Estrategias alimentarias para sentirte con energía todos los días del año

Optar por platos que contengan una variedad de alimentos naturales y nutritivos, pero también deliciosos.

La comida más importante es la primera, es decir, el desayuno, ya que es la que define el manejo y la regulación de la energía de todo el día.

Teniendo en cuenta los horarios y rutinas en la vida particular de cada persona, se debe adecuar un plato por comida en cada momento de hambre real.

Cuando llegue el momento de comer, no debe haber dudas de hambre real (muchas veces, la comida suple otras ansiedades).

Siempre que haya certeza de plato de comida, se puede elegir bien.

Cada decisión tomada en las conductas diarias debe ser coherente con dónde se quiere estar: tener un cuerpo cómodo y sano.

Reconocer la diferencia entre la verdadera necesidad de alimentarse por energía y el deseo de comer como respuesta a emociones o sensaciones desagradables.

Comprender que hay alimentos diseñados especialmente para que no se los pueda dejar de comerlos, por eso es importante tener en cuenta cuánto comprar y no dejar de consumirlos, sino aprovechar estrategias para su consumo. Por ejemplo, si hay ganas de una porción de torta, no hacerla en casa, sino ir a un lugar en donde sepamos que esté esa torta que nos encanta y pedirla, comerla sola o compartirla con una persona que represente un buen vínculo y regresar habiéndola disfrutado, pero en una porción justa, coherente con estar en el cuerpo más cómodo que se puede tener.

Practicar la moderación en el consumo de bebidas, priorizar siempre la hidratación con agua sobre otras opciones que puedan aportar calorías innecesarias y producir daños a la salud o malestares.

Mantener una vida activa, que va más allá de las sesiones de ejercicio en el gimnasio, e incluye actividades cotidianas como caminar, bailar, realizar estiramientos, entre otros.