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Estefanía Coluccio Leskow llegó a conducir el Planetario: cómo se abrió camino en la Astronomía

Un viaje a través de la vida de Estefanía Coluccio Leskow, doctora en Física, una científica apasionada por enseñar los secretos del universo.


Estefanía Coluccio Leskow

Estefanía Coluccio Leskow - Créditos: Álbum personal



Estefania tiene 13 años y mira el firmamento. Le gustaría saber qué pasa en esas estrellas, cómo se verán de cerca, qué sucede ahí. Estefanía crece y quiere saber más, lee y descubre que la Física explica qué sucede allí, en esos lejanos puntos brillantes y nocturnos. Así Estefanía decide estudiar, en la UBA, la carrera de Física. “Bueno, por eso y porque me resultaba tortuoso hacer el viaje en tren a La Plata todos los días para ser astrónoma”, cuenta con una sonrisa la doctora en Física Estefanía Coluccio Leskow, gerenta operativa del planetario Galileo Galilei, especializada en partículas elementales y apasionada por compartir el maravilloso funcionamiento del universo.

Aunque parezca opuesto, las partículas más minúsculas del universo explican el funcionamiento de los astros más descomunales. Estefanía entendió pronto esta conexión y así eligió el camino para llegar a las estrellas que la fascinaban de niña.

 

Pero en el trayecto recorrió medio planeta, buscó las diminutas grietas donde no funciona Física conocida, aprendió mucho y enseñó mucho. Tuvo que tomar sus propias decisiones en un terreno inexplorado, en una época sin redes sociales en las que encontrar experiencias similares; acertó y se equivocó varias veces, hasta llegar a destino.

 

Hoy comparte su pasión para que niñas como ella, y chicos de todo el país, encuentren en el planetario una hoguera donde alimentar la llama del descubrimiento, no necesariamente para que sean astrónomos, sí para que enciendan y agiganten su pasión por saber.

Estefanía con diez años, dos colitas y empezando a mirar el universo

Estefanía con diez años, dos colitas y empezando a mirar el universo - Créditos: Álbum personal

Mientras su mamá enseñaba en la secundaria Matemáticas, Física y Química, su hermano estudiaba Biología y, su hermana, Veterinaria, Estefanía sentía el llamado de la sangre hacia las ciencias naturales. Al ingresar a la facultad de Física, recuerda que tuvo un temor: “Pensé que el ambiente iba a ser bastante aburrido… ¡cómo me equivoqué, había unas fiestas bárbaras!”. Pero además de encontrar que no se iba a aburrir con sus compañeros, descubrió en profundidad lo que buscaba: “Entender cómo funciona la naturaleza”.

Ya en la carrera Estefanía aprendía y enseñaba, daba muchas clases particulares y disfrutaba al ver cómo otros también comprendían ese funcionamiento elemental de la realidad. Fue ayudante de la misma carrera que estaba estudiando y acompañó a alumnos más chicos.

Mientras tanto, su camino de descubrimiento iba hacia un terreno que buscaba encontrar nuevos mecanismos para explicar fenómenos que no comprendemos. A nivel subatómico, hace casi un siglo que existe algo llamado, el modelo estándar de partículas, que predice con un nivel extraordinariamente elevado de precisión cómo funciona la física. Pero en algunos detalles, falla.

Estefanía en Trujillo, Perú, explicando algo que requiere el uso de ambas manos

Estefanía en Trujillo, Perú, explicando algo que requiere el uso de ambas manos - Créditos: Álbum personal

La búsqueda de Estefanía fue mirar a través de esas pequeñas fallas, para intentar encontrar una nueva forma de explicar, aún más y mejor todo. Se doctoró con una tesis sobre unos elementos impresionantemente pequeños y un nombre muy fashion que, son los quarks top. Ese trabajo le permitió realizar varias publicaciones científicas y viajar por muchos países. Y entonces encontró algo más que nueva Física: “Ahí descubrí algo que me fascinaba: me encantaba contar lo que había aprendido”.

