga mal o aunque no se entienda”.

Griselda Siciliani

Y vos que lo vivís desde adentro, ¿tampoco notás que avance?

La mayoría de las historias son de hombres. Está habiendo muchas historias de mujeres, pero ni comparación los números. 1 a 10. Ojalá vaya avanzando y haya más escritoras, porque también lo que tiene que haber es más escritoras mujeres, más productoras mujeres. Envidiosa es un equipo lleno de mujeres: escribe una mujer, produce una mujer, protagoniza una mujer, hay un elenco de actrices increíble, edita una mujer. La segunda temporada casi toda la dirigió una mujer.

¿Y en lo personal… el paso del tiempo te preocupa? ¿Qué estás observando en vos?

Sí, me preocupa. O quizás me genera pequeños momentos de angustia, viste, que decís, "Uh, claro, antes esto era más fácil". No sé, antes comía dos días vegetales y adelgazaba ocho kilos… (Risas) Igual no es algo que me atormenta, pero yo creo que es porque me ocupo de eso, de que mi neurosis no vaya hacia ahí, porque no suma en nada.

¿Qué es lo último que sentís que aprendiste sobre vos misma?

Aprendí últimamente varias cosas de mí. Sin entrar en intimidades, pero, sí descubrí hace poco, por una situación en particular, que aquello en lo que yo creo o en lo que yo milito en cuestiones de la vida, cuando me encontré con una situación donde tenía que poner en práctica esas creencias, las puse. Viste que a veces uno dice "yo creo en esto", y después cuando te pasa no lo hacés. Hasta que no te pasa algo que te pone en jaque tus creencias, no podés comprobar quién sos. Porque una cosa es lo que uno cree y otra cosa es después, en una situación límite, de qué estás hecho en ese momento. Y hace poco tuve como una situación así que dije "mirá, estoy hecha de lo que yo creía" o por lo menos de lo que vengo trabajando hace mucho tiempo: en poder ser singular, en no reaccionar en serie, en no reaccionar como las mujeres deberíamos reaccionar en ciertas situaciones y poder ser singular, que es mi única meta. Lo único que me preocupa es no ser una persona seriada. Estoy atenta a respetar mi singularidad, aunque no guste, aunque caiga mal, aunque no se entienda o lo que fuera.

Griselda Siciliani

TRAJE DE SACO Y PANTALÓN (NERATTA, $303.200 Y $188.000), CAMISA CON DOBLE CUELLO Y CORBATA (AGOSHIDA, $250.000), AROS (SENA ACCESORIOS, $45.000).  - Créditos: Gustavo Sancricca

Hablaste de Margarita y me imagino que a medida que va creciendo los desafíos como mamá son distintos. ¿Qué te enseña ella en estos momentos de preadolescencia?

Bueno, ahora que te hablaba de la singularidad, ella es una persona que respeta mucho su manera. Por momentos yo la veo -todavía no cumplió 13 años- con las cosas muy claras. Y después que es una niña muy alegre, para ella todo es una fiesta. Vino acá a acompañarme a la producción, porque ella me dijo "yo te acompaño, mamá", le digo "pero mirá hija que es un embole estar mirándome sacándome fotos" y me dice "yo la paso bien en cualquier lado”.

¿Y vos no sos tan así? ¿Eso no lo heredó de vos?

Yo también soy muy alegre y mi mamá también es así, pero soy mucho más fastidiosa, como que si algo no me gusta por ahí me fastidio más rápido. Ella valora mucho lo vincular, yo eso le encuentro. En ese sentido, yo la observo y trato siempre de estar a la altura de esa personalidad. Estar atenta, ver qué necesita, si algo la angustia, medio que estoy en esa etapa. Y trato de tener conciencia de que es una nueva etapa ahora, se viene una etapa que es como si fuera no sé, de 1 a 3 años, como la primera infancia. El otro día la vi como que algo no le gustó de mí y a ella le dio medio angustia, yo sentí eso. Y le dije "hija, todo lo que no te guste de mí está perfecto. Yo te voy a querer igual".

Ahora estás en pareja, pero en algún momento te definiste como una “fundamentalista de la soltería”

¡Ahora lo digo y se me ríen!…

Quiero saber cuáles fueron tus aprendizajes de la soltería, porque estar en pareja a veces es otro mandato. ¿Por qué te gusta estar soltera?

Yo no lo aprendí estando soltera, ya lo sabía. Medio que desde chica tuve esa sensación, nunca tuve como una desesperación por estar en pareja y siempre que estuve en pareja fue porque me parecía el mejor plan esa persona. No podría estar en pareja con cualquiera. Las veces que estuve en pareja fueron muy poquitas, igual tuve relaciones hermosas, menos públicas, más cortas o largas, mucho más libres, relaciones preciosas y de amor también, pero las veces que tuve novio fueron re poquitas en mi vida. Fueron las veces que dije "sí, me quiero quedar quietita acá con esta persona" y porque sumaba. Mi soltería siempre es muy sofisticada y muy hermosa. Yo adoro mucho ese estado. incluso estando de novia sé que estaría genial sola también. Por eso, a veces digo, el otro día lo dije en una nota como que no me importaba "la infidelidad" y no se entendió, y hay algo que me enerva mucho de que no se entienda eso. Lo que quiero decir es que no es que no me dolería, lo que digo es que es un problema del otro. Mi problema es cuando yo soy infiel o cuando yo quiero estar con alguien, esas son las cosas de las que tengo que ocuparme yo. En lo que le pasa al otro, hay algo que le doy mucho valor a la intimidad del otro. El otro es tu novio, pero tiene su intimidad, y yo quiero tener mi intimidad. Eso no significa ni tener una pareja abierta ni nada, significa respetar al otro como un otro y no como una especie de plastilina toda pegoteada, o como que somos lo mismo. No somos lo mismo…

