HBO Max: 5 películas que se acaban de sumar a la plataforma y que nadie debería perderse

Recién salida de las salas de cine, Natalia Oreiro protagoniza la segunda película como director de Fernán Mirás, una dramedia que no tiene miedo de jugar con un tema difícil de abordar: la muerte. A María (Oreiro) solo le queda un mes de vida y es probable que no llegue a celebrar el año nuevo. Ante la desgarradora noticia, sus grandes amigos de la infancia deciden acompañarla y cuidarla, incluyendo a Javi (Diego Velázquez), el más distanciado del grupo e interés amoroso que siempre estuvo presente, pero nunca se animó a concretar. Una historia con mucho humor, empatía y mensajes sobre el amor, la amistad y esas cosas que más importan en la vida.

Steven Spielberg, en modo nostálgico y en la misma línea de Roma y Belfast, busca inspiración en su propia infancia para darle vida a esta coming of age centrada en Sammy Fabelman (Gabriel LaBelle): una historia semiautobiográfica basada (libremente) en los primeros años de su vida, la relación con sus papás y su amor por las imágenes en movimiento. Sammy es un joven aspirante a cineasta que se apoya en su pasión por el séptimo arte para transitar y sobrellevar una cruda verdad familiar. Una fábula llena de corazón, que también reflexiona sobre nuestra relación con aquello que nos entusiasma y nos moviliza.

No, no es un relato de terror, sino una historia chiquita, intimista y muy contemplativa sobre el amor, la vida y la muerte. C (Casey Affleck) y M (Rooney Mara) son una pareja que se quiere, pero ella, por simples supersticiones, tiene la necesidad de mudarse de la vieja casa que comparten. Él, un músico sensible, parece más renuente, ya que se siente conectado con los recuerdos que encierran esas cuatro paredes. Al final, la tragedia termina tomando una decisión. Él muere en un accidente y se transforma en un fantasma que no quiere seguir el camino de la “vida eterna” y vuelve al hogar donde vaga y observa –sin poder hacer nada– el dolor de su amada.

Sin pasar por los cines, y con un par de nominaciones al Oscar a cuestas, este drama británico –ambientado en 1953– adapta Ikiru de Akira Kurosawa para contar la historia de Rodney Williams (Bill Nighy), un burócrata londinense que decide empezar a “vivir” cuando descubre que padece una enfermedad terminal. Respetado (y temido) por sus empleados, alejado de su hijo y su nuera, Rodney resuelve acabar con su vida junto al mar, pero encuentra una nueva oportunidad para disfrutar de esos pequeños placeres que, desde hace tiempo, pasan desapercibidos frente a sus ojos.

Basado en la novela homónima de Delia Owens, y producida por Reese Witherspoon, este drama de misterio se centra en Catherine ‘Kya’ Clark (Daisy Edgar-Jones), una joven mujer abandonada por su familia, que se crió sola en los pantanos del sur de Estados Unidos. Es la década del cincuenta, y Kya se convierte en la principal sospechosa del asesinato de un hombre llegado desde la gran ciudad, con el que ella mantuvo una relación años atrás. Taylor John Smith, Harris Dickinson, Michael Hyatt, Sterling Macer, Jr. y David Strathairn completan el elenco de esta atrapante historia.