Huella de carbono: lanzaron la primera app argentina para medirla

 

Pero antes de conocer la historia de sus creadores es clave contextualizar el escenario de crisis climática que atravesamos y, al mismo tiempo, recordar la última advertencia brindada por Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). En el informe de marzo pasado llamó a abandonar los combustibles fósiles para así reducir la emisión de gases de efecto invernadero de manera drástica y sostenida, responsabilizando tanto a los distintos estados de todo el mundo como a las empresas privadas que siguen emitiendo gases contaminantes.

En cuanto a la app, te contamos que su objetivo principal es contabilizar de manera automática la cantidad de emisiones de carbono particularmente en el transporte de carga.

Conversamos con Diego para conocer el detrás de escena: aciertos, desafíos y días de pruebas, errores y nuevos intentos.

“Creo que, como surgen casi todas las ideas, la app Acarga nació en una charla de café con Mauro, sin planificarlo demasiado e impulsados principalmente por nuestra experiencia en áreas logísticas y, algo no menor, por nuestra pasión por emprender”, introduce Diego.

Diego es Contador Público y desde hace 8 años trabaja en el área de logística de 2 multinacionales, donde también se desempeñó como auditor de calidad. En cuanto a Mauro, es Ingeniero Mecánico y desde 10 años trabaja en distintas empresas multinacionales. Ambos tienen un profundo conocimiento del mundo del transporte de cargas.

“De nuestra experiencia surgió el deseo de crear una solución tecnológica que además de colaborar con el medioambiente ayudara a los camiones a reducir los viajes vacíos y a optimizar su eficiencia”, cuenta. Cristian llegó más tarde, en la etapa en la que la aplicación ya se encontraba funcionando y la apuesta, en ese momento, era lograr la escalabilidad del producto.

Este software viene a apoyar el tipo de registro que las empresas del rubro de carga ya venían haciendo desde hace tiempo, pero de manera manual. Ahora, sus creadores aseguran que, a través de esta aplicación, se van a poder conocer las emisiones de carbono de manera automática y súper precisa.

Los primeros pasos fueron desafiantes, dice Diego, que recuerda haber tenido que enfrentarse a la tarea de desarrollar el Producto Mínimo Viable (MVP, por sus siglas en inglés), y definir una inversión inicial que no estaba clara en un primer momento. El riesgo estaba, pero también la convicción. Así que avanzaron en la búsqueda de desarrolladores para transformar esa idea inicial, informal, en una Startup.

Consiguieron la inversión inicial y avanzaron con el desarrollo de Acarga. Pero enseguida llegó un nuevo desafío: escalar la comercialización. “Ser disruptivos y los primeros en plantear un tema como la medición de huella de carbono hace que el camino no este allanado y haya que romper paradigmas”, dice.

“Aprendimos la importancia de enamorarnos del problema y no aferrarnos a una idea preconcebida. La realidad es que la solución inicial puede requerir ajustes y adaptaciones a medida que se recibe feedback y se escucha a los usuarios. Escuchar e iterar se convirtió en nuestra clave para el éxito en esta etapa inicial”, agregó.

 

En esa etapa llegó Cristian, que, para Diego y Mauro, es un miembro invaluable que fortalece al equipo. Cristian proviene de la industria petrolera, aporta inversión y un enfoque estratégico crucial para llevarlos al siguiente nivel: la escalabilidad.

En ese momento también se logró un convenio fundamental con la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). “Para que los camiones de carga pesada efectivamente puedan conocer esa trazabilidad se trabajó en conjunto con la UTN en el diseño de un formato ágil y rápido para contabilizar el carbono de un motor de manera automática desde el inicio hasta el fin de su trayecto, con el objetivo de que pudiera ser accesible para un público masivo”, detalla Diego.

“Como equipo aprendimos lecciones muy valiosas: escubrimos que, trabajando en conjunto con la UTN como organismo público de carácter técnico, logramos construir un ecosistema colaborativo que nos permitió analizar en profundidad variantes técnicas de solución a cada problema, soportando procesos con IA, análisis de datos y procesos”, relata.

Asegura, en la misma línea, que emprender no es un camino fácil y que siempre requiere de una cuota de sacrificio y resiliencia. También considera que lo que marca la diferencia entre seguir o abandonar es estar convencidos de las metas y asociarse a las personas indicadas, aun sabiendo que muchas de las startups no logran sobrevivir. “El tiempo es nuestro recurso más valioso y no se recupera, por lo que debemos estar dispuestos a enfrentar los desafíos con pasión y perseverancia”, desliza Diego.

La formación del equipo es otro aspecto fundamental: “Armar un equipo cohesionado, con roles definidos y principios alineados es más importante que la idea misma. Por eso, para nosotros es prioridad estar rodeados de personas con perfiles complementarios, con trayectoria, experiencia y con la convicción de resolver un problema específico es un requisito indispensable para lanzar un startup con posibilidades de éxito”.