Por qué es mejor pensar dos veces antes de publicar en Internet las fotos de los hijos
Personas con fines malintencionados, ausencia de privacidad y consentimiento y uso de la inteligencia artificial son algunos de los riesgos que implica subir fotos de nuestros hijos a las redes.
24 de junio de 2024
El control de nuestra información en las redes sociales continúa siendo un problema para las grandes plataformas - Créditos: Getty
Cumpleaños, reuniones familiares, encuentros con amigos, vacaciones, actos escolares. Son eventos que, ahora, con las redes sociales, deseamos compartir en nuestras cuentas. Allí presumimos de nuestros hijos, pero sin saberlo podríamos estar generando problemas acerca de la privacidad y el futuro de los menores. No lo hacemos con esa intención, claro está, pero ese amor inconmensurable podría traer consecuencias negativas.
Llamado sharenting en inglés por la combinación de dos palabras: share (compartir) y parenting (crianza), se trata de una práctica muy común en la sociedad actual. Melina Furman, doctora en Educación, profesora de la Universidad de San Andrés e investigadora del Conicet, subraya que al compartir fotos de nuestros hijos en redes sociales, les estamos quitando la oportunidad de decidir sobre su presencia digital en el futuro. "Nuestra huella digital queda ahí y tal vez, si por ejemplo, están buscando trabajo, no quieren que sus futuros empleadores los vean cuando eran niños", comenta Furman.
Sharenting: privacidad y seguridad
La privacidad resulta un asunto clave y Furman expresa su inquietud sobre cómo las imágenes de los niños, compartidas desde el amor y el deseo de mostrar vivencias, pueden tener implicaciones no deseadas. “Es generarles una historia digital que no necesariamente van a querer compartir de grandes pero ya está hecha”, advierte.
El tema de la seguridad no es un asunto menor. En este sentido, Juan Marenco, CEO de Be Influencers y profesor de la Universidad Di Tella, explica que publicar fotos con los chicos “te expone en locaciones, da información de dónde vivís, dónde estás, cuáles podrían ser tu hábitos, qué consumís”. Información que podría ser crucial para el bienestar tu familia.
Además, Furman menciona los riesgos asociados a la exposición digital de los niños. "Cuanta más expuesta sea la vida digital de los chicos, más cerca estamos de que esos peligros se hagan realidad", afirma, haciendo referencia a la posibilidad de que las fotos sean utilizadas por personas con malas intenciones. También, enfatiza la importancia de que los padres tengan acceso a las cuentas de sus hijos y les enseñen a gestionar su imagen desde temprana edad para prevenir problemas como el cyberbullying y la adicción a los comentarios y "likes".
Antes de compartir las fotos de tus hijos en las redes, deberías considerarlo seriamente - Créditos: Getty
La inteligencia artificial: un nuevo peligro
Hoy, además, se agrega un nuevo riesgo: la inteligencia artificial. “La IA puede reusar las imágenes públicas para publicidades, por ejemplo, y contra eso todavía no se encontró una solución”, advierte Marenco.
A su vez, el especialista también resalta la falta de consentimiento en la mayoría de los casos. “Es una primera generación que va a tener su huella digital desde bebés. Toda la generación va a venir a reprocharnos cuando sean grandes: ¿Por qué me hiciste esto?”, reflexiona. Sugiere prácticas como mantener cuentas privadas y limitar la exposición pública de las imágenes para proteger la privacidad de los menores.
Crear grupos de control y tener una cuenta privada puede ayudar a la seguridad - Créditos: Getty
Sugerencias para considerar antes de apretar el botón publicar
Tanto Furman como Marenco coinciden en la importancia de establecer límites claros y educar a los niños sobre la gestión de su presencia digital. Furman, por ejemplo, ha optado por no publicar ninguna foto de sus hijos, una decisión que considera extrema pero necesaria. "Una vez que uno ya posteó, ya no es más tuyo, no tenés control sobre eso, aunque lo elimines", dice.
Marenco, en cambio, sugiere la creación de grupos controlados y privados, así como el uso de herramientas que limitan la capacidad de reenviar fotos, como los timers en aplicaciones de mensajería. Además, vale recordar que aunque compartamos una foto con una amiga en Whastapp, esta aplicación también es una red social.
El debate sobre la privacidad digital de los niños es complejo y multifacético. La decisión de compartir o no imágenes de nuestros hijos en redes sociales debe ser tomada con cautela y siempre teniendo en cuenta las implicaciones a largo plazo. Debemos ser conscientes del impacto de nuestras acciones en la huella digital de las futuras generaciones y actuar con responsabilidad para proteger su privacidad y bienestar.
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