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¿Por qué me siento triste cuando hace frío?

Llegó el frío y a muchas personas les cambia su estado de ánimo, sin saber que pueden estar viviendo no un simple bajón, sino un "Trastorno afectivo estacional". 


¿Por qué me siento triste cuando hace frío? Existe el Trastorno Afectivo Estacional.

¿Por qué me siento triste cuando hace frío? Existe el Trastorno Afectivo Estacional. - Créditos: Getty



¿Por qué me siento triste cuando hace frío? ¿Afecta el frío la salud mental? Llegó el frío y, a muchas personas, les cambia su estado de ánimo: pueden estar viviendo no un simple bajón, sino un "Trastorno afectivo estacional". 

La disminución de la exposición a la luz solar durante los meses de invierno es una posible causa de este trastorno afectivo emocional, ya que puede afectar los ritmos circadianos del cuerpo (el ciclo natural para dormir y despertar) y desencadenar cambios en los niveles de serotonina, una sustancia química del cerebro que influye en el estado de ánimo, como sentimientos de tristeza, letargo y fatiga en algunas personas.

Además, factores psicosociales como la falta de actividad al aire libre y la disminución de la interacción social también pueden influir en nuestro estado de ánimo durante el invierno. La luz solar desempeña un papel importante en la producción de melatonina y serotonina en el cerebro.

Qué es el Trastorno Afectivo Estacional

El Trastorno Afectivo Estacional se describe como un tipo de depresión llamado técnicamente "Trastorno Depresivo Mayor con Patrón Estacional". Para que se realice este diagnóstico la persona debe cumplir con los criterios para el diagnóstico de la depresión y, además, los síntomas de un patrón estacional deben estar presentes durante al menos dos años. La persona debe haber tenido durante dos periodos estacionales los síntomas del Trastorno Afectivo Estacional y que se hayan remitido en las estaciones de primavera o verano.

Aunque el Trastorno Afectivo Estacional se diagnostica con mayor frecuencia en mujeres jóvenes, es posible que los hombres experimenten síntomas más graves. Además, este trastorno ocurre con mayor frecuencia en adultos jóvenes que en adultos mayores, y generalmente se inicia entre los 18 y 20 años.

 

Los síntomas suelen comenzar en otoño y persisten durante los meses de invierno. Durante este período, la persona puede experimentar una disminución de la energía, cambios de humor constantes, una fuerte tendencia a dormir durante el día, aumento del apetito, aumento de peso y antojos de carbohidratos, así como una pérdida de interés o placer en las actividades diarias.

 

En cuanto a las causas, aún no se ha encontrado una explicación definitiva para la aparición de este trastorno. Sin embargo, se ha observado que varios factores pueden influir en su desarrollo.

Trastorno Afectivo Estacional: síntomas

  • Cambios en el estado de ánimo: Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, irritabilidad o desesperanza.

  • Fatiga y falta de energía: Dificultad para mantener niveles de energía adecuados, sensación constante de cansancio.

  • Alteraciones del sueño: Dificultad para conciliar el sueño, despertarse temprano en la mañana o dormir en exceso.

  • Cambios en el apetito: Aumento del apetito, especialmente por carbohidratos y alimentos ricos en calorías, lo que puede llevar al aumento de peso. Se experimenta un deseo de consumir alimentos reconfortantes que contienen carbohidratos simples, como pasta, pan y azúcar, los cuales proporcionan calorías no saludables. Esto puede promover la fatiga, aumentar las ganas de dormir y el aumento de peso.

  • Pérdida de interés en actividades que previamente disfrutaba: Falta de interés en participar en actividades sociales, pérdida de motivación y disminución del interés en las actividades diarias que solían brindarle placer.

Tratamiento

  • Implementar una dieta saludable y balanceada: incluir en la alimentación frutas, verduras, cereales integrales y frutos secos, que proporcionan nutrientes esenciales para el bienestar emocional.

  • Realizar ejercicio moderado de forma regular: el ejercicio físico regular contribuye a mejorar el estado de ánimo y aumentar los niveles de energía.

  • Aprovechar la luz del sol y las actividades al aire libre: pasar tiempo al aire libre durante el día, especialmente, en áreas con buena iluminación natural, puede ser beneficioso para contrarrestar los efectos del Trastorno Afectivo Estacional. En caso de no ser posible, asegurarse de que el entorno en el hogar esté expuesto a la luz natural a través de ventanas.

  • Mantener una cantidad adecuada de sueño: dormir lo suficiente es fundamental, ya que la falta de sueño puede afectar el pensamiento, el estado de ánimo y la función cognitiva en general. Es importante establecer un horario de sueño regular y respetarlo.

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): va a ayudar a la persona a comprender su malestar emocional y a desarrollar estrategias para afrontarlo de manera efectiva. Modificando los patrones de pensamiento distorsionados.

  • Medicación: los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son un tipo de antidepresivos que incrementan los niveles de serotonina en el cerebro, que ayudan a la persona a mejorar el estado de ánimo. Ejemplos comunes de ISRS incluyen fluoxetina, sertralina, paroxetina y escitalopram. Estos medicamentos se consideran seguros y bien tolerados para el tratamiento de la depresión.

Por Alexis Alderete, Gentileza para OHLALÁ! Alderete es Licenciado en Psicología. Egresado de la Universidad del Salvador. Especialista en Trastornos de Ansiedad y Entrenamiento en Habilidades (Fundación Foro). Posgrado en Sexología Clínica (Sociedad Argentina de Sexualidad Humana). Instagram: @holapsicologo.

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