Hace 20 años que están juntas, decidieron ser mamás por segunda vez y cuentan su experiencia
En el Día de la Madre, el relato de una familia formada por dos mamás, que hace 20 años que están juntas y tienen dos hijos: Tiziano, de 8 años, y Vito, de 5 meses.
15 de octubre de 2023
Juliana, Analía, Tiziano y Vito, en brazos. - Créditos: Gentileza Juliana y Analía
Cuando Tiziano, a sus 7 años, se enteró que iba a tener un hermanito, no le gustó nada la idea. Con el tiempo, ver crecer la panza de su mamá Juliana y las charlas con su otra mamá, Analía, lo fueron convenciendo de que iba a estar muy bueno ser hermano mayor. Y así fue.
Una de sus mamás, Juliana Cammarota, recuerda: “Después le encantó ser el hermano mayor, y lo contó en el colegio a las maestras y a sus amigos, así que toda la escuela siguió el embarazo de Vito”.
Tanto fue así que, el día en que nació su hermanito Vito, Tiziano se había quedado a dormir en la casa de un amigo así sus mamás se iban tranquilas a la clínica. Entonces, cuando llegó al cole se enteró por sus compañeros. “¡Nació Vito!” Le dijeron ni bien lo vieron. Se había filtrado la buena noticia.
Hoy está feliz de celebrar el día de sus mamás. "Tizi siempre dice que se siente afortunado por tener dos mamás, que es genial”, cuenta Analía Acosta, o mami Any. Al hablar de los roles de sus mamis, Juli bromea con la historieta de Pepa Pig.
“Yo tengo cosas de mamá Pig”, dice ella. “Analía, más de papá Pig”. Aunque, a veces, me parezco a papá Pig por lo distraída y por perderme con el auto”, agrega y se ríe junto a su esposa. Ellas se enamoraron hace 20 años y, en 2010, cuando salió la ley de matrimonio igualitario, se casaron y empezaron a pensar en ser mamás.
Tizi sabe que ‘mamá Juli’ es más permisiva y a ella acude cuando se siente mal por algo o enfermo; en cambio, la que pone los límites y el orden suele ser Analía, coinciden ambas. “A ninguna de las dos nos gusta hacer las cosas de la casa, vamos a reconocer”, dice Any y vuelven a coincidir. Se divierten de salirse del estereotipo de que, como son dos mujeres, la casa debería estar impecable y limpísima.
Tiziano y Vito, hermanos, hijos de Juliana y Analía. - Créditos: Gentileza Juliana y Analía
Hasta sus amigos –muchos de los cuales participan de pijamadas y se quedan a dormir en la casa– le dan la razón a Tiziano sobre lo bueno que es tener dos mamás. “Por los comentarios que hacen es como si fuera lindo tener mucha mamá para ellos, contención y amor recargado”, cuenta Analía. “Es gracioso porque ellos se preguntan por qué solo les tocó una mamá". Se divierten con los chicos en casa.
Ellas, en las vísperas del día de la madre, recuerdan que una sola vez un compañero le dijo a Tiziano que no podía tener dos mamás, que eso era imposible, a lo que el pequeño le respondió que sí, que era verdad. “Cuando llegó a casa nos relató el episodio. Lo más llamativo fue que no estaba afligido por ser tener una familia ‘distinta’, entre comillas. Sino que no le había gustado que el relato errado de su compañero negara nuestra existencia”, revela Juli. “Ante su compañero defendió con vehemencia a nuestra familia".
Juli y Analía se sienten orgullosas. Porque la historia amorosa de ellas fue con idas y vueltas, en parte, por los miedos a enfrentar a una sociedad que podía juzgarlas. La ley de matrimonio fue clave, revelan. Recién entonces charlaron sobre la posibilidad de un hijo o dos.
Juliana y Analía juegan con Tiziano en su habitación. - Créditos: Gentileza Juliana y Analía
Debieron transitar, como muchas familias homoparentales o con problemas de fertilidad, por tratamientos de fertilización asistida. Primero lo hicieron por el método ROPA, que permite compartir la maternidad entre dos mujeres: se hace un ciclo de Fecundación in vitro a una mujer de la pareja para conseguir embriones (es la madre genética) y posteriormente se transfieren estos embriones en el útero de la otra mujer de la pareja (la madre gestante). Así Analía llevó en su vientre y dio a luz a Tiziano.
Con Vito la historia fue diferente: la gestante fue Juliana y optaron por ovodonación, para evitar los intentos fallidos de implantación que habían tenido en el proceso anterior, que duró 10 años hasta que lo pudieron concretar.
Ahora recuerdan ese camino, que no fue ni corto ni simple; transitan fugazmente de nuevo por esas angustias y ansiedades, pero saben que ese tiempo quedó atrás. Abrazan a su familia y saben que valió el esfuerzo.
Juli, con Vito en brazos; a su lado Tiziano, que la mira y sonríe con picardía. - Créditos: Gentileza Juliana y Analía
Costó tanto que las mamás piden visibilizar ciertos nombres imprescindibles para que el sueño de la familia se concretara. Mencionan a la doctora que acompañó el proceso de concebir a Tiziano, Estella Lancuba, con quien decidieron avanzar con el método ROPA.
La llegada de Vito, en cambio, pudo ser real en mayo de este año por la ayuda de la médica Susana Kopelman, de la clínica CEGYR, y del obstetra Marcelo Martínez. "Excelentes profesionales y excelentes personas. Nos gustaría, de ser posible, que sean nombrados, porque muchas veces ocurre destrato de los profesionales de salud y, en este caso, es para destacar su compromiso y amorosidad”, señala Juli.
En las vísperas del Día de la Madre, que ellas celebrarán en plural, todo es alegría y movimiento en la casa que comparten. Llegarán saludos de familia y amigos, así que se preparan para un domingo especial. Juli responde por mensaje de WhatsApp una consulta de último momento para la nota. Aclara que hizo malabares para escribir con una mano: a Vito le encanta estar a upa.
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