Taylor Swift: cómo hacer para que tu tarjeta de crédito no te rechace la compra

 

Hace años que la esperamos en Argentina, nunca vino. Recuerdo que, un par de veces, fue entrevistada por Bebe Contepomi, quien le preguntó si tenía intenciones de traer un tour acá, y la respuesta de ella fue positiva, pero que también dependía de la demanda. Bueno, han pasado unos cuantos años de esto, y ella ya tiene muchísimos álbumes grabados (y regrabados) en su haber, así que se nos ha cumplido el sueño a los swifties: viene Taylor a la Argentina con The Eras Tour, un show que dura más de tres horas, con varios cambios de ropa (de los mejores diseñadores) y un repaso durante el concierto de toda su carrera, tocando canciones de prácticamente cada “era” musical de ella, a veces con artistas invitados, trayendo novedades, lanzamientos y videos nuevos, con canciones sorpresa en cada concierto que da. La primera parte de este tour es en Estados Unidos, esto ya lo sabemos por el anuncio desde hace meses, y ahí fue cuando empecé a guardar dinero, porque tenía la esperanza de que iba a venir esta vez.

Fueron meses de agotadora espera e incertidumbre. Muchas personas jugaban con esta noticia para que nos ilusionemos; a cada rato se jugaba la respuesta entre el sí y el no, pero así fue que nos enteramos un viernes que el lunes siguiente tendríamos una preventa con el Banco Patagonia, y que el martes saldría la venta general.

Desde ya que ese fin de semana no pude dormir. No solo fue una locura intentar conseguir una tarjeta de ese banco para llegar a la preventa, sino que sabíamos lo caótica que fue la venta de las entradas en Estados Unidos, donde se agotaron las entradas de TODO el tour en menos de 6 horas.

 

Con mi grupo de amigas swifties nos organizamos para ayudarnos y, por suerte, estuvimos ese lunes y martes con la mente absolutamente enfocada en esta aventura, así que fue un dolor de cabeza que todas consigamos, pero lo logramos. Fueron horas y horas de espera en la fila de All Access, de a momentos tranquilas nerviosas, desesperadas, desesperanzadas porque no avanzaba la fila virtual.

Sin embargo, esto no quedó ahí. Yo conseguí mi entrada para el recital del 9 y 10 de noviembre, con diferentes tarjetas de crédito. La del 10 la saqué el día de la venta general, con mi propia tarjeta. Y de obsesionada que soy (pensando además en todo lo que me había costado llegar a hacer la fila para la entrada), llamé por las dudas al banco para quedarme tranquila de que la compra había pasado bien, ya que el monto era demasiado grande.

Podríamos decir que mi obsesión fue una bendición disfrazada: cuando me transfieren a VISA, me comentan que la compra no estaba autorizada. Era muy grande el monto, y si no estaba haciendo ese llamado lo más probable es que perdiera la compra. Casi se me sale el corazón por la boca cuando escuché esto. Me hicieron varias preguntas de seguridad, me confirmaron que estaba todo en orden y corté.

 

Automáticamente, conté mi experiencia en redes, y así me enteré que a varias personas les había sucedido lo mismo. Muchas personas me trataron de tonta, dijeron que no era así, que era mentira, que estaba asustando a la gente. Pero lamentablemente mi angustia fue real, y no esperaba que esta experiencia tuviera tanta llegada como tuvo. Sin embargo, me quedé tranquila de saber que les evité compras caídas y dolores de cabeza a unas cuantas personas, que me agradecieron por haber compartido esta experiencia.

Y colorín colorado, esta swiftie desde que es adolescente tiene su entrada, pero también aprendió lo importante que es asegurarse con la tarjeta de crédito que se autoricen previamente las compras grandes. Nos vemos en noviembre para cantar a los gritos Cruel Summer.

Por @__venusandmars