Carta natal: qué dicen los planetas sobre vos

Con el creciente interés de la gente en la astrología, esta frase se está volviendo un cliché de los astrólogos, que nos entregamos gustosos a todo lo que pueda difundir nuestra disciplina y, de paso, aprovechamos para ampliar y esclarecer conceptos. Si andás medio perdida porque tus amigas hablan de Mercurio, Marte, Venus y compañía, tomá nota que acá hacemos un repaso.

En astrología llamamos planetas a diez factores, entre ellos el Sol y la Luna, que técnicamente no lo son, y Plutón, que es un planeta enano. Dentro de este grupo, hay algunos que se mueven más rápidamente: son los que llamamos “planetas personales” y tienen más influencia en la personalidad que los lentos

En la primera parte de esta guía los describimos en detalle: resumiendo, el Sol hace a nuestra identidad consciente y se expresa a través de la voluntad. La Luna regula nuestras emociones y su influencia es inconsciente. El aprendizaje es integrar la energía solar para poder forjar nuestro yo adulto, y conocer nuestra energía lunar para identificar cuándo nos está dominando una necesidad emocional que va más allá de nuestras decisiones.

Tiene que ver con nuestro mundo intelectual: los procesos mentales en general, la manera en que razonamos, nuestro estilo de comunicación y de aprendizaje. ¿Cómo procesamos el mundo? ¿Cómo nos expresamos? También tiene que ver con las negociaciones y el comercio, por lo que nos da la cintura para manejarnos en estas cuestiones.

Se dice que los signos más afines a su energía son Géminis y Virgo, y que donde menos cómodo se encuentra es en Sagitario y Piscis. Esto no significa que Mercurio en Sagitario o en Piscis tenga problemas para desplegar su intelecto, sino sencillamente que la energía del signo está un poco alejada de la esencia del planeta. Veremos un ejemplo de un planeta supuestamente incómodo pero bien aprovechado cuando veamos la carta de Marilyn Monroe, al final de esta nota.

Típicamente conocido como el planeta del amor, el aura de Venus incluye también todo lo que hace a nuestro bienestar, las inclinaciones artísticas, la búsqueda de armonía y el placer. Es considerado el benéfico menor; por lo tanto, según su posición en la carta, marcará tanto nuestro encanto personal como nuestra suerte. Fuertemente vincular, habla de lo que privilegiamos en las relaciones, lo que valoramos en nosotras y en los demás y lo que ponemos al servicio de ello.

Venus rige dos signos: Tauro y Libra, y se exalta en Piscis. Es en Aries, Escorpio y Virgo donde menos afinidad encuentra. Cuando lo contrastemos con Marte, vamos a ver por qué.

El don del guerrero. En comparación con Venus, que complementa la energía tradicionalmente considerada femenina dada por la Luna (hoy podríamos llamarla, de manera menos binaria, energía yin), Marte es yang: se lanza a la acción, es proactivo, independiente y marca, también, cómo son nuestras iniciativas. Si Venus es la sensualidad y la celebración de los sentidos, Marte es el impulso sexual y la energía de excitación. Tiene gran parte en cómo discutimos (junto a Mercurio), cómo luchamos por lo que queremos y cómo actuamos en general.

Donde más cómodo está es en Aries, Escorpio y Capricornio. En Cáncer, Tauro y Libra la energía con la que se encuentra es mucho más receptiva y conciliadora, por lo que se dice que está en caída y exilio, respectivamente.

Júpiter y Saturno no son ya planetas personales, sino sociales. Sin embargo, podemos pensarlos como indicadores de nuestros lugares de aprendizaje: a través de la expansión y la abundancia (Júpiter) y de la tenacidad y el estoicismo (Saturno). Los dos se complementan, porque necesitamos ampliar nuestros horizontes tanto como tener disciplina y saber delimitar las cuestiones para poder enfocarnos en ellas.

Júpiter está cómodo en Sagitario, Piscis y Cáncer, e incómodo en sus opuestos complementarios: Géminis, Virgo y Capricornio, mientras que Saturno se siente en su salsa en Capricornio, Acuario y Libra y fuera de su elemento en Cáncer, Leo y Aries.

Urano, Neptuno y Plutón son los de más lento tránsito, por lo que su influencia se diluye y marca principalmente las características de una generación. Sin embargo, es importante estar atentos a los contactos que hacen con planetas personales y con el comienzo de nuestras casas, así como su posición en las mismas, porque pueden influir desde allí.

Esencialmente, es un dato más. No hace a lo armónico o inarmónico de su expresión. Cualquier posición planetaria puede manifestarse de acuerdo a lo más alto o a lo más bajo de lo que esa energía representa de acuerdo a lo que elijamos expresar y no al signo en el que se encuentra.

Ya conversamos sobre su Sol en Géminis y su Luna en Acuario (¡cuánto aire!). 

Su Mercurio estaba también en Géminis, junto al Sol, y se dice que era una gran lectora, escribía poesía y llevaba un diario íntimo cuyo paradero se perdió con su muerte. Esa avidez de conocimiento y de actividad intelectual caracteriza al curioso signo de los gemelos.

En su Venus en Aries encontramos un clarísimo ejemplo de cómo el hecho de que este planeta no se encontrara en una energía afín no significa que su encanto personal, su belleza y su seducción se vieran opacados. La energía que emanaba era fuerte, independiente, activa, en buena relación con otros factores de su carta, y complementaba bien a su Ascendente en Leo (que, como Aries, también es de fuego). Quizás, en su caso, tenerla en Libra hubiera significado mucho énfasis en el elemento de aire, y tenerla en Tauro hubiera enfatizado la tierra, restándole a su cualidad etérea.

Y hablando de su cualidad etérea… Marte en Piscis es uno de los responsables de ella, porque le imprime la sutileza y la sensibilidad elevada a sus acciones y a su manera de comportarse. Le otorgaba ese aire algo ausente, algo distraído, algo casual e inalcanzable, ideal para una estrella de cine.

Carta en mano, podés buscar tus planetas personales y pensarlos en base a la energía del signo y la casa donde se encuentran. Esta guía va tomando cada vez más sentido… y así, capa tras capa de significado, es como se aborda el análisis de una carta.