Nueva York: los libros que toda amante de Manhattan tiene que leer
Si sentís que Nueva York es tu lugar en el mundo, entonces no podés dejar de leer estos cinco libros que suceden en esa ciudad.
29 de julio de 2022 • 16:36
5 libros sobre Nueva York que vas a querer leer - Créditos: Getty.
“Leer te transporta a otros mundos”. Seguramente este sea uno de los lugares comunes más repetidos al momento de hacer una campaña de promoción de la lectura o de buscar un eslogan para una feria del libro o un festival de literatura. Sin embargo, cada vez que se repite, esta frase se resignifica y confirmamos su vigencia y verdad.
Leer nos lleva a lugares que quizás jamás conoceremos en persona, nos presenta situaciones inimaginables y nos permite conocer personajes que nos hacen sentir menos solos. En esta ocasión el destino es una de las ciudades más cosmopolitas y heterogéneas de los últimos tiempos: Nueva York.
¿Todo listo para recorrerla en cinco libros?
El Gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald
El Gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald. - Créditos: Anagrama.
Década de 1920, los llamados “años locos”: Estados Unidos vive una época de gran desarrollo económico y cultural, es la edad del jazz, de grandes avances en la industria cinematográfica, pero también de mucha especulación financiera y corrupción. En este contexto, Jay Gatsby abre las puertas de su mansión en Long Island para dar una de las mejores fiestas de la historia, con el oculto objetivo de recuperar a Daisy, el gran amor de su vida a quien abandonó para ir a combatir en la Gran Guerra.
Un clásico ineludible, que fue llevado al cine: Robert Redford y Leonardo DiCaprio se metieron en la piel de este personaje inolvidable.
Los ingrávidos, de Valeria Luiselli
Los ingrávidos, de Valeria Luiselli.
Una escritora mexicana recuerda sus años de juventud como editora en Nueva York, cuando era perseguida en el subte por el fantasma del poeta mexicano Gilberto Owen. En paralelo, otro narrador también recuerda sus años de juventud en la década de 1920 en Harlem: no es otro que el mismísimo Owen. En la imposibilidad de este encuentro se escuchan también las voces de Federico García Lorca, de William Carlos Williams, de Emily Dickinson, entre tantos otros, y arman un relato que se detiene en la búsqueda del amor, en la pérdida y en las condiciones materiales de la propia escritura.
Martin Dressler. Historia de un soñador americano, de Steven Millhauser
Martin Dressler. Historia de un soñador americano, de Steven Millhauser.
Nueva York, fines del siglo XIX, la electricidad y el teléfono son solo algunas de las grandes innovaciones que se van a dar durante el siglo siguiente. Son tiempos en los que todo parece posible, y así lo cree el joven soñador Martin Dressler. Deja tempranamente su trabajo como ayudante en la tabaquería de su padre para ser botones en un hotel, luego recepcionista, y finalmente también dejará este empleo para fundar su propia cadena de restaurantes, apenas tiene 22 años. Pero a medida que mejore su situación económica se sentirá cada vez más solo e incomprendido.
Apegos feroces, de Vivian Gornick
Apegos feroces, de Vivian Gornick.
Una mujer madura camina junto a su madre ya mayor por las calles de Manhattan. Es la escritora y activista Vivian Gornick, quien recuerda en estos paseos la fuerte influencia que ejercieron dos mujeres a lo largo de toda su vida: por un lado su madre, que renuncia a sus propios intereses para dedicarse por completo a su familia; por el otro, una joven vecina viuda, que necesita de la mirada aprobatoria de los hombres para sentirse segura y realizada.
Éramos unos niños, de Patti Smith
Éramos unos niños, de Patti Smith. - Créditos: Lumen.
Patti Smith y Robert Mapplethorpe se conocieron en 1967, fueron amigos, amantes, confidentes, y se mudaron juntos a la habitación 1017 del mítico Hotel Chelsea, centro de la bohemia y la movida cultural neoyorquina de los años setenta y ochenta, sobre todo. Con el paso del tiempo, Smith se convierte en la “madrina del punk” y comienza una particular relación con el escritor Sam Shepard, mientras que Mapplethorpe es reconocido por sus polémicas fotografías en blanco y negro de la comunidad gay. La amistad sigue vigente, son mutuamente sus admiradores más fieles, hasta la muerte de Mapplethorpe en 1989.
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