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Escapadas románticas. 4 opciones un mini viaje en pareja


Créditos: Sofía Stavrou.



MENDOZA

¿Hay mejor plan en pareja que un roadtrip mendocino descubriendo algunas de las bodegas más cautivantes de los Andes? Entre las famosas zonas de viñedos de Luján de Cuyo y Valle de Uco, te proponemos una ruta del vino de fin de semana con paradas gastronómicas obligatorias, varias copas de vino y pausas en el camino para enamorarte de los paisajes de la cordillera.

¿QUÉ HACER?

  • Piatelli: una de las bodegas más lindas y cálidas por su arquitectura y su ubicación privilegiada en el barrio de Agrelo, rodeada de un lago natural. La bodega está ubicada al pie de la cordillera de los Andes: así, sus viñedos reciben agua pura de deshielo y el sabor de sus vinos es mucho más fresco e intenso. Podés reservar un tour privado con degustación incluida. El favorito es el Rosé of Malbec, un vino rosado a base de rosas, jazmín y cerezas. www.piatellivineyards.com
  • Salentein: en el corazón de Tunuyán está la famosa bodega Salentein y tanto sus viñedos como su arquitectura son imponentes. Podés anotarte en el tour grupal o reservar con anticipación uno privado. Ambos incluyen degustaciones y recorridos por los viñedos, la bodega, las galerías de arte y la capilla. También hay una posada exclusiva en la que podés hospedarte y podés reservar un almuerzo y probar sus platos al horno de barro. www.bodegasaleintein.com

Créditos: Archivo Revista Lugares.

  • Luigi Bosca: esta bodega familiar es un clásico de Mendoza y es de las pocas que todavía quedan en mano de sus fundadores, en este caso, la cuarta generación de la familia Arizu. Son más de 700 hectáreas productivas que se dividen entre siete fincas, pero el punto de visita y de encuentro para el público es su bodega, a 25 km de la ciudad de Mendoza. En su visita guiada, ofrecen una experiencia para los que quieran vivir el proceso del vino desde adentro, conociendo los secretos de su elaboración y la historia familiar que hay detrás. Las visitas son con reserva. www.luigibosca.com.ar
  • Ruca Malen: en esta bodega tenés la posibilidad de ir más allá de la degustación de vinos y vivir una experiencia gourmet completa: junto con la visita guiada podés sumar un pícnic, un almuerzo formal de seis pasos o tapas en el jardín. La comida es exquisita y el aceite de oliva, de elaboración propia, es una buena inversión para llevar de vuelta a casa. www.bodegarucamalen.com

Créditos: Archivo Revista Lugares.

UNA PERLITA. Una parada obligatoria del roadtrip es Rincón Atamisque, un restaurante de Tupungato que fusiona sabores gourmet con toques criollos que hacen de sus platos una experiencia sensorial. www.atamisque.com
DÓNDE DORMIR. Un lugar estratégico como punto de partida es la zona residencial de Chacras de Coria. El hotel boutique Lares de Chacras te va a hacer sentir como en tu casa (¡o mejor!). Tiene una cava propia y también pileta y jacuzzi en el jardín común. www.laresdechacras.com

RIO DE JANEIRO

Créditos: Sofía Stavrou.

Los atardeceres de Ipanema, la sal en la piel caliente, la samba y las noches de estrellas y caipiriñas de esta ciudad icónica son un combo megatentador para una escapada romántica y playera.

¿QUÉ HACER?

  • Barra de Tijuca: para alejarte de la gente y disfrutar de más espacio en la arena, andate hasta las playas de Barra de Tijuca. Vas a encontrar diferentes opciones playeras, desde clases de surf y chiringuitos para comer algo hasta regiones más rústicas y menos concurridas a medida que te acercás al extremo oeste.
  • Parque Lage: en estos jardines hay exposiciones de arte y mucha vegetación selvática para sentarte, observar, respirar profundo y encontrarte con algún tucán curioso o un mono vecino. La entrada es gratis y es clave ir antes de las 9 de la mañana.
  • Pedra do Sal: no podés perderte este clásico carioca que cada vez convoca a más viajeros de todo el mundo. A partir de las 19:30, los lunes y viernes hay samba en vivo, puestos de cervezas y bocados y se arma bailongo. Atenti: se suspende si llueve.
UNA PERLITA. No podés irte de Río sin subir al Corcovado para conocer su icónico Cristo Redentor de más de 700 metros o elegir verlo a la distancia desde la cima del Pan de Azúcar. www.ticket.corcovado.com.ar
DÓNDE DORMIR. El hotel Windsor Marapendi está ubicado frente a la playa en Barra de Tijuca, tiene habitaciones con vista al mar y el desayuno es una cosa de locos. www.windsorhotels.com

TANDIL

Créditos: Sofía Stavrou.

