Esto es lo que tenés que saber sobre la energía de Mercurio en Piscis

Después de la vorágine acuariana, Piscis nos propone mirar hacia adentro y darnos el tiempo necesario para conectarnos con nuestras emociones. No nos olvidemos de que es el último signo de la rueda zodiacal: necesita integrar todo lo vivido desde el anterior ingreso de Mercurio en Aries, es decir, cuando empezó este ciclo, en marzo del año pasado.

 

Esto quiere decir que, más que plantearnos una proactividad extrema, tenemos la oportunidad de recapacitar, barajar y dar de nuevo. Y de recordar que, si no les ponemos corazón a los proyectos que encaramos, hay algo que falta. Marzo nos va a traer el momento de comenzar de nuevo: por ahora, recopilamos la experiencia y la sabiduría vivida.

El pensamiento no va a ser linel ni lógico, sino más bien alternativo e intuitivo. La realidad como un todo. Las experiencias como el océano: superpuestas, sin borde, armando un nuevo sentido. No nos va a servir de mucho sobreanalizar las cosas. Sí, estar atentas a nuestras intuiciones y parar bien las antenitas.

Mencionemos, también, que Mercurio rige el movimiento, los traslados, el comercio y los intercambios de todo tipo. Será mejor ir con paso calmo en todos estos terrenos. ¿El desafío que presenta? No caer en actitudes de victimización o autoconmiseración ni dejarse llevar por el miedo que paraliza.

Las energías zodiacales más afines son la de Piscis mismo, por supuesto, y también las de los otros signos de agua: Escorpio y Cáncer, y las de aquellos con los que hace sextil: Tauro y Capricornio.  Por otra parte, los otros signos mutables (Virgo, Sagitario y Géminis) recibirán de Mercurio aspectos inarmónicos: cuadraturas en el caso de los dos últimos, y oposición en el caso del primero. 

Deberán poner particular atención porque se verán expuestos a posibles deshonestidades, malos acuerdos comerciales y charlatanería. En su estado de ánimo, puede aparecer un creciente nerviosismo e inquietud. Es importante saber que estas dificultades son transitorias, ya que este tránsito solamente dos semanas Aries, Acuario, Leo y Libra no se relacionan en aspectos mayores con Piscis, por lo que sentirán el influjo de este tránsito de manera suavizada.

Mercurio entra en Piscis el 23 de febrero corriéndose de una tensión con Urano, planeta de los cambios que rigió su temporada anterior. Es como si se fuera alejando del ruido para entrar en una atmósfera de introspección donde pueda conectarse con su sensibilidad.

La conjunción con Saturno, que va a llegar a su pico cinco días después del inicio de la temporada, lo va a ayudar a encontrar una base y no disgregarse demasiado (que podría ser el riesgo de la energía pisciana: una mente que divaga sin rumbo).

En paralelo, el sextil con Júpiter, planeta de abundancias y aprendizajes, va a maximizar nuestra capacidad de intuir, conmovernos y empatizar. Ya en marzo, vienen días de un poquito más de acción: como si se fuera despertando, se conecta con Lilith, la Luna Negra, y después con Urano (pero ahora en armonía). Algo de la sana rebeldía y el cuestionamiento a lo dado se instala, y nos ayuda a dejar en el año zodiacal que se termina lo que haya que dejar allí.

Ciclos cumplidos y nuevos despertares.

La temporada de Mercurio en Piscis termina con la conjunción a Neptuno, planeta regente moderno de la energía de los dos peces, y en sextil a Plutón, para catalizar con fuerza las transformaciones profundas que nos van a recibir en el año astrológico que empieza en marzo.