El infierno: la primera serie argentina elegida para Cannes

Santiago Mouriño es director de cine y genera contenidos a través de su productora Los 4000 cortes. Pablo Balmaceda trabaja como director creativo y es productor en televisión y cine hace más de quince años. “El infierno” nació y los unió en lo más profundo de la pandemia. En esos primeros seis o siete meses de encierro del 2020, pensaron en armar un proyecto que le diera un poco de sentido al tiempo. Agostina Innella es actriz, es de Cipoletti y tiene 25 años. Casualmente se encontró con Santiago y Pablo y decidieron darle vida al proyecto con los recursos que tenían. “Surgió de la necesidad de mirar un poco para adentro” cuenta Pablo. “El infierno tiene que ver un poco con las pantallas también, con ese paralelismo de sentir que hay otro para el que estamos performando todo el tiempo a través de las redes sociales”, suma Santiago.

Los ojos de Agostina cuentan mucho. No hubo dudas de que era la protagonista ideal para esta historia. “Lo ficcional está muy presente, pero es casi un documental” cuenta ella. No lo dijo durante la filmación, pero al poner el cuerpo se dio cuenta que muchas de las cosas que vive su personaje, tiene que ver con sus propias vivencias: “Ese avasallamiento de pensamientos es algo que viví, porque pasé una depresión, y me encontré no hablando lo que me pasaba”. “El infierno” también pone en escena muchas situaciones hostiles que se viven desde el lugar de la mujer y con las que se confronta a diario. “Es esa sensación que a veces tenés de preguntarte, ¿por qué? ¿por qué esta diferencia?” señala Innella.

Cada episodio habla de sensaciones y preguntas existencialistas que atraviesan a una persona durante toda su vida. Esa sensación de perderse en los propios pensamientos, o de intentar definirse dentro de un mundo al que le sobran definiciones y etiquetas. Otro de los temas que aparece es la soledad. “La protagonista está todo el tiempo intentando anclarse a otros para encontrar su identidad. Pero una de las cosas que terminé descubriendo es que nadie puede solo” cuenta la protagonista. La trama también explora la búsqueda de la sexualidad, la percepción de una identidad de género, a través de una escena que retrata una sexting con la actriz Alexia Moyano.

Casi sin ponerle expectativa Pablo y Santiago decidieron mandar el piloto de la miniserie a la competencia de Cannes Series. Ninguno de los tres había estado en la alfombra roja más deseada del cine, y en abril de este año fueron nominados, y tocó viajar a  esta gran celebración. “Es como estar caminando en un set de una peli todo el tiempo” cuenta Santiago, que nunca había viajado a Europa. “Fuimos celebrities por unos días” suma Pablo. Tuvieron fiestas todas las noches, entre directores como la canadiense Amanda Parris, actores y actrices de todo el mundo. “Me encantó que había tres o cuatro directoras nominadas” cuenta Agostina.  

El código de vestimenta del festival era “creative chic”; “Hay una idea un poco más queer, de contar como te autopercibís a través de tu vestuario” remarca Pablo.  

“Todas las personas que conozco van a morir. Antes o después que yo” clama la voz de Agostina en una escena de la serie. Pero El infierno vive, y tras el estreno en Cannes, estará disponible en plataformas de Bélgica y Corea del Sur, mientras busca salir próximamente en la pantalla local.