Violencia de género: las dificultades para denunciarla - Créditos: Getty
La violencia simbólica en el ámbito laboral es un tema a considerar porque hace a la salud y al bienestar de las y los trabajadores. Y los datos que se revelaron preocupan: según la encuesta Violencia simbólica en el mundo laboral, el 87% de las personas que participaron vive o vivió alguna situación de violencia simbólica en su trabajo. Al ahondar en el tipo de situaciones que experimentaron, 9 de cada 10 dijeron haber recibido comentarios inapropiados o agraviantes sobre su apariencia física y/o su cuerpo.
Violencia simbólica en el mundo laboral es un estudio del portal de empleos Bumeran y la organización especializada en género Grow- género y trabajo en el que participaron 1062 personas, de las cuales 763 son de Argentina.
¿Qué es la violencia simbólica? Georgina Sticco, co-fundadora de Grow- género y trabajo, define: “La violencia simbólica es la que, a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de una persona sobre otra, principalmente de las mujeres y de otros grupos vulnerables en la sociedad”.
El 87% de los/as argentinos/as que participaron en la encuesta expresaron vivir o haber vivido situaciones de violencia simbólica en el ámbito laboral, dos puntos porcentuales por encima de la media de la región, que se ubica en un 85%. De esta forma, Argentina es el país donde más se vivencia esta problemática.
Si se tiene en cuenta a las personas que no sólo experimentaron en primera persona la violencia simbólica, sino que también escucharon situaciones asociadas, como comentarios o bromas inapropiados, el porcentaje incrementa al 97%, tanto en Argentina como en la región.
Carolina Molinaro, Head of Marketing de Jobint. profundiza: “Los datos arrojados por esta encuesta permiten observar que la violencia simbólica tiene una marcada presencia en el mundo laboral. Y, lo que es aún más llamativo, está tan naturalizada que la mayoría de las personas encuestadas no es consciente de estar experimentándola”. Y se apoya en cifras: “El 63% de las personas encuestadas no consideraba violencia a las situaciones que se describen en el cuestionario antes de que se las enumerara”.
Respecto a las situaciones experimentadas, se destacan los comentarios inapropiados o agravantes sobre la apariencia física y/o cuerpo con un 95%. Es decir, 9 de cada 10 argentinos/as recibió este tipo de comentario. La cifra es similar en el resto de la región.
“La apariencia física es un gran factor al momento de recibir comentarios discriminatorios y violencia simbólica. Si lo pensamos desde un enfoque de género, es posible que esto afecte en mayor medida a las mujeres, dado que el imperativo de belleza y buena apariencia recae principalmente sobre ellas”, sostiene Sticco.
Además, el 86% de las personas encuestadas argentinas, 8 de cada 10, fue sujeto de bromas o comentarios inadecuados asociados a tener o no tener pareja o relaciones sexuales.
Otra práctica que vivenciaron gran parte de las personas participantes, 8 de cada 10, fue que se les asignen tareas o roles que están fuera de las responsabilidades de su puesto laboral en función de su género. Por ejemplo, servir café, tomar notas, colgar el abrigo de su jefe/a, decorar espacios o realizar tareas de fuerza.
“Se observa que se asignan responsabilidades en función del género de las personas, sosteniendo todavía estereotipos y roles sobre lo que se espera que haga una mujer o un varón. Estas prácticas, muy naturalizadas, violentan la identidad individual de cada trabajador/a”, agrega Sticco.
La violencia social, en términos generales, está mucho más naturalizada de lo que creemos y este estudio muestra que los espacios laborales son un reflejo de esto. “Es fundamental que todos los líderes de las compañías nos comprometamos a trabajar en la deconstrucción continua y a alejarnos de las prácticas que puedan llegar a dar lugar a algún tipo de violencia”, propone Molinaro. “Contar con el apoyo del área de Recursos Humanos es fundamental para poder sentir el acompañamiento y contar con las herramientas y capacitaciones necesarias para poder abordar este proceso”.