Temporada de Tauro: así impacta a cada uno de los signos del zodíaco

Después de la chispa ariana, necesitamos un cuerpo que sostenga y solvente ese primer impulso, porque si no su fuego se extingue y no queda nada. Tauro llegó con todo su talento de signo de tierra a poner las cualidades necesarias para cuidar y preservar la existencia de personas, proyectos y relaciones: la paciencia, la tenacidad, la perseverancia, el trabajo diario y el compromiso. Es tomarnos nuestro tiempo, sacar el pie del acelerador y procesar lo que queremos ver materializado.

Pero no solo eso: también, como signo hijo de Venus, Tauro nos habla del placer, del amor y de disfrutar de nuestras cualidades. El cuerpo, el dinero y los recursos están hechos para deleitarnos y ayudarnos a vivir mejor. Es por eso que es un signo extremadamente sensual y sensorial, que atrae más de lo que sale a buscar, y lo hace de manera irresistible.

Su energía mal integrada nos puede llevar a “empacarnos”... por algo su animal representativo es el toro. La tenacidad se puede convertir en terquedad y la búsqueda de seguridad, en cerrazón.  Si logramos el balance, podemos disfrutar de toda la belleza que tiene este signo para ofrecernos sin caer en su lado de sombra.

Como siempre decimos, más allá de la preponderancia de nuestra energía de Sol, Luna y Ascendente todos tenemos los doce signos en nuestro mandala zodiacal, así que no hay energías “negativas” o incompatibles con la nuestra. 

Sí es cierto que algunas nos resultan más familiares o simplemente nos atraen más.  Pero tengamos en cuenta que podemos tener planetas o comienzos poderosos de casas en esos signos con los que sentimos que no tenemos nada que ver. 

Dicho esto, hablemos de relaciones a modo general. La energía de Tauro es afín a las de tierra y agua.  Con Escorpio hace una dupla complementaria que a veces puede generar un entendimiento y, otras, ciertas fricciones. Uno, Tauro, quiere mantener y sostener situaciones y vínculos porque eso le da seguridad, y el otro, Escorpio, le recuerda que a veces lo mejor es dejar ir y transformar algo existente, pero que ya no tiene posibilidades, en otra cosa.

Es con Virgo, Capricornio, Piscis y Cáncer con quienes las relaciones de pareja, amistad, sociedades y trabajo creativo fluyen más naturalmente. También puede incluirse en esta lista a Libra, porque comparte con Tauro la regencia de Venus. Con los signos con los que menos se entiende es con Leo y Acuario, que coinciden en ser fijos pero hablan un código distinto. ¿Esto significa que no pueden relacionarse? Claro que no; solo es un desafío. Lo interesante es poder reconocer lo similar para construir un vínculo desde ahí, y respetar las diferencias. Tienen en común la importancia que le dan a la constancia y al sustento, pero cada uno lo hace desde la energía de su elemento… y el de Tauro es la tierra.

Aries, Sagitario y Géminis son las energías que menos puntos en común encuentran con la taurina. 

Si tenés a mano tu carta natal, podés sacarle más provecho a esta información buscando en qué casa se localiza Tauro: va a ser la que esté iluminada por el Sol durante este mes.

Podemos intentar una semblanza muy general de la persona con energía taurina, sabiendo que puede corresponder también a otros planetas o ángulos de la carta.

Estos son los principales rasgos de alguien con:

• Sol en Tauro: Su frase es Yo tengo. Disfruta de poseer porque esto le brinda seguridad y estabilidad, cosas muy necesarias para sentir que puede desarrollarse. El placer ocupa un lugar muy importante en su vida; también siente un llamado natural hacia lo estético y podemos encontrar muchos Soles en Tauro ligados a las artes. La paciencia, la lentitud y cierta terquedad son otras de sus características distintivas.

 

• Luna en Tauro: Su frase es Yo necesito tener. Las características que describimos en el caso del Sol le sirven para expresar emociones, son su lugar seguro. Puede reaccionar con miedo o ansiedad a los cambios, especialmente si son abruptos, así como a las pérdidas, incluso cuando son pequeñas o poco significativas. Se satisface a través del placer físico y de la sensación de tener una vida ordenada e inquebrantable. Es el lugar del zodíaco en que la Luna se exalta porque, en su cualidad de estar siempre cambiando de fases, se nutre de la estabilidad que Tauro le ofrece.

 

• Ascendente en Tauro: Su frase es Yo debo aprender a tener. Es probable que le cueste integrar esta energía y se debata en una personalidad desdeñosa o desapegada de lo material o que no sepa manejar bien su vida afectiva, hasta que en determinado momento de la vida logre identificarse por fin con su propio deseo y su capacidad de generar solidez y continuidad.

Esta estabilidad y calma de la que hablamos no va a llegar inmediatamente después del ingreso del Sol a Tauro. De hecho, este año es un poco atípico, porque parte de la temporada taurina coincide con la conjunción entre Urano y Júpiter, que es de naturaleza muy desestabilizante.

Es probable que sintamos que esta temporada de Tauro no es TAN Tauro… y que estemos en lo correcto.

Por su parte, cuando el Sol llega a este signo lo espera Plutón en el comienzo de Acuario para hacerle sentir su tensión. Es como un duelo de titanes, en el que el Astro Rey se mide con el planeta poderoso y transformador, capaz de dar vuelta muchas situaciones.

Son días en los que deberemos aprender a bailar bajo la lluvia, porque nada saldrá exactamente como lo planificamos o esperamos y muchos cambios de raíz pueden sorprendernos.

Lo que es seguro es que aquello que cambie ya está caduco y necesita ese refresh. Barajar y dar de nuevo.

El pináculo de esta experiencia lo trae la Luna Llena en Escorpio el día 23: momento ideal para despedidas y nuevos planteos.

Ya en mayo, terminando la primera semana del mes, hay ocasión de presentar las nuevas reglas del juego y ocupar un lugar de autoridad y madurez. Muchas cosas habrán decantado para entonces y con ese trabajo hecho se nos facilitará poner las fichas sobre el tablero de manera estratégica.

En la segunda y la tercera semana habrá lugar para la imaginación, la inventiva, la creatividad y un toque de rebeldía. Va a ser un momento extrovertido y divertido.

Si querés ver crecer un proyecto, con una base firme y continuidad en el tiempo, esperá a los días que rodean al 18 de mayo.

El Sol se despide de la temporada de Tauro al día siguiente, el 19, en sextil a Neptuno, para recordarnos la importancia de nuestros sueños, nuestra sensibilidad y nuestra capacidad de empatizar. Su próxima parada será Géminis, el primer signo que habla de la comunicación.

¡Felices y venusinos días!