Lazy girl job: ¿de qué se trata esta tendencia de la Generación Z?
Se viralizó la expresión Lazy girl job. ¿Qué significa? ¿Por qué es tendencia entre la Generación Z?
27 de agosto de 2024
La generación Z valora el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. - Créditos: Getty
Hace unos meses, el hashtag #lazygirljob se hizo viral (más de 45 millones de visualizaciones) gracias a la tiktoker y creadora de contenido Gabrielle Judge, conocida por sus consejos para jóvenes profesionales.
Si bien “lazy” significa perezoso, lo primero que tenemos que aclarar es que ese adjetivo no define para nada esta tendencia que promueven, principalmente, las mujeres de la generación Z y las millennials: lograr un equilibrio entre la vida personal y la laboral. La realidad es que nadie debería sentirse culpable ni avergonzada por adherir al work-life balance.
Esto es priorizar el bienestar, la salud mental y las necesidades personales de desarrollo por encima de los deberes y la carga laboral (cuestiones que desde hace décadas son consideradas los pilares de la cultura corporativa, sea formal o informal, en relación de dependencia o freelance).
La tendencia de los lazy girl jobs describe, entonces, a quienes adhieren a este nuevo paradigma con relación al trabajo: dedicarle un cierto número de horas, en un empleo de bajo estrés, completamente remoto, con poca supervisión, buen salario y sin planificar a largo plazo el camino profesional y/o laboral.
Lazy girl job: un fenómeno mundial
Lazy girl job: un fenómeno mundial de la Gn Z. - Créditos: Getty
A partir de la pospandemia y el auge de las tecnologías y la hipervirtualidad, las más jóvenes –e incluso las madres de más de 30 años– empezaron a reconsiderar su forma de vivir y el nivel de ansiedad que les generaban las demandas de la vida cotidiana, de su trabajo, de su familia, de sus relaciones y sus amigos.
Esta idea se relaciona con las quiet ambitions, lo que significa reconsiderar el propio ritmo y poner la aspiracionalidad en otro lado. Ya no se trata de vivir apuradas e hiperproductivas, sino también poner en la balanza qué significa vivir a esa velocidad. Si bien las tecnologías facilitan este modo de vida, también lo dificultan porque a veces es complicado ponerle límites a la virtualidad y el contacto constante.
Se hicieron muchos estudios en América Latina y a nivel global sobre qué esperaban los más jóvenes de un empleo: la reducción de la jornada laboral, el trabajar por objetivos y la posibilidad de cumplir sus tareas de manera remota fueron las condiciones más mencionadas. Evitar el burn out y tener jefes considerados se sumaron a la lista también.
La tendencia muestra que las nuevas generaciones tienen un horizonte más cortoplacista y menos enfocado a aspiraciones que el que tenían, por ejemplo, sus padres. Además, como el rol de la mujer en la sociedad ha cambiado –¡y sigue ocurriendo!–, también nuestras prioridades, motivaciones y necesidades se van transformando. Ya no está primero en la lista el deseo de llegar alto en la jerarquía corporativa (y postergar la maternidad o la aventura de un viaje largo, por ejemplo) o ahorrar durante décadas para tener la casa propia, el auto y la jubilación asegurada.
¿Cuáles son las ventajas?
Con la expansión del trabajo remoto, la autonomía y la flexibilidad se volvieron posibles y así la salud mental pasó a ser una prioridad cada vez mayor. Este tipo de puestos generalmente cumplen cuatro criterios: una sensación de comodidad (sin jornadas extensas de trabajo e inversión de horas de viaje); amigable, con opción de trabajo remoto o híbrido; un salario “justo y acorde” y un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal (con los tiempos para la crianza, viajes, la familia, los amigos, las mascotas y el bienestar personal).
Las empresas que logren cumplir con los objetivos del nuevo paradigma de la generación Z y los millennials son las que van a tener una fuerza laboral con mucho mayor nivel de engagement. El vínculo con el trabajo está cambiando y ya no es solo dónde me realizo profesionalmente, sino dónde logro desarrollarme personalmente. El desarrollo laboral y el salario están geniales, pero ya no son la base para conversar, sobre todo en los sectores más profesionalizados. Es decir, son condición necesaria pero no suficiente para que elijamos quedarnos en una empresa.
