Qué significa que Venus llegue a Acuario: la energía que trae a cada uno de los signos

El 16 de febrero, Venus signo de Capricornio y comienza su paso por Acuario, que durará hasta el 11 de marzo. Durante esta etapa, una energía dinámica y algo rebelde tiñe la manera en que nos vinculamos y vivimos el placer. Es el momento de salir de la seriedad capricorniana y conectarnos con nuestro alrededor desde la curiosidad y el ansia de novedades. 

Los riesgos de una manifestación inarmónica de Venus en Acuario tienen que ver con la desconexión y la frialdad, clásicos de manual de los que se habla siempre que se mencionan los inconvenientes que tiene este signo para relacionarse. 

Recordemos: Venus quiere placidez y disfrute; Acuario busca la novedad sin engancharse demasiado. De esa incompatibilidad de estilos pueden surgir complicaciones.

La manera armónica de vivir este tránsito es a través del espíritu de búsqueda, cuestionamientos y nuevas formas. Acuario nos recuerda que no todo tiene que ser rígido y que, si hay algo de lo que aprendimos respecto de nuestra manera de vivir los vínculos que no nos convenc e, está en nosotros cambiarlo (siempre que sea explícito… y acordado entre todas las personas involucradas, claro está). 

También nos marca que el amor no es solamente el de pareja, sino que somos sujetos de algo más grande, un espíritu comunitario que nos abraza y nos necesita. Grupos, amigos, colectivos y todo tipo de congregaciones nos ayudan a no perder de vista la verdad más profunda de Acuario: no le teme a la soledad porque nunca está solo.

 

Esta energía les resulta más natural a los signos de aire: el propio Géminis, Acuario y Libra, como también a los que están en sextil: Aries y Sagitario. Estas energías disfrutarán de un período de confort, a tono con su manera habitual de sentir y expresarse. Quienes se sienten menos a gusto con el estilo acuariano son los otros signos fijos: Tauro, Leo y Escorpio, a quienes la volatilidad de este signo les choca. 

El desafío tiene que ver con dos cuestiones: primero, habilitarnos a conectarnos con nuestro mundo afectivo desde un lugar que no acostumbramos (y que puede hacernos sentir inseguras y expuestas), para en un segundo momento poner al servicio de nuestros vínculos (y de nuestra relación con nosotras mismas) aquello de nosotras que aflore de esta interesante exploración. Capricornio, Cáncer, Piscis y Virgo sentirán la impronta acuariana en el ambiente, pero con un impacto menor en sus vidas.

Cuando Venus ingresa en Acuario, la reciben en la puerta dos pesos pesados: Plutón y el recién llegado Marte. Sí, los dos son regentes de Escorpio, esa energía intensa que Acuario considera demasiado posesiva.  La función de Venus va a ser suavizar la impronta explosiva de estos días, y la de Plutón y Marte dinamizar al planeta del amor y el placer, llevándolo de viaje a una aventura. Algo así como la canción: take a walk on the dark side.

Para no quedarse enganchada en esa invitación, Venus va a concentrarse en los detalles y a olvidarse, por ahora, del panorama grande. Ya va a haber tiempo de integrar esa energía. Este paseo nos pide un paso a paso, un día a día. Buscar la salida liberadora que nos ayude a lidiar con los dolores que ya es momento de dejar ir: para esto va a haber una buena ocasión a comienzos de marzo, pero esto no significa que el proceso de alivio no comience antes.

Porque en astrología no hablamos de cosas que se resuelven en un día, sino de un encadenamiento de energías que se suceden y se apoyan. Y, junto con este camino a una vida emocional más sana, llega un nuevo norte, un nuevo desafío de evolución.

 

Poner en práctica lo aprendido y dejar lo que ya estaba suelto. Si tenemos conciencia, no será un final abrupto, pero podría ocurrir que lo fuera si estamos aferradas a un equipaje que pesa. Venus entra en el océano pisciano, donde se exalta, el 11 de marzo: hagamos que su viaje a destino la vuelva más ligera y liviana, sin olvidarnos de que el recorrido sea divertido y estimulante, tal como Acuario requiere.