Porque justamente es ahí, en esa diferencia, donde te enamorás…

Yo me enamoro de un otro. Y hay algo de eso, de sentir… el otro día yo cuando lo dije me dijeron "ah, pero te da lo mismo estar soltera", no, al revés, estoy valorizando mi vínculo con mi novio, porque estoy con él porque justamente me parece un planazo estar juntos. No necesito que estemos juntos para estar mejor. Me parece que suma mucho que estemos juntos, que somos lo más y que la pasamos bien y que nos amamos un montón. Tanto que supera ese bienestar que me da estar sola.

El otro día Luciano Castro dijo que vos eras el amor de su vida y entiendo que ustedes habían tenido un romance medio a los veinti... ¿Cómo es haberse reencontrado en esta etapa de la vida, ya con sus heridas, sus roturas, sus aprendizajes, sus hijos?

Es una locura. Es una fiesta. Es un planazo, es recomendable, eh (risas). Primero es loquísimo, es loquísimo que nos haya pasado, y hay algo de eso tan inesperado... O sea, un novio de hace veinte años, si te digo que te lo vas a encontrar en una fiesta, se van a ir a comer y algo mágico va a pasar ahí, vos decís "no, es imposible, no existe" y yo te hubiese dicho lo mismo… y Luciano te hubiese dicho lo mismo, pero eso ocurrió. Un día nos vimos y nos dijimos "hola", y como que algo renació o no sé, algo explotó, como que estallaron los planetas. Algo pasó ahí y es una fiesta y es muy divertido, porque nos estamos todo el tiempo chicaneando.

Griselda Siciliani

CAMISA CORTA (JUSTA PETRA VINTAGE), FALDA LÁPIZ (ADIDAS ORIGINALS, $105.000), COLLAR PLATEADO (SENA ACCESORIOS, $60.000), STILETTOS (PRADA - Créditos: Gustavo Sancricca

Se los ve como en un amor muy liviano, ¿no?

Sí, pero a la vez somos unos intensos. Hay una canción de Louta que dice "Somos tan intensos y esto es tan perfecto", algo así... es como que es todo desbordado, pero a su vez es todo buena onda. Y somos muy apasionados y muy pasados en ese sentido, y estamos muy enamorados. Todo es como una fiesta, medio como que estamos en un cumple.

¿Qué aprendés de él en este revival?

Nosotros jodemos mucho con que aprendo mucho a “ser novia”, porque yo estoy siempre muy en la mía, soy muy autónoma... entonces de él aprendo a compartir, a estar de a dos. A la compañía. Él es un pisciano muy sentimental, él es un Susanita total, y yo soy una ariana en la mía, y jodemos mucho con que yo me ablando un poquito con él. Me trajo a mi vida mucha ternura.

Es un re lindo aprendizaje la ternura…

Sí, y que es algo que yo tengo, pero que no lo venía practicando tanto en los vínculos por ahí. Hay algo de eso, de estar juntos, de pasarla bien con un otro, que me lo trajo en esta época de mi vida, que yo estaba muy en la mía hace como ocho años.

¿Te cambió un poco los planes este amor?

Me cambió los planes, claro. No lo tenía pensado. Imaginate que el año pasado casi no nos podíamos ni ver de todo lo que yo trabajo… y yo le decía “bueno, no tenía pensado tener un novio”.

¿Y ahora estás dispuesta a cambiar un poco los planes para darle lugar?

Y sí, porque la paso tan bien que siempre hay que hacerse un poquito de espacio.

¿Trabajarían juntos? Sería una bomba…

Creo que sí, nunca trabajamos juntos. Solo hicimos un videoclip una vez. Re podemos trabajar juntos, quién te dice… pero te diría que mis proyectos están hasta el 2027 medio tomados…

Uy, qué difícil para la espontaneidad…

Pero siempre hay proyectos que se caen y surgen otros. Siempre pasan cosas.

Estamos en marzo, con el 8M presente. ¿Algún mensaje que sientas que te gustaría decirle a las mujeres?

No solo a las mujeres, le diría a todo el mundo que seamos respetuosos y que intentemos poner en valor la verdadera libertad. Sin desvirtuar esa palabra que es tan preciosa y que vale tanto. Respetar y poner el cuerpo por el otro. Salir un poco de lo individual, porque la salida es colectiva.

Griselda Siciliani

Traje de saco y pantalón (Neratta, $303.000 y $231.200), stilettos transparentes con moño de strass (Zara), aros (Lulú Martins). - Créditos: Gustavo Sancricca

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Euge Castagnino

Euge Castagnino Editora de OHLALÁ!, guionista cinematográfica especializada en cultura, cine, teatro, televisión y otros medios audiovisuales y gráficos. Es fan de las palabras, las buenas historias y los libros.


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