¿Dónde buscar trabajo remoto?
FlexJobs.com: especializada en trabajos flexibles, desde tecnología hasta escritura y atención al cliente.
WeWorkRemotely.com: ofrece empleos en áreas como programación, diseño y marketing.
Remoteco.com: conecta empresas de Estados Unidos e Inglaterra con trabajadores de Latinoamérica.
Freelancer.com: se ofertan proyectos en diversas disciplinas, desde desarrollo web hasta community manager y redacción.
Lapieza.io: en esta página el foco está en el mercado latinoamericano. Hay trabajos diversos, incluyendo tecnología, marketing y administración.
Los empleadores
Cuestionar la cultura del agotamiento y la productividad no debería considerarse de “perezosas”. Los empleadores tienen la responsabilidad de impulsar cambios culturales hacia un enfoque más saludable del trabajo, con ambientes de mayor bienestar y centrándose en medidas preventivas, en lugar de esperar hasta que los empleados presenten problemas de salud o de estrés crónico.
Deben ser más creativos frente a estos pedidos de las nuevas generaciones y cuidar a quienes lideran a los equipos, ya que los climas de trabajo tóxicos influyen mucho en la deserción y en la baja motivación de las personas. De todas maneras, como el trabajo nunca termina, somos nosotras quienes tenemos que delimitar y diseñar nuestras propias formas. .
Expertas consultadas: Ximena Díaz Alarcón, CEO de Youniversal, consultora especializada en tendencias. @ximena_diaz_alarcon.
Gaby Hostnik, especialista en neuneurociencias y coach laboral. @gabyhostnik.
Gabi Segovia Lara, Coach laboral. @_hagamos.
Una nueva manera de vivir y trabajar
La generación Z trae a la fuerza de trabajo un conjunto diferente de valores, comportamientos y expectativas, que crea nuevas dinámicas y un cuestionamiento permanente de las normas establecidas. Este movimiento supone un cambio de paradigma generacional y laboral: pasamos de pensar que el trabajo nos hacía libres a buscar la libertad fuera del trabajo. Tal vez sea una especie de rebelión contra ese pensamiento de que somos trabajadores por encima de personas. Y por este mismo motivo, más que un cambio laboral, buscan una nueva manera de vivir.
Son jóvenes idealistas, exploradores y buceadores natos de su propósito y destino existencial, nativos digitales autodidactas cuya realización pasa por integrar todas las facetas de su vida. Su foco está más puesto en el ser que en el hacer y en el tener. Esta integración incluye el trabajo, el desarrollo de la creatividad, el cuidado de la salud mental, emocional y física, la conexión y el vínculo humano, la formación, el legado de sus actividades altruistas, el tiempo para la introspección, el ocio y el hacer nada. Defienden la idea de tener una vida e identidad propia. Sus valores pasan por la libertad de elección, la flexibilidad, la autonomía y una modalidad de trabajo más creativa e integrada. Su productividad es con condiciones: que no suponga un agotamiento, que no sea en entornos tóxicos y que no arrase con el resto de su vida, porque ellos consideran el trabajo también tiempo de vida.
¿Cuál será la reacción de las organizaciones y de los empleadores a estos cambios? ¿Cómo serán los contratos emocionales y el compromiso de las personas con sus trabajos? Todas las generaciones tienen algo para aportar y para aprender. Y quizá los jóvenes nos hagan considerar que más sacrificio no equivale a más felicidad. ¿Está mal hacer elecciones de nuevas formas de trabajar, de custodiar agendas y de cuidar la salud mental y el bienestar integral? ¿Acaso está mal priorizar y ser protagonista de las propias acciones y decisiones? Son tiempos para repensarse, rediseñarse, cuidarse, priorizarse y “dotarse de sentido”.
Por Gabriela Hostnik. Coach laboral. @gabyhostnik.