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Mon Laferte lanzó su disco Autopoiética: “Nadie se muere de amor, digo a mis 40"

La cantante y compositora Mon Laferte conversó con OHLALÁ! sobre su nuevo disco, Autopoiética. Cuenta cómo fue el proceso de creación y qué la inspiró en este disco eléctrico, ecléctico e irónico.


Mon Laferte, en la grabación del videoclip de No+Sad, una de las canciones de Autopoiética.

Mon Laferte, en la grabación del videoclip de No+Sad, una de las canciones de Autopoiética. - Créditos: Mayra Ortiz (Criteria Entertainment)



Mon Laferte lanzó su último disco, Autopoiética, y, con ese título, parece inevitable preguntarle por qué eligió un concepto que vienen de la biología. La autopoiesis designa la cualidad de un sistema molecular capaz de reproducirse y mantenerse por sí mismo. ¿Qué la llevó a la cantante y compositora chileno-mexicana Mon Laferte a ese mundo? 

“En mis ratos libres, soy una aburrida ñoña, me pongo a escuchar podcast, entrevistas, charlas del biólogo chileno Humberto Maturana que, junto a Francisco Varela, definieron la química de automantenimiento de las células vivas”, comienza a hablar Laferte, el pelo negro suelto, descontracturada del otro lado de la cámara de Zoom. “Sí, escucho a Maturana en lugar de hacer cosas divertidas”, dice y se ríe. 

Se acomoda en un sillón negro: “Hace mucho que estaba con la palabra autopoiesis en mente y me pareció bonito ponerle así al disco; siento que hay una conexión metafórica conmigo, como que yo puedo recrearme todo el tiempo, reinventarme”, dice. Este último disco da testimonio de esto: a diferencia de sus anteriores, este es completamente eléctrico, nació del trabajo de un mes en el estudio de su casa con una computadora (sin instrumentos), con "dos amigos de la vida"- Manú Jalil y Daniel Martínez- y, de allí surgieron las bases y fueron sampleando. 

Todo fue distinto en este disco. "Empecé a trabajar desde la producción, no tenía canciones", dice. Lo que Mon normalmente hace es crear música con un instrumento y luego, con la melodía, sumarle la letra y así. “Esta vez no tenía nada”.  

En Autopoiética, Mon Laferte dice: "Tengo 40, mami; nadie se muere de amor".

En Autopoiética, Mon Laferte dice: "Tengo 40, mami; nadie se muere de amor". - Créditos: Mayra Ortiz (Criteria Entertainment)

Habla de la invitación que les hizo a Jalil y Martínez a acompañarla en la aventura del nuevo disco. “Fue un poco kamikaze: me propuse hacer el disco, me puse fecha y no tenía nada. Ahí fue que decidí encerrarme con estos amigos un mes en el estudio con una computadora”, dice. En su casa tiene guitarra, piano, batería, pero quería hacerlo todo en la computadora esta vez. “La idea era empezar a producir bases y arreglos y, sobre eso, montar la melodía y la letra. ‘Voy a ver qué sale en este tiempo’, se dijo. ‘Vamos a ver qué tengo que decir’”. 

Ese desafío la sedujo y ahora que el disco ya circula cree que fue una buena decisión. “Me gustó mucho hacerlo de esa manera, me divertí porque yo tenía el control de escuchar, de mover, de editar en el momento. De pronto, en un estudio con tanta gente, con instrumentos reales, venía sintiendo que me aburría un poco, a veces, esperando sacar el sonido que quería”. Así fue todo el mes: levantarse temprano, meterse los tres a ver qué salía. “Uno era el ingeniero, Daniel, y Jalil el productor. Nos dividíamos tareas: cada uno sampleaba algo. Al disco lo hicimos los tres. Me sentí muy acompañada por ellos”. 

Y los ritmos que lograron resultan de lo más eclécticos: hay reguetón oscuro, experimental; hay trip-hop, salsa y hasta un piano inspirado en Aphex Twin; hay momentos de música gregoriana; toques de tango electrónico y, también, cumbia. Escucharlo es una fiesta de los sentidos.  

 

Con las letras el proceso de creación fue diferente. Ahí sí el camino que elige Mon sigue siendo solitario. Reconoce que ese mes de parir el disco fue difícil: de día trabajaba en las bases de la música y a la noche, después de bañar a su hijo y hacerlo dormir, se dedicaba a escribir. “A las 9 o 10 de la noche, con él acostadito al lado, yo con audífonos para no molestarlo empezaba a hacer las letras”, cuenta, y sigue develando la intimidad de este disco tan esperado. 

