Nadie quiere esto: la historia real de la serie de Netflix sobre un rabino y una agnóstica

Protagonizada por Adam Brody y Kristen Bell, la serie de 10 capítulos que ya está posicionada como una de las producciones más vistas de la N roja tiene una historia mágica detrás. Su creadora, Erin Foster, declaró que, además de ser la autora del show, también vivió esta experiencia en carne propia.

Para quienes no lo saben, Nadie quiere esto sigue a Joanne, una podcaster agnóstica sobre citas y relaciones en Los Ángeles, y a Noah, un rabino de ensueño, quienes se enamoran a pesar de las fuerzas que trabajan en contra de su unión. Sin embargo, esta comedia romántica que ya enamoró a millones de suscriptores también es un relato semiautobiográfico.

La producción de Netflix se inspiró en la historia de amor real de Erin Foster con su esposo, el ejecutivo de entretenimiento Simon Tikhman. Foster, una ex estrella de reality y actriz que se convirtió en empresaria, presentadora de podcasts y productora, conoció a Tikhman cuando tenía 30 años. Aunque Tikhman no es rabino en la vida real, sí practica el judaísmo.

“Durante una década, había estado escribiendo sobre lo que me sucedía en la vida. Cada proyecto tenía un cinismo real, porque tenía una visión cínica sobre las relaciones, sobre mí misma y sobre el amor”, confesó Foster en Skip Intro, el podcast oficial de Netflix.

"Si tenía una mala cita, pensaba: 'Oh, esto va a ser realmente bueno para escribir'. Ni siquiera me importaba que mi vida se estuviera desmoronando; estaba emocionada de usarlo. Y entonces, cuando conocí a Simon, que ahora es mi esposo, honestamente pensé que estaba arruinando mi onda”, agregó, dejando al descubierto más de una similitud con la producción encabezada por Adam Brody y Kristen Bell.

Otro elemento de la serie que también forma parte de la vida real es su relación con su hermana Sara, socia de producción y socia comercial de Erin. “No fue bueno para nuestra carrera”, bromeó mientras recordaban aquellos tiempos.

Así también, algunas dinámicas complicadas que vivieron en la infancia las hermanas se reflejan en el show: “Tuvimos una infancia complicada. Hubo muchos matrimonios, muchos divorcios, muchos hermanastros, muchos medios hermanos, mucha gente entrando y saliendo. Y fue complicado. Sara y yo lo afrontamos de formas muy diferentes. Ella era la mayor de la familia, yo era la del medio. Esos dos roles tienen caminos muy diferentes”, relató.

Nadie quiere esto, la serie que ya se posiciona entre las más vistas de Netflix, sin dudas es una excelente opción si lo que buscás es una comedia romántica adulta sobre cómo dos polos opuestos se atraen, generando una química bárbara.

Tal como Erin se dio cuenta en algún momento de su relación, una historia sana siempre puede tener algo "interesante, divertido y atractivo". "Sana no significa necesariamente aburrida, porque puede ser increíblemente divertido ver a dos personas que deberían estar juntas enamorándose", reveló.