Equinoccio de primavera: 3 rituales ideales para renovar la energía y darle bienvenida a lo nuevo

Antes de seguir y detallarte algunos rituales ideales para celebrar la llegada de la primavera el próximo 21 de septiembre en nuestro hemisferio (el equinoccio es el 23 de septiembre), te contamos que, en muchas culturas paganas y espirituales, el equinoccio de primavera (en ambos hemisferios) se celebra como el Sabbat Ostara, que marca el momento en que la diosa de la fertilidad renace y la naturaleza comienza a despertar después del invierno.

Los rituales asociados con Ostara incluyen la siembra de semillas, la decoración de huevos y el encendido de velas.

1. Crear un altar: diseñá un altar en tu hogar o jardín con símbolos de la primavera, pueden ser flores, semillas y ramas frescas. Encendé velas y colocá cristales o piedras preciosas para atraer energía positiva. Si alguna imagen, aroma o elemento asociado a la renovación toca tu intuición, sumalo.

2. Realizar una ceremonia de siembra: plantá semillas en tu jardín o en una maceta para simbolizar el inicio de la temporada de crecimiento y renovación. Podés  hacer una ceremonia en la que dediques tiempo a sembrar las semillas y visualizar el crecimiento y la abundancia.

3. Hacer limpieza en el hogar: aprovechá la energía del equinoccio de primavera para hacer una limpieza profunda en tu hogar. Es un gran momento para liberarte de objetos que ya no necesitás y limpiar el espacio para dejar entrar la energía fresca y renovada de esta época del año.

El concepto de equinoccio proviene de los vocablos griegos euqus: igual, y nox: noche. 

Se relaciona con los dos momentos del año (este 23 de septiembre en el Hemisferio Sur, y el 23 de marzo en el Hemisferio norte) en que el sol se ubica sobre el plano ecuatorial de la tierra, alcanzando según el punto de vista de un observador ubicado en el ecuador terrestre, su punto máximo o cénit (a 90° con respecto al suelo). Son 12 horas de día y 12 horas de noche.

Además de utilizarse como punto de referencia en astronomía, los equinoccios tiene un simbolismo muy importante en la tradición religiosa o cosmológica, ya que marcaba el renacimiento de la vida luego del invierno (la primavera), dando la bienvenida a una época de celebración y ritos de fertilidad para iniciar la cosecha.