¿Qué es el eco-glitter? Una joven cordobesa descubrió un producto de la naturaleza que te puede hacer brillar sin contaminar

Los brillos se clasifican como microplásticos debido a su pequeño tamaño (aproximadamente 1 mm.) y, según un estudio publicado por investigadores brasileños en la revista Aquatic Toxicology, su presencia es cada vez más común en nuestros mares. Mirá este dato: se cree que hay cerca de 8 millones de toneladas de brillo presentes en los océanos.

¿Cómo sucede esto? Fácil, cuando usás glitter de plástico y te lavás la cara, esos pequeños brillos se van por la cañería y pasan todos los filtros, porque son muy chiquititos. Eso hace que lleguen a los ríos y de los ríos pasan a los océanos y a las plantas potabilizadoras; es decir, llegan directo a nuestro consumo.

Así se contaminan los peces, la fauna marina y también ingresan en el ciclo de la lluvia, porque se evapora el agua de mar y las nubes se forman con microplásticos incluidos que luego caen en forma de lluvia.

Además del daño que les genera al océano y a la vida marina, quedan esparcidos por el ambiente, los inhalamos, y hasta se instalan en la tierra. El glitter representa el 20% de todos estos microplásticos que nos están invadiendo y que tardan entre 1000 y 2000 años en degradarse.

A raíz de estos números y de la problemática que nos acecha, a Anabella Clerichi (25) se le ocurrió poner manos a la obra para reemplazar el glitter por algo ecológico. Ella es oriunda de Córdoba y en los ríos de Río Ceballos, su ciudad, encontró algo que brillaba, una piedrita. La sacó, la investigó y descubrió que se trataba de Mica, un mineral que es muy brilloso y muy maleable para usar porque es blando, como un papelito.

Después de una larga búsqueda, encontró a un productor que vendía Mica en hojuelas (lo sacan a través de minería sin explosión ni químicos), compró colorantes vegetales e inició su emprendimiento sustentable. Así nació su eco-glitter, una forma de brillar sin contaminar (@ecoglitter.karma).

Montó un taller en la casa de su mamá para armar la producción. Lo que hace es comprar la mica ya procesada, la fracciona, la pesa, la tiñe con un poco de agua destilada y la deja secar al sol o bajo unas luces LED. Después fracciona y vende sus brillos en frasquitos de vidrio de 5 g. o en bolsitas de papel de 50 g.

Tiene 14 colores disponibles y dos formatos de glitter: uno más grueso, como en escamitas, y el fino, que es un polvo, una purpurina que funciona como iluminador.

Este eco-glitter genera el mismo efecto que el plástico y para usarlo solo tenés que ponerte gel sobre la piel y luego cargar la brocha y agregar el color que más te guste para tu look.

De esta manera, vas a poder seguir brillando, pero cuidando al medioambiente y aportando tu granito de arena (o, mejor dicho, no aportando tu granito de plástico).