Biohacking. Conocé la herramienta para cambiar la mentalidad y el cuerpo con la tecnología
11 de abril de 2020 • 18:38
Créditos: Ilustraciones de Lucila Perini.
Vivimos en ciudades desde tiempos inmemoriales (9 de cada 10 personas en Latinoamérica vivirá en una gran ciudad en las próximas 4 décadas), pero las ciudades cambiaron y, con la modernidad, muchos de esos cambios incidieron en nosotros, de maneras no siempre positivas. Pensar el biohacking como una forma de generar un puente entre la naturaleza y la vida urbana es un buen comienzo. Para ello esta disciplina emplea dos herramientas fundamentales: la tecnología y la medición y el estudio de las distintas variables que componen nuestra salud. Puede parecer contraintuitivo –¿combatir tecnología con más tecnología?–, pero, en verdad, se trata de apoyarnos en la información: podemos medir cómo se comportan nuestro cuerpo y nuestra mente, cómo interactúan con el medio y cómo reaccionan si hacemos ajustes en nuestro entorno y nuestros hábitos.
Mundialmente, se conoce como uno de los creadores del biohacking a Dave Asprey, un tecnólogo y emprendedor multimillonario que a sus veintiséis años se sentía deprimido, poco vital e inflamado y comenzó a investigar cómo optimizar su cuerpo y su mente. Luego de viajes e inversión, Asprey creó su propia empresa, Bulletproof, que organiza congresos y que comercializa el famoso Bulletproof Coffee, la bebida biohacker por excelencia, hecha a base de café, aceite de coco y manteca orgánica. Asprey, quien se propuso demostrar que hackeando su organismo era posible vivir mejor, no es el único, ya que existen miles de individuos o tribus biohackers practicando globalmente el biohacking hoy en día. Incluso es posible encontrar muchos grupos en redes sociales como Facebook.
En este sentido, el movimiento Biohacker o DYBbio toma el espíritu do it yourself y, mediante la tecnología y un enfoque hacker, intenta buscar soluciones prácticas que contrarresten los efectos de la vida urbana moderna. ¿A qué nos referimos con un enfoque hacker? A que, si podemos hackear un programa o una computadora, también podemos hackear nuestra biología, con el objetivo de optimizarla y sentirnos mejor, tanto física como mentalmente.
¿Cómo trabaja?
La definición oficial dicta que el biohacking es el uso de ciencia, tecnología y yo cuantificado (quantified self) para optimizar nuestra biología de manera veloz y medible de acuerdo a la bioindividualidad de cada uno. Existen infinidad de apps y programas para seguir tus patrones del sueño –Sleep Cycle o Pillow, por ejemplo–, tu régimen de alimentación, actividad física, cambios de temperatura y respiración, etc. También existen dispositivos de media a alta complejidad que varían en precio y accesibilidad para medir y dar feedback sobre cómo estamos. Uno de los más publicitados en el último tiempo es el Oura Ring, utilizado, entre otras figuras, por atletas de alto rendimiento como Manu Ginóbili, pero que también usan jugadores de equipos de rugby o fútbol americano. De igual manera, el biohacking se ha vuelto la disciplina predilecta por las celebs, desde Robert Downey Jr. hasta el príncipe Harry, pasando por las Kardashian y hasta Gwyneth Paltrow, quien en su reality de Netflix menciona varios enfoques que se utilizan dentro de este campo.
¿Qué otras herramientas emplea el biohacking además de la medición? El neurofeedback, que vincula la actividad cerebral con una imagen o sonido en tiempo real para enseñarte a autoentrenarte, forjar nuevas conexiones neuronales y adoptar o evitar ciertos estados mentales. Es una herramienta que afuera ya se está usando a la par de psicoterapia para trabajar fobias, ansiedad y otros trastornos.
¿Qué son los nootropics?
Otra gran tendencia del biohacking es el uso de nootropics, que son potenciadores congnitivos. Los hay con componentes más naturales y que hasta se pueden hacer en casa y otros de laboratorio que se pueden comprar. ¿Qué son? Se definen como todo lo que genera aumento en la condición mental, el estado de alerta y la concentración, con componentes como la cafeína, la mateína, la colina, la vitamina B o la L-teanina, entre otros. También se emplea neurolingüística o PNL (programación neurolingüística) y hasta meditación. Lo interesante, sin embargo, es que, aunque la definición de biohacking parece bastante alejada de lo cotidiano, cada uno puede armar su propio "blend" que articula distintas técnicas (nuestra experta comparte los suyos en @labiohacker) y eso permite acercarlo un poquito más a lo que vivimos todos los días. "Todos los enfoques del biohacking tienen algo en común: persiguen el poder ser protagonistas y conductores de nuestra propia neuroplasticidad, que implica poder desconectar las redes neurales que no nos hacen bien y conectar las que sí nos hacen bien –explica con total naturalidad Vicario–. Partimos de la base de que si cambia lo que pienso, cambia lo que siento y lo que puedo hacer. Yo igual separo el proceso en optimización de la biología y optimización de la mentalidad. Si bien la optimización de la mentalidad entra dentro del biohacking como corriente".
Sus Principales beneficios
El principal es ayudar a mantener nuestro organismo más limpio y saludable y, como decíamos al comienzo, contrarrestar la vida urbana que todos llevamos. "Cuando el cuerpo está más limpio y saludable, nuestras mitocondrias están mejor, tenemos más energía para salir del modo huida, que es estar en defensiva, huir, pelear, tener miedo. Pero si tenemos más energía, podemos ir más allá y estar en contacto con nuestro propósito de vida, con otros, con hacer el bien", detalla Vicario. Aparte del biohacking en sí, con herramientas que van de más costosas (neurofeedback, cámaras de crio, intravenosas de nutrientes) a más accesibles (entrenamiento de la variabilidad cardíaca, lentes para contrarrestar el exceso de luz azul artificial, suplementos dietarios y apps); también hay enfoques complementarios, desde la plant medicine como el rapé o el kambo, que ayudan a desintoxicar el organismo y resetear el sistema inmunológico, hasta hacks gratuitos, que podemos poner ya mismo en práctica.
Hacks gratuitos
Créditos: Ilustraciones de Lucila Perini.
- Exposición natural & grounding: pisar el pasto, la tierra, la arena lo más posible. Estar en contacto con la naturaleza (al menos dos horas por semana).
- Sueño: no dormir con el celular cerca; de no poder evitarlo, ponerlo en modo avión y tapar las luces artificiales con stickers rojos o bloquear con cinta negra la luz azul. Podés seguir tus patrones de sueño con alguna app descargable gratuita en tu celular, como Sleep Cycle.
- Pantallas: evitar las pantallas cerca de la hora de dormir, utilizar apps de filtrado de la luz en celular y monitores, como F.lux. Que la primera luz que tu cuerpo reciba o vea no sea la de una pantalla cuando te levantás: salí al balcón a mirar el sol.
- Nootropics naturales: para hacer tu propio BulletProof Coffee, mezclá café de origen single, manteca de pastura o ghee y aceite de coco. La matcha, el té verde y el mate también levantan tu sistema.
Experta consultada: Melina Vicario. Máster en coaching especializada en neurociencias, tecnología e innovación en Stanford. labiohacker.com.
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