"Short King Spring": ¿cuál es la tendencia en relaciones de las nuevas generaciones en donde la altura ya no juega?

Otro ejemplo de la tendencia es Jeremy Allen White, el cocinero de la serie The Bear, que con su ajustado metro setenta se convirtió en los suspiros de miles de hombres y mujeres debido a la campaña de ropa interior que hizo para Calvin Kein. El actor fue visto besándose con Rosalía que le empata con 1.66 metros de la altura.

Es que hoy son las mujeres más jóvenes las que se animan a que sus hombres les lleguen hasta los hombros y no parece importarles el anticuado mandato. Ahora bien, ¿qué pasó en la sociedad para que esto por fin comenzara a suceder? “Lo que noto en la consulta es que las más jóvenes ahora priorizan otras cosas al margen de lo estético. Quieren ser escuchadas por sus parejas, entendidas, validadas y no les importan demasiado cuestiones como el peso o la altura”, señala Graciela Pardo, consultora psicológica especialista en parejas.

La tendencia ya fue bautizada en redes sociales como “la primavera del rey bajo” (Short King Spring) y puede encontrar razones en la aceptación de la diversidad que vivimos en estos tiempos. De ahí, que sean las más jóvenes las que se animan a romper los estereotipos de pareja.

“La presencia de los feminismos de los últimos años vino a ayudarnos a tener una perspectiva más igualitaria de las relaciones y nos ayudó a ver cuáles son nuestras necesidades reales en un vínculo para considerar los asuntos más emocionales. Hoy ya no importa cuánto mide, sino cómo nos acompaña”, explica Pardo.

Por otro lado, la imagen del hombre alto que ofrece protección y seguridad para mujeres protagonistas de novelas de Jane Austen ya pasó de moda debido a que, actualmente, nos convertimos en personas autónomas e independientes que no necesitan de ese algo patriarcal en una relación. Las nuevas generaciones tienen otra mirada que se corre de lo físico y pone el foco en aspectos emocionales. El hombre petiso, por otra parte, conociendo el viejo imperativo, trabaja, precisamente, en formar una personalidad que puede ser capaz de atender las necesidades femeninas actuales.

Es decir, es cierto que todo parece conspirar para que, por ejemplo, las apps de citas dejen de preguntar la altura de posibles compañeros y se enfoquen más en su inteligencia emocional. La deconstrucción, necesaria tanto en hombres como en mujeres, alienta este tipo de consideraciones porque promueve aceptar la diversidad estética del universo que nos rodea y nos ayuda a identificar mejor aquello que le pedimos a una relación.