Neurociencias: cómo entrenar el cerebro para lograr una transformación que nos vuelva más productivos
El cambio viene acompañado de fuertes emociones, muchas de ellas, poco facilitadoras de nuestro bienestar: miedo, ansiedad, frustración. Pero estamos interpelados a repensarnos y dar un paso hacia la transformación. ¿Cómo hacerlo de la mejor manera?
18 de octubre de 2023
Neurociencias: cómo entrenar el cerebro para lograr una transformación - Créditos: Getty
Nacimos para cambiar, el cambio en nuestra vida es una constante. Cambia nuestro cuerpo, cambia nuestro cerebro y cambia nuestra mente. Estamos programados neurológicamente para evitar lo inesperado y preferimos ir por el camino de la seguridad que por el camino de lo desconocido. Sentimos que vivir con incertidumbre nos debilita ya que al cerebro no le gusta percibir esta sensación y prefiere quedarse con lo conocido. Generalmente, el cambio viene acompañado de fuertes emociones, muchas de ellas, poco facilitadoras de nuestro bienestar (miedo, ansiedad, frustración, desánimo) ya que el cerebro se siente amenazado.
En estos tiempos en los que estamos interpelados a repensarnos hay que dar un paso más hacia la transformación siendo protagonistas de nuestras elecciones y decisiones.
Siempre me pregunto, ¿por qué hay personas que invierten energía para no cambiar? Por el contrario, cuando nos enfocamos en la posibilidad eso nos ayuda a hacer más liviano el camino del cambio.
Ya lo decía en el siglo pasado Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Medicina: “Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro. ¿Qué significa proponerse algo? Es estar comprometido con nuestro aprendizaje, crecimiento, transformación y evolución constante”.
Al igual que hay gimnasios para nuestro cuerpo, tenemos que poner en forma el músculo y entrenar físicamente a nuestro cerebro. Ejercitar diariamente nuestra mente desafiándonos todos los días a hacer algo nuevo. El aprendizaje es el mejor antídoto contra el miedo y las resistencias.
Neurociencia del cambio
La doctora Rosa Casafont, médica, escritora y profesora de Neurociencias y Neuroeducación en la Universidad de Barcelona, explica: “Cuando hablamos de cambio nos referimos a una transformación más holística. Estamos planteando también un cambio mental, un cambio dirigido a tomar mejor las decisiones, un cambio en nuestra forma de pensar o sentir y comportarnos, en definitiva, un cambio dirigido de nuestro proceso de vida”.
Frente a todo cambio dirigido tenemos que tener en cuenta estas cuatro premisas:
Saber por qué y para qué realizar el cambio
Creer que podemos hacerlo
Saber desde dónde partimos en el proceso de transformación
Saber cómo hacerlo
La importancia de impulsar los cambios
Casafont dice: “Toda vivencia tiene tres componentes: pensar, sentir y actuar. Podés experimentar esos componentes tanto de forma consciente como preconsciente. En este último caso funcionas en “piloto automático”. Dependiendo de si esos componentes de la vivencia tienen valencia negativa o positiva, te entrenás de forma coherente a ella. Si generás pensamientos positivos, te sentís bien y actuás saludablemente, automatizarás hábitos saludables; si en cambio solés tener tendencia a sentirte desmotivado, de mal humor y generar pensamientos negativos y comportamientos de esa misma valencia, en coherencia creas hábitos en ese sentido”.
De este modo, el sistema inmunitario escucha y reacciona en coherencia a esos diálogos. Por lo tanto, los hábitos de valencia positiva van acompañados y predisponen a un mejor estado de salud.
“Nuestro cerebro tiene capacidad de cambio con cada experiencia y por eso se ponen en movimiento pensamientos, sentimientos y comportamientos que reforzaremos si los atendemos conscientemente o no y perderán importancia si dejamos de prestarles atención”, explica la doctora y adhiere: “Por lo tanto la herramienta por excelencia para llevar a cabo nuestro entrenamiento es la atención. Imprimimos energía donde la centramos, e imprimir energía, consolida la efectividad de los circuitos responsables de esa función, tanto si estoy entrenando habilidad de un músculo, como si estoy entrenando la habilidad de generar pensamientos saludables”, detalla.
Consejos para un cambio holístico saludable
Primer factor: un sueño reparador y regular (dormir entre 7 y 8 horas cada noche). El sueño potencia nuestro sistema inmunitario y consolida la memoria de lo aprendido.
Segundo factor: la alimentación debería ser rica en polifenoles folatos vit B12 y Omega3. Evitar grasas saturadas, procesados, aceite de palma y azúcar.
Tercer factor: fomentar las relaciones gratificantes. Somos sociales más que individuales, aprendemos por imitación, empatía y atención compartida desde nuestra llegada al mundo.
Cuarto factor: realizar ejercicio habitual y preferiblemente matutino. Combinar aeróbico y anaeróbico (de fuerza). Esto modifica saludablemente moléculas, células, funciones y capacidades como una mejor resiliencia, resistencia al estrés, disminuye el riesgo de trastornos alimentarios y trastornos del estado de ánimo.
Quinto factor: llevar una vida con propósito, dar sentido a nuestra existencia con una proyección de ayuda y construcción social.
Un consejo adicional que sumamos a la gimnasia del cambio es que cada vez que se ponga en práctica el cambio hay que recompensarse, sin importar el resultado. Así, el cerebro relaciona lo nuevo, en este caso el intento de cambio, con algo agradable, facilitado el proceso en el futuro.
Texto de Gaby Hostnik. especialista en Inteligencia Emocional-Coach Laboral.
Experta consultada: Rosa Casafont. Dra en Neurociencias, escritora y profesora de la Universidad de Barcelona
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