Las sierras de Tandil son un gran plan para hacer una pausa en la rutina y respirar otro aire. En esta ciudad a 370 kilómetros de Buenos Aires se vive más despacio y el aire es más fresco y puro.

¿QUÉ HACER?

  • Camino de los Pioneros: una caminata de casi 4 kilómetros desde la ciudad hasta la base del cerro Mate. En la cima, además de las vistas imponentes, vas a encontrar el monumento a los pioneros de la ciudad, los picapedreros.
  • Almuerzo en el cerro Centinela: uno de los puntos más visitados de Tandil, cuenta con un restaurante familiar que en verano es la excusa perfecta para una picada artesanal en una de sus mesas debajo de los árboles con vista a las sierras.
  • Atardecer en El Refugio: en el corazón de las sierras, podés sentarte en una de sus mesas de pícnic y esperar el atardecer mientras tomás unas cervezas artesanales. Cuando se hace de noche, se prenden las guirnaldas de luces que le dan ese toque cálido al ambiente y te invitan a quedarte un rato más.
UNA PERLITA. No dejes de subir de noche al Castillo Morisco, en el punto más alto del Parque Independencia, para ver la ciudad en 360° desde la altura cuando todo está iluminado.
DÓNDE DORMIR. Hostería de la Cascada: si querés dormir entre la naturaleza, es el lugar ideal para un descanso serrano y lindero a la reserva natural de la cascada de Tandil. www.hosteriadelacascada.com.ar

CARMELO

Créditos: Sofía Stavrou.

Cruzando el charco, a solo 75 kilómetros de la ciudad de Colonia, podés vivir una experiencia de conexión con tu amor y con la naturaleza en una ciudad con sabor a pueblo que muchos extranjeros bautizaron como "la Toscana Uruguaya". Carmelo es ideal para ponerte en sintonía con esas cosas simples que hacen bien al alma. Acá ya no se escuchan las bocinas ni hacen falta los semáforos: los caminos se andan en bicicleta y la costa se recorre a caballo o caminando. Poné tu celu en modo avión y entregate al murmullo del Río de la Plata, que funciona como un calmante natural, sobre todo al momento de la hora (¡sagrada!) de la siesta.

¿QUÉ HACER?

  • Playa Sere: esta playa de agua dulce y mansa es el refugio perfecto para sacarte las zapas y relajarte en una lona a la sombra de alguno de sus árboles que se disponen sobre la arena. Cuando hayas descansado lo suficiente, podés animarte a un chapuzón o caminar hasta la escollera. Además, los locales coinciden con que es el mejor lugar para ver los atardeceres más románticos de Carmelo. Acordate de llevar tu mate y no te vayas sin probar las famosas tortas fritas que venden en los puestos playeros.
  • Bodega y finca Narbona: esta joya familiar es un complejo con una posada exclusiva de cinco habitaciones, un restaurante, una cava, un almacén propio, un tambo y una panadería. Vas a poder hacer un tour guiado a la bodega y degustar los vinos de uva tannat de sus viñedos, almorzar o tentarte con un rico té en su patio colonial o reservar una mesa para una comida romántica en el restaurante de la casa. Además, podés comprar sus productos regionales, como dulces de frutas, quesos, aceite de oliva, yogur y el dulce de leche en frasco de vidrio que es glo-rio-so. www.narbona.com.uy
  • Campotinto: la familia Viganó, oriunda de La Toscana, desembarcó en Carmelo con la idea de crear un lugar donde las personas pudieran vivir experiencias y anécdotas para atesorar como "los mejores momentos vividos". Entre sus viñedos y lomas verdes vas a poder elegir tu plan preferido y anotarte para una cata de vinos alrededor de un fogón debajo de las estrellas, una bicicleteada con pícnic en las viñas o el tour a su propia bodega, entre otros. www.posadacampotinto.com

Créditos: Sofía Stavrou.

UNA PERLITA. La capilla San Roque es un punto histórico y un monumento a la fe en la ciudad de Carmelo: fue construida en 1869, cuando un brote de fiebre amarilla amenazó la tranquilidad de sus habitantes. Los familiares y enfermos organizaron una peregrinación hasta el punto más alto de la ciudad con un cuadro de San Roque. Es por eso que, cuando se detuvo la peste, construyeron la capilla como forma de agradecimiento. Podés visitarla y aprovechar el trayecto para una travesía en bici. Dato: solo abre los días 16 de cada mes para celebrar una misa.
DÓNDE DORMIR. Carmelo Resort & Spa, The Unbound Collection by Hyatt: para una estadía de lujo en bungalós o suites a orillas del río y en medio de un bosque de pinos y eucaliptos. www.hyatt.com

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