Checkeos médicos: cuáles son los fundamentales que deberías hacer antes de fin de año

¿No será tiempo de que dejes lo urgente por un rato para ocuparte de lo importante?

Sí, es cierto que una consulta implica una odisea de llamados, secretarias, turnos, retiro de estudios, pero también es una inversión de tiempo personal. Implica poner cada cosa en su lugar. Cuando suspendemos el turno al dentista y meses más tarde la caries ya necesita un conducto, descubrimos un patrón de acción: nos ocupamos de lo urgente, en vez de lo importante. Tu cuerpo y tu mente no son espacios donde apagar incendios, sino los instrumentos con que contás para que tu vida sea más feliz y placentera, entonces, es mejor prevenir que curar. Tampoco darle rienda suelta a la hipocondríaca, sino que sepas escuchar tu cuerpo y tus acciones.

A veces, es simplemente que no le damos importancia o la burocracia del sistema médico nos apabulla, y caemos en la excusa de "no tengo tiempo"; y otras, una consulta médica se dilata por temor a los resultados de los estudios. El tema es que cuando algo se vuelve crónico –por más chico que fuera cuando empezó–, siempre termina complicándote y sacándote más tiempo que una consulta médica. Además, en caso de que tengas algo un poco más serio, agarrándolo a tiempo las posibilidades de que se te pase antes, más rápido y de que no vuelva son mayores.

Una entrega en la que no podés fallar, llegar un rato (mínimo) antes a casa o la máxima "soy el remís de mis hijos": son excusas "reales", pero generadas por tu propio malestar. Cuando invertimos el tiempo suficiente en nuestra salud mental y corporal, encontramos el foco para priorizarnos. Tené en cuenta que el cuerpo es sumamente "plástico": tolera y se adapta a mucho. Por eso, por mínimos o "justificables" que te parezcan el cansancio, el insomnio, un dolor de cabeza, de estómago, de espalda, cuando se prolongan en el tiempo, lo mejor es consultar a tu doc.

Programá con tiempo tus consultas: un especialista de cartilla tiene entre 20 y 30 días –como poco– de demora; por supuesto, considerando que tus horarios y los del médico coincidan en algún momento de la semana.

Prevé el turno siguiente: ya sabés que vas a tener que pedir un nuevo turno con el médico para que vea los estudios, pedilo con anticipación, no cuando los tengas en la mano, así ganás tiempo y no te colgás. Eso sí: acordate de calcular lo que van a tardar los resultados.

Hacete todo en el mismo lugar: ya que en ese caso los médicos suelen tener acceso online a los estudios algunos días antes de que estén disponibles si los retiraras en papel y además te ahorrás el tener que ir a buscarlos.

Optimizá lo que te piden: por ejemplo, si vas al clínico y te manda a hacer análisis de sangre, pedile que además de lo clásico –estudio de lípidos– te pida dosaje de hormonas endocrinológicas y ginecológicas. De esta forma, solo te queda llevarles esos mismos análisis a tu gineco y a algún otro especialista, en caso de que fuera necesario.

¿Cómo venís con el cuidado de tu salud? ¿Estás al día con los controles recomendados? También leé: Si necesitás café ¡dale! yDejá de revisar tu pasado y enfocate en el presente.

Expertos consultados: Dr. Daniel López Rosetti, especialista en clínica y cardiología y Lic. Inés Maidana, psicóloga del Hospital Universitario Austral.