Llega "Romeo y Julieta", el clásico de Shakespeare en ballet

 

“La obra propone no solo el triunfo del amor por sobre las diferencias socio-económico-culturales e ideológicas, sino además sobre el amor en las distintas relaciones humanas", señala el director de la obra. 

"Matrimonios por conveniencia, amantes deseados pero no correspondidos, celos intrafamiliares, el vínculo emocional que se genera entre criados y amos, la amistad, la lealtad, la fe religiosa, la ciencia, la traición y finalmente la revolución representada en la obra entre la burguesía y una nobleza arcaica que da origen al movimiento renacentista, todo eso conforma un espectáculo atrapante cuya finalidad no es únicamente la del entretenimiento, sino también llevarse una reflexión respecto a nuestras conductas cotidianas, a nuestras creencias arraigadas las cuales se repiten cíclicamente en la historia hasta el día de hoy”, reflexiona el responsable de GDBdanza, a cargo de este espectáculo que tendrá más de 45 bailarines en escena. 

Entre sus intérpretes se encuentran las jóvenes promesas de la danza Txaro Manem, Laura Rauber, Paloma Ramírez, Eva Racioppi, Emma Sánchez, Lucía Quintana, Agustina Sarmiento, Pau Miguez, Ismael Israelian, Juan Pablo Ripari, Lihuen Fiorotto, Monica Villalobo, Illed Ortiz, Juan Luis Fernández, Vinicius Vasconcellos, Luciano García, Luciano Ávalos, Pedro Vitabar, Facundo Marcel y Marcos Contreras. Estarán acompañando la inminente despedida de los escenarios de la primera figura del Teatro Argentino de La Plata Martín Quintana, que estará en compañía de un elenco de más de 45 bailarines en escena asistidos por los Maestros María Ángeles Díaz y Juan Andrenacci. 

Con música de Prokofiev, la imponente obra cuenta con producción en vestuario y utilería del Teatro Colón de Buenos Aires; la escenografía y luces son diseñadas por el mismo coreógrafo. 

- ¿Por qué se interesó en Romeo y Julieta?

- Siempre me interesaron los clásicos universales porque pueden ser adecuados a cualquier época, ya que las temáticas y conflictos que plantean son eternos en el ser humano y transversales socioculturalmente. 

- ¿Cómo la adaptó con perspectiva de género? 

- La obra de Shakespeare plantea una realidad que en muchas culturas aún no ha cambiado y que, en algunos estratos sociales, ya sea por costumbres o por cuestiones religiosas, incluso en el mundo occidental siguen existiendo; como por ejemplo la obligatoriedad de un matrimonio temprano por conveniencia y una maternidad precoz que no coincide en muchos casos con la voluntad y la emoción de las mujeres, tal es el caso de Lady Capulet, que es el claro ejemplo de la aceptación de todas las convenciones quedándose en un pasado que no coincide con la libertad del presente y el derecho de la mujer a tomar decisiones: aunque simule ser una mujer empoderada, dentro suyo yace un enorme sufrimiento. 

También el hecho de imponer a los hijos con quién no deberían tener una relación sexoafectiva es un desafío que decididamente afrontan Romeo y Julieta. 

Aparece además un personaje relevante, la nodriza, quien por razones socio-económicas y laborales no puede desarrollar una vida personal en plenitud y toma como única opción emocional vivenciar ese aspecto a través de una familia que no es la propia.  

En contraparte, Romeo, desafiando la masculinidad típica de la época, deconstruye su comportamiento sin encontrar diferencias emocionales entre el sentir de él y el de Julieta, priorizando así el amor por sobre cualquier mandato social. 

Tybaldo y Lord Capulet, a su vez, representan el patriarcado con total impunidad en una burguesía ascendente, carente en absoluto de éticas morales. 

Por lo cual la adaptación es justamente visibilizar dichas problemáticas que, en apariencia, no existirían más, pero aún permanecen vigentes: la pregunta final sería, ¿con qué personaje se identifica el espectador? 

- ¿Qué le suma la danza, el ballet, en la puesta? 

- Como todo arte visual no verbal, el lenguaje de la danza resulta para el espectador mucho más accesible el dilucidar simultáneamente texto y subtexto de una temática universal, ya que no depende de un idioma para lograr la identificación y la emoción que produce la historia.  

Este tipo de obras expresadas en baile, como ya lo vivenciamos con la puesta reciente de “Cenicienta, Un Cuento que no es Cuento”, abren un mundo a un público quizá no acostumbrado al ballet, pero que disfruta y se emociona con estos clásicos que nunca dejan de conmover.