Lisboa: las 8 cosas que tenés que hacer si visitás la ciudad europea que es tendencia
Una de las ciudades europeas de moda abre sus puertas para descubrirla en modo turista o para trabajar.
7 de febrero de 2023
lisboa-principal.png - Créditos: Marianela Gette Gil
Aterrizaba en Lisboa en 2012 con una beca de verano para estudiar portugués y sin muchas expectativas. Fue amor a primera vista. Si bien me advirtieron que la capital portuguesa era famosa por sus callecitas empedradas, sus colores pasteles y sus costumbres intactas, nunca me imaginé buscando una excusa para volver cada vez que puedo.
Lisboa te atrae, te conquista. En un abrir y cerrar de ojos, pasás de la belleza de sus castillos y palacios a una ciudad moderna y contemporánea. Siempre brilla el sol y, con una temperatura media anual de unos 15 grados, es perfecta para visitarla en cualquier momento del año. Su oferta nocturna es muy atractiva, así como sus cafecitos, lo que la posiciona como una de las ciudades más cool de Europa. Si buscás un destino que te haga sentir como en casa, es Lisboa. Te llevamos a recorrerla con nosotras.
Los 8 highlights de Lisboa
Torre de Belem, sobre el Tajo, es la torre más linda de la ciudad. - Créditos: Marianela Gette Gil.
Recorrer los barrios. Animate a perderte por Baixa, Chiado o Barrio Alto, donde vas a comer auténtica comida portuguesa. ¿Sabías que Alfama es la cuna del famosísimo fado y uno de los barrios más tradicionales? Si querés conocer más sobre su historia, hay muchos tours gratuitos. La empresa Civitatis ofrece algunos muy interesantes.
Subir al mítico Tranvía 28. ¿Te gusta lo retro? Subirte al tranvía 28 es un must. Aparte, esta red de estilo retro es uno de los mejores medios de transporte para moverse por la ciudad. Pasa por puntos turísticos claves, como el barrio de São Bento y la Catedral de Sé. Cuesta €3 por persona por viaje, pero con la tarjeta magnética recargable “7 Colinas” (también llamada Viva Viagem), cada viaje cuesta €1,50. Si tenés tiempo, te aconsejo hacer el recorrido completo a la ida e ir parando en el camino de vuelta. Datazo: un lugar perfecto para sacar una linda foto con la Catedral Sé de fondo es con el colorido tranvía bajando por el Largo da Sé, después de la curva.
Mirar el atardecer en uno de los miradores. Lisboa ofrece muchos miradores para apreciar la ciudad desde lo alto. Mi preferido para el atardecer es Portas do Sol, uno de los más populares en el barrio de la Alfama. Además de unas espléndidas vistas, podés tomarte un rico café y escuchar música callejera. Otro que me fascina es Santa Luzia, lugar para los románticos empedernidos e ideal para las tardes de verano.
Subir las pendientes con un elevador. Se la conoce como la Ciudad de las 7 Colinas, así que preparate para las subidas mortales. Si estás un poco cansada sus prolongadas pendientes, los elevadores son la solución. Básicamente, son funiculares que te ayudan a subir hacia los barrios más altos. Los más conocidos son Do Fabra, Da Gloria, Da Bica y el ascensor de estilo neogótico de Santa Justa, con 45 metros de altura. En lo más alto, su terraza ofrece unas vistas envidiables sobre la parte antigua de la ciudad.
Lisboa es una de las ciudades más pintorescas de Portugal.
Ver una fábrica de azulejos. Lisboa es la ciudad con más azulejos del mundo y famosa por su arte en mosaicos. No podés irte sin visitar algún museo, pero también está en sus callecitas. El Barrio de Alfama es el más buscado, ya que sus rincones están recubiertos de azulejos y de baldosas de santos protectores. Si te querés llevar un recuerdo, pasá por Sant’Anna (@santanna_1741), una casa de artesanos que desde 1741 elaboran azulejos a mano.
Visitar el Castillo São Jorge. Sin dudas, es uno de los más importantes de Portugal, con más de ocho siglos de historia. Se encuentra en la colina más alta de Lisboa y hasta su puerta principal no llegan tranvías. ¿Cómo subir? El elevador ubicado en la Baixa te lleva ¡gratis! Al llegar al castillo, te vas a encontrar con uno de los miradores más lindos y una vista preciosa de la ciudad, donde se puede apreciar de lejos el puente colgante 25 de Abril (la versión portuguesa del Golden Gate de San Francisco). ¡Este es el lugar perfecto para una linda foto! Precio de la entrada general al castillo: €10.
Conocer la Plaza de Comercio. Durante décadas fue la puerta de la ciudad para el comercio marítimo. Hoy es un espacio lleno de vida y movimiento sobre el río Tajo. Desde lo alto del Arco de Rua Augusta podés observar varios puntos de interés: la famosa calle comercial Rua Augusta, la Catedral de Lisboa y el Castillo de San Jorge. Si compraste la Lisboa Card, la entrada es gratuita. Datazo: a muy pocos pasos se encuentra la estación fluvial Cais de Sodré, punto de partida de las excursiones por el Tajo.
Pasear por el Barrio de Belém. Hay tres lugares emblemáticos que no pueden faltar en tu visita y que jugaron un papel importante en la historia de Portugal. Arrancá temprano, subite al tranvía 15 y bajá en la estación Largo Da Princesa para admirar uno de los monumentos más destacados de Lisboa, clasificado como Patrmonio Mundial de la UNESCO: la Torre de Belém. Después de sacarte unas cuantas fotos, caminá unos 10 minutos para toparte con el imponente Monumento a los Descubrimientos. Desde su mirador tenés una inolvidable vista panorámica del barrio de Belém y el Puente 25 de Abril. La última parada se encuentra justo enfrente y es el Monasterio de los Jerónimos, que se construyó para celebrar el regreso de la India de Vasco de Gama. La visita dura aproximadamente tres horas y realmente vale la pena. Después de tanta caminata, te merecés probar los deliciosos pasteles de Belém. Mis preferidos están justo al lado del Monasterio de los Jerónimos. Lo vas a reconocer por las largas colas: Pastéis de Belém (@pasteisbelem).
En esta nota: