La puna es tendencia: 10 razones para ir a Catamarca
La puna y el oeste catamarqueño son tendencia y tienen con qué: te invitamos a descubrir por qué Catamarca es una de las provincias más maravillosas del país, aunque todavía no es tan conocida por los turistas.
22 de septiembre de 2024
Catamarca se posiciona como un destino turístico cada vez más fuerte. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES/ Luis Agote
Catamarca es una provincia de mil paisajes, únicos en el planeta. Y una de las menos conocidas del Norte argentino. Sin embargo, cada vez más turistas se acercan a disfrutar de sus encantos.
Tiene volcanes, salares, termas, lagunas de altura y tesoros arqueológicos. Por esto, Revista Lugares posiciona a Catamarca como una de las provincias más prometedoras del país y nos recomienda estos 10 imperdibles:
El Balcón de Piscis es una maravilla visual: un paisaje inmaculado. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES/ Luis Agote
1. Termas de Fiambalá
Si te gustan las aguas termales, este es tu lugar en el mundo. A 16 kiómetros de Fiambalá (se llega por camino asfaltado) encontrás catorce piletones de piedra diseñados al aire libre, entre los murallones de la montaña, ofrecen un paisaje espectacular. El agua de vertiente ofrece beneficios para diversas afecciones, pero sobre todo promete baños relajantes y antiestrés. Las temperaturas oscilan entre los 45 a 32 grados. Se puede ir todo el año.
Las termas de Fiambalá son un atractivo de alta demanda, casi siempre presentan mucha afluencia de público, y las cabañas construidas hace pocos años suelen estar siempre ocupadas. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES/ Estrella Herrera
2. Campo de Piedra Pómez
Se trata de una Reserva Natural Protegida, y el paisaje es similar al que se ve en Marte, como un laberinto de piedras que parecen barcos dados vuelta. Ocupa 75.000 hectáreas. Es ideal visitarlo al atardecer. Se llega en auto pero hay que hacer parte del recorrido caminando.
El paisaje del Campo de Piedra Pomez se originó en los flujos piroclásticos del volcán Blanco, un proceso que tuvo lugar millones de años atrás. Esos materiales salieron a la atmósfera, fruto de la explosión, se extendieron y luego se solidificaron. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES/Xavier Martin
3. El Shincal de Quimivil
Es una ruina arqueológica como hay pocas. Está ubicad a 7 kilómetros de Londres, un pueblo catamarqueño. Antiguamente (entre los años 1430 y 1580) fue un centro ceremonial inca de gran importancia donde se realizaban rituales y fiestas masivas. Tiene un trazado típico cusqueño: aukaipata (plaza), ushnu y kallanka. Sin embargo, el tipo de construcción pertenece a una técnica local: doble muro de piedra relleno en el medio con adobe. Es térmico y antisísmico.
El Shincal de Quimivil se llama así por el Shinki, un arbusto que envolvió las construcciones y las conservó en el tiempo. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES/ Vera Rosemberg
4. Volcán Galán
Si bien explotó por última vez hace cinco millones de años, da la sensación de que en cualquier momento podría despertar de nuevo. Tiene una caldera gigante de 42 kilómetros de diámetro, lo que lo posiciona entre los volcanes más grandes del mundo, y dentro del cráter tiene una laguna (Diamante) con aguas que parecen un caleidoscopio por que van cambiando de color según cómo les da el sol a lo largo del día. Queda a 50 km de Antofagasta de la Sierra y a 70 km de El Peñón.
La excursión al volcán Galán es una de las que tienen mayor complejidad y exigencia porque se alcanzan los 5.000 metros de altura. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES/ Xavier Martin
5. Ruta del Adobe
Es un circuito de 50 km que avanza por la RN 60 entre las localidades de Tinogasta y Fiambalá. El recorrido cuenta con antiguas construcciones coloniales como: Casagrande y Centro Cultural Municipal (Tinogasta), Oratorio de los Orquera (El Puesto), Iglesia de Andacollo (La Falda), La sede del Mayorazgo y la capilla (Anillaco), Ruinas de Watungasta (no están puestas en valor), la Iglesia San Pedro y la Comandancia de Armas en Fiambalá.
En la Ruta del Adobe se encuentran edificios históricos de la arquitectura colonial, algunos de los cuales fueron declarados Monumento Histórico Nacional. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES/ Estrella Herrera
6. Minas de Inca Huasi
Un antiguo emprendimiento minero, completamente en ruinas, está junto al Salar del Hombre Muerto. Es posible recorrerlo y descubrir túneles y construcciones de piedra a las que si bien no se puede entrar (sería peligroso que se derrumben) es muy interesante ver para reconstruir su historia.
En las Minas de Inca Huasi hay decenas de socavones en desuso: túneles que perforaban la roca siguiendo la veta de cuarzo, el compañero infaltable del oro. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES/ Xavier Martin
7. Las Dunas
Son varias y ameritan un recorrido con escalas. Muy cerca del Campo de Piedra Pomez está Las Dunas Blancas, mientras que las de Randolfo se encuentra a la vera de la RP 43 que ofician de portal de entrada a la puna catamarqueña. En Belén, a 12 km de Fiambalá, encontrás la Duna Mágica, un lugar ideal para practicar sandboard. A pocos kilómetros se encuentra la duna Federico Kirbus, que mide 2.845 metros y es la más alta de todas.
En Las Dunas se puede hacer sandboard, pero con mucho cuidado ya que hay afloramiento de rocas naturales que pueden provocar accidentes. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES/ Estrella Herrera
8. Los Seismiles
En la zona más elevada de la Cordillera de los Andes está este un conjunto volcanes de más de 6.000 metros de altura. La ruta de los Seismiles arranca en Fiambalá.y llega hasta el Balcón del Piscis: un volcán inactivo a cuyos pies se encuentra un glaciar con vistas increíbles.
Al recorrer los Seismiles se llega a zonas realmente alejadas y sin ningún tipo de servicio, es recomendable ir en excursión. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES/ Luis Agote
9. Salar de Antofalla
Si te imaginás el típico paisaje blanco que parece nieve, tenés que agregarle colores porque este salar está abrazado por cerros que le suman tonalidades y magia al panorama. Está ubicado en altura y recorre 150 kilómetros en los cuales podés ver el Volcán Antofalla con sus nieves eternas en la cumbre. Cuando te acercás al pueblo de Antofalla, paracen otras sopresas. Como la laguna Verde.
Al caer la tarde, una luz rosada y traslúcida desciende sobre el paisaje y convierte el salar en una geografía casi sobrenatural. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES/ Xavier Martin
10. Los Castillos
Son rocas sedimentarias de origen volcánico que fueron ganando formas gracias a la erosión de siglos. Hay tótems en equilibro natural, conos como cúpulas y huecos insólitos en distintos colores. Una muy linda excursión es emprender trekking durante tres horas y terminar cuando cae el sol.
Están ubicados en las afueras del pueblo de Villa Vil, sobre la RP 43, en el departamento de Belén. - Créditos: Gentileza Archivo LUGARES/Xavier Martin
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