Duelo, depresión y melancolía: estas son las diferencias y cómo afrontarlas. - Créditos: Getty
El duelo, la depresión y la melancolía son experiencias emocionales complejas y formas de organización psíquica que pueden presentarse en diferentes contextos y con distintas manifestaciones. Si bien comparten similitudes superficiales, es crucial comprender sus diferencias fundamentales desde una perspectiva psicológica para un abordaje adecuado en el ámbito clínico.
El duelo se refiere a la reacción emocional y psicológica ante la pérdida de un ser querido o de algo significativo en la vida de un individuo. Es una respuesta natural y adaptativa que implica atravesar un proceso de ajuste y aceptación ante la realidad de la pérdida. Es encarar el proceso de haber perdido algo considerado parte de nosotros mismos.
El duelo se caracteriza por una serie de etapas o fases, como la negación, la ira, la tristeza y la aceptación, aunque su manifestación puede variar considerablemente de una persona a otra. Un proceso bien resuelto lleva a una vida saludable, mientras que mal o no resuelto puede desarrollar patrones patológicos, signados por la tristeza y el resentimiento.
La depresión, en tanto, es un trastorno del estado de ánimo que afecta profundamente el funcionamiento psicológico, emocional y social de un individuo.
Se caracteriza por una persistente sensación de tristeza, desesperanza, pérdida de interés en actividades antes placenteras y alteraciones en el sueño, el apetito y la energía.
A diferencia del duelo, la depresión no necesariamente está emparentada con una pérdida concreta y puede ser desencadenada por diversos factores, como predisposición genética, eventos estresantes o desequilibrios bioquímicos. En el plano psicológico, puede estar vinculada con experiencias traumáticas, pérdidas significativas, conflictos interpersonales o una baja autoestima. Los pensamientos negativos automáticos, como la autocrítica excesiva o la percepción distorsionada de eventos, juegan un papel crucial en la mantenimiento de la depresión.
La melancolía, a diferencia de la depresión, se caracteriza por una profunda rumiación sobre el sufrimiento y la pérdida, así como una tendencia a la autocrítica excesiva y la negatividad persistente, cimentada en una experiencia desgarradora de la realidad. En donde la sensación es que se ha perdido algo de sí mismo con aquello que se fue. Pero no es un “algo” simbólico, sino real que no se podrá recuperar jamás y que, en consecuencia, deja a la persona incompleta o vacía.
A menudo, los pacientes con melancolía experimentan una sensación de desapego de la realidad y una desconexión con el mundo exterior, lo que puede contribuir a un mayor aislamiento social y dificultades en las relaciones interpersonales.
En síntesis: el duelo es una respuesta adaptativa ante la pérdida, la depresión representa un trastorno del estado de ánimo con diversas causas y manifestaciones, y la melancolía es una respuesta patológica extrema frente a la pérdida, que, en muchas ocasiones, lleva a la sensación de pérdida de la propia existencia.
Comprender estas diferencias es esencial para un diagnóstico preciso y un abordaje terapéutico efectivo en el tratamiento.
Por Sebastián Ibarzábal, licenciado en psicología, gentileza para OHLALÁ!