Relaciones: qué te dice tu signo del zodiaco sobre tu conexión con los demás

Es el ejercicio de reunir dos o más cartas natales y cotejarlas. Resulta muy útil para entender las dinámicas que pueden darse entre las personas. Aquí no hablamos solamente de vínculos sexoafectivos; también podemos aplicarlo a relaciones familiares, amistades, ámbitos laborales, grupos y a toda interacción humana.

Para hacerlo, podemos comparar las diferentes cartas o bien combinarlas a través de técnicas para que den una “carta de la relación”. Por lo general, los astrólogos usamos los dos procedimientos, porque la comparación nos habilita a ver cómo cada parte vive el vínculo y de qué manera impacta en su vida, y las cartas compuestas son casi como tener una descripción de la “personalidad” de la relación. 

La manera en que nuestra carta se conecta con la/s otra/s explica afinidades y conflictos, familiaridad e incomodidad. La famosa “cuestión de piel” que hace que alguien nos caiga bien o mal casi instantáneamente.

 

Otra gran pregunta que nos hacemos cuando se trata de vínculos tiene que ver con el factor tiempo. A veces, la relación inicia muy rápido con una chispa instantánea pero el contacto se corta abruptamente, o el carácter de la relación cambia... o no entendemos por qué, pero ya no nos sentimos igual. 

Cuando revisamos los tránsitos de los planetas, podemos encontrar pistas para entender qué energías están operando. Es casi como un botón de encendido/ apagado. Hay momentos clave en los que algunos puntos sensibles se activan y sucede la magia, y momentos en que ya no están influenciados por el viaje de los planetas y quedan en stand by. 

Entender el momento en que una relación está de acuerdo a la energía disponible nos ayuda a sentir menos ansiedad y a transitar mejor, además de anticipar momentos propicios para el contacto o claves para la resolución de las crisis, si se quiere apuntar a ello.

 

Como todo en la vida, no hay absolutos entre dos personas. Al comparar cartas natales podemos notar que hay factores fuertes en común que marcan tendencias a la armonía y la fluidez y otros que señalan cuestiones ríspidas y tensiones. Claro que con alguna gente tenemos más de uno que de lo otro, y de allí que nos sintamos naturalmente a gusto o todo lo contrario. 

La idea al conocer las interacciones de los planetas de dos o más personas es que podamos discernir si una relación tiene más potencial de disfrute y de aprendizaje que de daño o si lo mejor es dejarla pasar. Y, en el caso de elegirla, saber cómo apuntar a sus fortalezas y nutrirnos de lo que tiene para enseñarnos.

Para las relaciones sexoafectivas, es interesante comparar el Sol (identidad o esencia), la Luna (emociones y necesidades inconscientes), Venus (amor y atracción) y Marte (impulso sexual). Podemos agregar a Mercurio (estilo de comunicación). ¿Hacen algún contacto con algún planeta del otro? ¿Coinciden o se oponen en signo o elemento? Recordá que cada elemento es compatible consigo mismo y con su opuesto complementario: aire con fuego y agua con tierra. 

Por ejemplo, podemos decir que un Sol en tierra va a ir bien con planetas de tierra y que puede entenderse con los de agua. Luego nos fijamos en la Luna y en el resto de los planetas; de esa manera, vamos a encontrar patrones y claves para llevarnos mejor y comprender las situaciones que se presenten. El próximo paso es estudiar los contactos que hacen entre sí.

Además, podemos considerar el signo y elemento de la casa IV (área de la carta que habla de la familia y la convivencia), la VII (parejas) y la XI (amigos). La relación entre socios se ve en la VII y entre empleados y jefes, en la dinámica entre la VI y la X.