3 ejercicios prácticos para explorar tu creatividad

¿Cómo hacemos para limpiar el barullo mental? La escritura es una gran aliada. Además, permite ir soltando y calentando la mano. En este ejercicio no buscamos contar una historia, sino ordenar la cabeza. Copiá cada una de las oraciones a continuación en una hoja distinta y completá el resto de la página con lo que te surja en el momento, sin pensar. Está prohibido releer lo escrito o levantar la lapicera: una vez que empieces, no pares hasta llegar al final de la página. Ahí cortás, aunque te haya quedado una oración por la mitad.

Te proponemos una consigna de improvisación para poner en acción uno de los instrumentos fundamentales de nuestro cuerpo: la voz. Se trata de decir la cruda verdad, a través de una canción inventada. La ducha o el auto son grandes escenarios para practicar este ejercicio. No hace falta componer un tema entero, sino improvisar con lo que hay. Es una muy buena práctica después de una discusión, para no quedarte con las emociones atragantadas. ¡Cuanto más lo hagas, más vas a ver las cosas que sentís o pensás y no expresás! Si querés, podés escribir la letra en un papel. Pero lo más importante es poner en movimiento las cuerdas vocales.    

Esta actividad tiene como objetivo conectarte con lo que más te gusta. A partir de recortes de revista (¡podés usar tus OHLALÁ! anteriores), vas a poder poner en práctica tu vínculo con todo aquello que resuena con vos.  

Vas a necesitar: una revista + una tijera + pegamento.