Estefanía agrega: “La presión de estar en frente de la gente… disfrutaba eso más que todo el resto del proceso. Que me gustaba, pero a veces me resultaba muy tedioso”. Incluso más allá de su microcosmos. “También empecé a ver que dentro de nuestro mundo [científico] llegás a las 50 personas que están haciendo más o menos lo mismo, que está bien, el progreso científico es así, todos ponemos nuestro pequeñísimo grano de arena y se termina construyendo…. pero bueno, a mí no me llegaba a satisfacer eso del todo. Me daba cuenta que me encantaba enseñar y además quería que todo el mundo sintiera la emoción que yo sentía por todo eso. ¡Y no hay nada más contagioso que el entusiasmo!”.

Estefanía en el Centro Internacional de Física Teórica de Trieste, Italia

Estefanía en el Centro Internacional de Física Teórica de Trieste, Italia - Créditos: Álbum personal

Pero aún faltaba un poco más para terminar de torcer el destino. Aún habiendo descubierto la pasión por la divulgación, continúa en el camino de la investigación y gana una beca posdoctoral en Nápoles, Italia. Era por dos años, pero al final estuvo solo uno.

La cortó y se fue a Estados Unidos y se puso a dar clases allá en la universidad. “Ahí tenía más tiempo, corté con la investigación y empecé a replantearme hacia adónde ir”. Era el año 2018 y se inscribe en un curso intensivo de periodismo científico. “Me gusta divulgar, me gusta escribir, entendí que podía ir por ahí”. Ya solo faltaba el último paso para llegar al final de la historia, un cambio de escenario, y volvió a la Argentina.

Estefanía realizando el posdoctorado en Italia

Estefanía realizando el posdoctorado en Italia - Créditos: Álbum personal

Acá trabajó en las universidades de Buenos Aires, San Andrés, Luján… y llegó la pandemia. “Ahí empiezo con los chicos a hacer estos talleres virtuales de Física, Cosmología, Astronomía”. De 7 a 15 años (los alumnos, no el curso…), virtual, con participantes de todo el país. “Fue hermoso, incluso tenía algunos chicos argentinos viviendo afuera”. Y al salir de la pandemia el planetario Galileo Galilei necesitaba un nuevo gerente operativo. ¿Adivinan?

“Para mí era como un sueño, acá era el Disneyland de la divulgación”, lo define Estefanía. En julio se va a cumplir un año de su designación: “Mis objetivos son que el Planetario sea un referente nacional e internacional de la divulgación de la astronomía, ampliar la oferta, agregar cursos, agregar actividades, por ejemplo sumar más Cosmología o Física, y conectar al planetario con otros centros en el país y el mundo”. Además de esos pilares, Estefanía sumó algo más, muy propio.

Dando clases en la Universidad de San Andrés

Dando clases en la Universidad de San Andrés - Créditos: Álbum personal

Armó y dicta personalmente, un curso para chicos de 7 a 11 años, donde en cuatro sábados, descubren desde la Física hasta el universo, pasando por la materia oscura, todas las formas de la luz y el nacimiento del sistema solar. Casi cien chicos se asombran bajo el domo del Planetario, no solo con las proyecciones que desbordan sus ojos, sino también con la pasión que Estefanía les cuenta lo que ella aprendió.

Esa misma emoción que tenía hace tres décadas, siendo una niña que miraba el firmamento, la vuelca sobre esos chicos que se apresuran por hacer preguntas y contar lo que descubrieron. Entre ellos habrá una chica, que ahora esté descubriendo su pasión por entender el universo. Quizás ella también, dentro de 30 años, comparta su asombro con niños que hoy aún no nacieron, y así el universo siga en movimiento. Con una energía que va más allá del modelo estándar de partículas, incluso más allá de los grandes astros que explica, la pasión humana por comprender qué hace que el universo siga en movimiento.

Estefanía a punto de dictar el taller para chicos

Estefanía a punto de dictar el taller para chicos - Créditos: Álbum personal

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