Quirón: el significado en la carta natal, casa por casa

Quirón es un planetoide descubierto en la década del 70. Este cuerpo celeste fue bautizado con el mitológico nombre en referencia a su doble naturaleza planetoide/cometa, similar a la del famoso centauro griego: mitad hombre, mitad caballo.

Quirón en la mitología griega era un centauro. Nacido inmortal y rechazado por sus padres, vivía en una caverna. Adoptado por Apolo y habiendo alcanzado la sabiduría cuando la diosa Atenea apoyo la mano contra su frente, Quirón fue maestro y educador en arte, moral ,medicina, filosofía, astrología, de los más grandes héroes de Grecia, Aquiles, Hércules, Teseo, etc. 

Cuenta la historia que en una disputa Quirón resultó herido en una de sus patas, la herida era dolorosísima e incurable. Y que al querer curarse y dejar de sufrir, cada vez, se hacía más sabio y más maestro acerca de traumas y heridas, pero nada podía hacer con respecto a la suya.

A raíz de su mitología podemos atribuirle a este planetoide la función de conectar con el don de la sanación, que se activa cuando se toma contacto con la propia herida profunda. El intento de sanar luego se transforma en maestría para ser ofrecida a otros. Quirón fue un maestro, un mentor y un verdadero sabio, es por ello también tiene la función de guiar, enseñar, facilitar procesos, como una especie de mentor o coach interior que todos llevamos dentro.

Quirón significa "mano" y su forma se asocia a una llave que pareciera abrirnos la puerta a una dimensión espiritual, a la posibilidad de descubrir nuestro mayor tesoro y potencial en esta vida.

Bajandolo a la tierra de los mortales que somos Quirón representa las experiencias de mayor  dolor que hemos vivido y también las heridas que podemos causar a otros.

Tenemos una tendencia a evitar el dolor y la incomodidad, aunque si somos capaces de cruzar con la llave de Quirón ese umbral podremos conectarnos con nuestra alma y emprender un viaje espiritual y de sanación. Hacernos responsables, dejar de rechazar eso que nos molesta y dejar de proyectarle a otros nuestras fallas es clave para emprender este viaje.