Ricardo Arjona en Vélez: “Estoy feliz de volver”

Frente a un estadio lleno que no aguantaba más la espera por volver a ver a su cantante favorito, Ricardo Arjona hizo emocionar a más de 35 mil fans que no dudaron en mostrarle su felicidad y agradecimiento por el esfuerzo inmenso que hizo por volver a pisar suelo argentino, tras varios meses de incertidumbre por su delicado estado de salud.

“Estos dos últimos meses fueron peores que ningunos otros. Después de seis infiltraciones en la columna estoy aquí, y estoy parado”, comenzó diciendo el artista de 59 años. “Quizás no me vean con la misma soltura que siempre, ese que andaba por ahí y por todos lados. Pero tengo vos, tengo guitarra, tengo amigos, tengo noche, los tengo a ustedes. Estamos para lo que ustedes quieran”, agregó, feliz y emocionado de reencontrarse con su público argentino.

Acompañado por una escenografía londinense, de posguerra, de destrucción y de cambios, el guatemalteco -que lleva los acordes en la sangre- supo encender la noche con Ella, uno de los temas favoritos de sus fans, donde la letra reflejaba lo que él quería transmitir: “Celebrar que está viva, explotando en libertad”.

El cantante, que se acerca a las seis décadas -tal como a él le gusta medir el tiempo-, se mostró más conectado y consciente que nunca: cerrando los ojos, entonando las estrofas más significativas de sus canciones y, con los brazos abiertos, recibiendo este presente que hasta hace poco, parecía muy lejano.

Aunque fueron varios los momentos del show en los que se notaron las secuelas del difícil cuadro clínico que atravesó a mitad de año, quien aprendió a graduarse en todo de aprendiz le encontró la vuelta a la situación para hacer reír a su público. “Vamos a hacer el último ejercicio que me dijo el doctor que tenía que hacer, es el caminante con estilo”, dijo, mientras desfilaba acercándose a sus fans.

Recorriendo grandes éxitos de su repertorio como Cavernícolas, Acompañame a estar solo, El amor, El problema y Dime que no, Arjona buscó, durante las dos horas y cuarto que duró el show, mirar a los ojos al público, regalándoles besos, guiños y sonrisas.

Fiel a su sello romántico, eligió a una fan y la invitó a subir al escenario. Ella, sin poder creer lo que estaba viviendo decidió filmarlo todo, causando la risa del artista: “Ella se llama Marcia y tiene uno de los síndromes que tienen muchos en estos días. En vez de abrazarme agarra el celular. Suelta el celular y dame un abrazo”.

Cómplice con el público, Arjona encontró espacios de su presentación para divertirse: imitándose a él mismo como conductor mientras cantaba El taxi, arengando los estribillos de sus letras, leyendo los carteles que sus fans le prepararon, y respondiéndoles, y animándose a dar unos pequeños grandes pasos de baile cuando uno de sus músicos, “el gringo”, cantó un merengue.

Esta noche, la primera de las dos veces que se presentará en el estadio Vélez Sarsfield para despedir su gira Blanco y Negro, vimos a un Ricardo Arjona entregado al paso de los años, a la calma de la experiencia, a la picardía de quien conoce a su público y a la dicha de poder hacer lo que más disfruta, de principio a fin.