- ¿Escribías en función de lo que habían creado con esas bases? 

-  Fue diverso. A veces tengo una base y esa música me lleva a decir algo, ¿sabes? Y, otras veces, tengo muy claro lo que quiero decir, entonces, esa letra ya está y la voy volcando. Me pasa que, todo el tiempo, estoy escribiendo en mi teléfono: poemas, frases. Como siempre estoy escribiendo cositas, entro a mis notas y es como que eso me detona. También me apoyo mucho en libros, me gusta mucho leer poemas. Amo las librerías, las bibliotecas, los libros. 

Dos de sus autoras preferidas son la poetisa, traductora y fotógrafa argentina Susana Thénon y la poeta, ensayista y traductora polaca, Premio Nobel de Literatura, Wisława Szymborska. "Estas dos escritoras me llevan a un sitio, tienen frases que disparan cosas en mí y me hacen escribir y crear música", cuenta, y les da un protagonismo central en su arte.  

La impronta de las letras de Autopoiética es feminista. En cada tema está su recorrido de lecturas –en cada país que va en sus giras se detiene en una librería y pide libros recomendados del momento, lo mejor de poesía escrito por mujeres-. Su militancia en favor de los derechos de las mujeres, su mirada igualitaria. Y, también, en este álbum su ironía respecto de los mensajes críticos, los ataques que, muchas veces, reciben las mujeres por no acatar ciertos mandatos machistas.  

Mon Laferte, con algunas de las protagonistas del videoclip de No+Sad.

Mon Laferte, con algunas de las protagonistas del videoclip de No+Sad. - Créditos: Mayra Ortiz (Criteria Entertainment)

Hace unos días había adelantado algunos temas del disco: uno de ellos fue “40 y MM”, un himno de amor propio que, al mismo tiempo, explora diferentes elementos musicales, y los mezcla de un modo que emociona. “Tengo 40 y, mami, nadie se muere de amor. Lo que no te mata te hace más fuerte. Soy una mina pop y cualquier cartel me sirve de colchón”, canta Mon. 

El amor romántico, tan presente en sus anteriores discos, aparece deconstruido con ironía y humor. “Si revisito mi discografía, mis primeros discos a mis veintes digo cosas súper distintas a las que tengo que decir hoy, porque afortunadamente crecí. Si no sería lamentable”, dice, y se ríe. “Nadie se muere de amor, digo a mis 40". 

De todos modos, aclara que le gusta el drama amoroso, también. “A pesar de que ya no lo vivo así, por lo menos en el presente. Me gusta esa idea poética y teatral de la pasión, del amor, del drama. Me gusta mucho llevarlo al escenario, también. Siento que es un recurso muy usado, pero lo hago más evidente, más exagerado, y es un recurso para mí”.  

Sin embargo, en este disco no aparece ese personaje, sino más bien otro, el de la mujer de 40, mucho más canchera, como de vuelta de algunas cosas. “Tengo 40 años, no tengo nada que perder, no me importa tanto la estética... ni ese desamor”. 

La maternidad fue un crecimiento hacia ese lugar, una ruptura con las exigencias estéticas hacia las mujeres. “Con la maternidad aprendí que no iba a perder tiempo en huevadas, en pendejadas”, dice. "Hay que ser más prácticas, porque tampoco tienes tiempo, ¿sabes? Hoy es poco el tiempo que tengo para procrastinar”.  

Y habla –en sus letras y en la conversación– sobre aquellos mandatos de ser madre y luego estar flaca a los 5 días. “Siempre sufrí para ser linda, siempre fui de estar cuidándome y después sos mamá y te ves con una panza como de embarazada de 5 meses cuando ya no estás embarazada”, dice. Sonríe. “Te cuelgan las tetas y te pasan miles de cosas.. Y decís: da igual lo que digan”.  

En su último show en el Movistar Arena en Buenos Aires, hace un año, acababa de dar a luz a su hijo. Contó en el escenario acerca de sus cambios corporales. “Estaba en el escenario y me empezaban a doler las tetas porque a esa hora de la noche siempre mi hijo me pedía leche, por eso lo conté”. Hizo comentarios acerca de su reciente maternidad varias veces. “Igual, con todo lo que trae, es hermoso ese proceso de la maternidad. Es lindo y te enseña mucho”. 

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